Una ermita en el valle

La cálida luz matinal inunda el Valle de Viñales mientras el astro rey reclama de a poco su lugar en el cielo. El espectáculo de colores revela un mar de vegas de tabaco donde, en cada hoja, el rocío brilla cual diamante, presagiando el valor que alcanzará el peciolo cuando las hábiles manos de un torcedor lo transformen en aromático habano.

Sumergirse en este paisaje implica también sanear el cuerpo. Cada inhalación del viento puro, el mogote y la cordillera, deleitan tanto como el horizonte que sondean los ojos.

El Hotel Horizontes La Ermita, fundado en 1961, es un balcón frente al Valle. Su arquitectura recuerda la de una antigua casa de hacienda, caracterizada por gruesos muros y columnas, de espacios abiertos para dar luz y brisa que desembocan en el patio interior. Perteneciente al Grupo Hotelero Cubanacán y con categoría tres estrellas, es lugar ideal para relajarse y, desde allí, explorar senderos, colinas y conocer la comunidad local.

A solas con la naturaleza

Sergio Cabrera, director del Hotel Horizontes La Ermita. / Jorge Luis Sánchez Rivera

Una ermita es, tradicionalmente, lugar de oración y recogimiento para cultivar la paz y la vocación personal. En esta en particular, se sorprenderá el visitante al descubrir que un camino conduce al mirador desde el que se puede contemplar la maravilla declarada Paisaje Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1999.

Una inclinada carretera separa al poblado de Viñales del hotel. Desde lo alto, parecen palpables las extraordinarias elevaciones. Así de cerquita son más interesantes que en las imágenes captadas por los espectadores. El escenario repone ese sosiego que en ocasiones se extraña entre el bullicio de la ciudad.

Varios senderos de piedra sobre la hierba limpia conectan los diversos espacios de la instalación, adornada con flores y plantas campestres de forma sencilla, en combinación con el medioambiente. En su interior los dormitorios son amplios, con balcones ventilados que respiran la flora y fauna de los alrededores.

Todo está ajustado y acomodado de tal modo que, sin lujos, complace la mirada. Y esto se debe en gran medida al trabajo de los empleados de La Ermita, quienes en sus rutinas habituales recorren con pulcros uniformes los pasillos del hotel, en aras de satisfacer a sus clientes.

“El hotel dispone de 64 habitaciones, 12 tropicales y el resto estándar. Las primeras ofrecen mejor vista al Valle. Todas están climatizadas y cuentan con caja de seguridad, televisión internacional, comodidades a las que se le agrega las ofertas de los servicios de piscina, parqueo, parrillada, restaurante”, detalla su director Sergio Cabrera.

El hospedaje, famoso tanto por el enclave geográfico como por las reiteradas visitas de sus huéspedes, recesó sus operaciones cuando se decretó la interrupción del turismo a causa de la pandemia de covid-19 en marzo de 2020. No obstante, el período de aislamiento se aprovechó en reparaciones y mantenimiento de todas sus áreas.

“Desde marzo de 2021, y hasta octubre del propio año, reabrimos ante la necesidad de la Empresa Minera del Caribe de hospedar a sus trabajadores en una burbuja, una de las medidas sanitarias de la etapa de cuarentena para asegurar la continuidad de la producción, así como la seguridad de los trabajadores que desarrollan esta actividad”, precisa el directivo.

La calidad del servicio es premisa para los trabajadores. / Jorge Luis Sánchez Rivera

El 15 de noviembre reiniciaron su labor con el público nacional y foráneo nuevamente, justo después de que la institución recibiera la certificación de Turismo Más Higiénico y Seguro (T+HS), que busca reducir el impacto de la pandemia en espacios de hostelería del país, mediante la aplicación de medidas sanitarias estrictas como desinfección de espacios y utensilios comunes.

Aún hoy un equipo de médicos y enfermeras atiende las 24 horas cualquier sintomatología de los huéspedes. Pasados dos años de pandemia es este un aspecto esencial a la hora de escoger un destino para el reposo.

“Entre noviembre y diciembre de ese período recibimos 192 turistas extranjeros. En lo que va de 2022 ha ido incrementándose la cifra. Los europeos, dígase alemanes, holandeses y franceses, son los que, mayoritariamente, realizan turismo de naturaleza y se hospedan en nuestra instalación. Actualmente, el principal mercado es el turismo cubano, siendo los habitantes de Pinar del Río nuestros más asiduos visitantes”, agrega Cabrera.

Las relaciones laborales entre su colectivo son un aspecto clave y se aprecia. “Tenemos muy buena comunicación, y un director bien preparado”, explica Ernesto Ponce, capitán de salón, quien ha prestado servicios en el hotel durante cuatro años de los 18 acumulados en la hotelería.

Armando Fuentes, recepcionista, con 27 años de experiencia en el sector, relata con orgullo: “Nosotros intentamos complacer las peticiones de los clientes y nos sentimos satisfechos porque las encuestas y los sistemas de retroalimentación muestran la aceptación de estos”.

Gestos y frases con respeto y cariño son muestra de esa “química” que mencionan. La responsabilidad por la imagen del hotel se observa desde el correcto servido de un café, un platillo o un cóctel, hasta la bienvenida respetuosa a cada persona que traspasa la recepción.

Experiencias inolvidables

Las habitaciones cuentan con confort y una vista privilegiada. / Jorge Luis Sánchez Rivera

Antes del aumento salarial, el público nacional acudía a La Ermita, principalmente, en fechas festivas, no ocupaba las capacidades del sitio como sucede ahora que las ofertas gastronómicas y los asequibles precios complacen a los clientes. Quienes regresan son el estímulo para un buen trabajo.

“He estado tres días y, aunque hay algunas carencias, siempre tienen una buena atención. Me voy muy contenta, tanto que pienso regresar con mi familia. El turismo de naturaleza es donde mejor se respira, donde mejor se está”, expresa emocionada Odalis Monterrey, residente en la provincia más occidental.

Alexander Torres quien vive en el pueblito acota: “Es un lugar encantador y atractivo para la gente que viene a visitar Viñales. Me gusta mucho y por eso he venido varias veces”.

De repente, sorprendemos a una pareja que ha escogido el inigualable panorama para amarse. Mientras se columpian frente a las afamadas colinas, concentran en un beso la dicha de coincidir en la vida y en este lugar.

Son Julia y Lucas, dos jóvenes alemanes que visitan Cuba por primera vez. De los 24 días que estarán en la mayor de las Antillas, siete están destinados al disfrute en este paraíso natural.

Con poco dominio del idioma español, la muchacha expone sus impresiones de la estancia en Cuba: “Es un país muy bonito, el entorno es hermoso, la gente es muy amable. Sin duda volveremos a aquí”.

Sus ojos brillan y la sonrisa no se les despinta de los rostros; aunque en La Ermita solo han estado cinco minutos, la perfección natural los cautivó.

Pero quizás, lo que más destaca de esta instalación y de la estrategia del sector turístico en el territorio es la interrelación con los diferentes actores económicos, sociales y culturales de la comunidad.

Los alemanes Julia y Lucas visitan Cuba por primera vez. / Jorge Luis Sánchez Rivera

Desde un buró de reservaciones de la propia Agencia Cubanacán, enclavado al interior del hotel, se promueven recorridos por lugares emblemáticos del municipio pinareño, a fin de mostrar las principales costumbres campesinas de la zona. Opciones que le conceden mayor valor agregado al destino e incrementan los ingresos recaudados por la actividad.

Entre los trayectos destacan las rutas del tabaco o de prácticas agroecológicas, en las que los visitantes aprecian el uso racional de suelos, agua, técnicas de cultivo sostenibles y tradicionales implementadas en las fincas de productores privados, que son a su vez referentes a nivel nacional. La magia radica en compartirle al visitante las rutinas y modos de vida de una familia típica vueltabajera, como refiere la guía turística de la provincia.

Los festivales artístico-culturales Entre Mogotes, Viñales Moda, Que cante el Mejor Gallo y el concurso Benito Hernández Cabrera, dedicado al Cantor del Valle, matizan las propuestas recreativas, a las que este año también se sumó la IV carrera Clásica Mountain Bike Viñales 2022, que encontró en La Ermita la meta de su primer tramo (de 40 kilómetros), según informa el diario deportivo JIT Cuando las nubes se tiñen del color de la tarde, el Valle asume una nueva perspectiva, mágica, íntima, virginal. Viñales, con su manto de noche, hace girar la brisa hacia una nueva dirección, cambia al olor de pino húmedo y se despide como canto de ave que mañana trinará un “buenos días”. Justo en ese momento, otra vez el sol, las hojas verdes, los diamantes de rocío, las nubes de algodón en el horizonte y la cordillera preñada de mogotes ayudarán al visitante a encontrarse a sí mismo.

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