Una sección que hizo historia

A lo largo de su existencia, se ha mantenido como divulgadora de una de las temáticas más solicitadas por los lectores de la revista


A inicios de los años 40 del pasado siglo, Miguel Ángel Quevedo Lastra, director propietario de BOHEMIA, comenzó a delinear una nueva estrategia para la revista, creando secciones para el abordaje de la actualidad nacional e internacional desde una manera creativa, con técnicas que años después la academia denominaría como pertenecientes al periodismo interpretativo y de investigación.

En esa estrategia también incluyó el tratamiento de la temática histórica, que desde 1928 –año en que asumió la rectoría del semanario– había venido sistematizando en tres vertientes: las historias recreativas (amores y anécdotas de grandes personalidades, casi siempre ubicadas en la apertura de la revista), recientes (hechos trascendentales acaecidos en los días en que se imprimía la publicación) y patria (las luchas emancipadoras de la nación).  

En la edición del 5 de enero de 1947 apareció la sección de Historia intitulada El ayer que vive aún, a cargo del acucioso investigador Rafael Soto Paz. / Archivo de BOHEMIA.

Del año antes mencionado a 1947 (e incluso hasta nuestros días), BOHEMIA no dejó de conmemorar en sus páginas las fechas más trascendentales de nuestra historia y buena muestra de ello son los trabajos dedicados al nacimiento y deceso de Martí, el 24 de febrero, el 10 de octubre y la caída en combate de Antonio Maceo. A su vez, la historia reciente ha tenido especial cobertura y de ello dan fe los reportajes sobre la muerte de Antonio Guiteras (1935) y los sucesos de Orfila (1947).

Quevedo y su formidable consejo de dirección (Antonio Ortega, Enrique de la Osa, Lino Novás Calvo y Ramón Rubiera) aún no estaban satisfechos y en la edición del 5 de enero de 1947, aparecía la sección de Historia bajo el título El ayer que vive aún, a cargo del acucioso investigador Rafael Soto Paz.

Personalidad controvertida entre los historiadores cubanos, Soto Paz está considerado como uno de los máximos exponentes de la iconoclasia dentro de la historiografía nacional. Su animadversión hacia algunos próceres de nuestra nacionalidad era proverbial y la había volcado en un texto que muchos consideran un clásico en su género, a pesar de sus exabruptos y excesos: La falsa cubanidad de Saco, Luz y Del Monte.

Sin embargo, en los siete años de rector de la sección fue muy respetuoso. Le debemos varias ediciones icónicas, entre ellas la especial por el Centenario de la Bandera y la del aniversario 55 de la Guerra del 95, donde hace importantes aclaraciones sobre los generales mambises en esa gesta y rectifica los grados de algunos jefes independentistas. Asimismo, la publicación semanal de las efemérides, tan consultada por educadores y educandos.

En la edición del 10 de enero de 1954, una nota aclaratoria informaba a los lectores que Soto Paz, cuyo trabajo al frente de la sección se calificaba como excelente, cesaba en sus funciones y le sustituía el periodista e investigador Jorge Quintana, que inauguraba Así se forja una nación.

Al redactor de estas líneas –que conoció tanto a El ayer que vive aún como Así se forja… en la colección de revistas que tenía su padre, muchos años después de su salida a la luz–, siempre le extrañó la retirada del iconoclasta de las páginas de la publicación. Cuando aún era un adolescente, en un diálogo con el veterano periodista Manuel Cuellar Vizcaíno, este le aseguró que Soto Paz había tomado esa decisión por una afección en la piel. 

Nunca este redactor ha podido verificar esa aseveración. Según han testimoniado los académicos Enrique Saínz y Ricardo Hernández Otero, el fundador de la sección de Historia de Bohemia iba ocasionalmente al Instituto de Literatura y Lingüística a inicios de la década del 70, siempre con encubridoras camisas de manga larga. En el diccionario elaborado por ese centro aparece la fecha y lugar de nacimiento (Cruces, Las Villas, 4 de enero de 1909) pero no consigna su muerte. Tampoco se ha podido hallar en diversos sitios de internet dónde y cuándo murió.   

Su sustituto, Jorge Quintana, había militado en el movimiento comunista en los años 30. Fundador del Ala Izquierda Estudiantil, blasonaba entonces de sus ideales marxista-leninistas. Pero en 1954 ya había involucionado hacia la derecha y ostentaba un pensamiento moderado, aunque mantenía una gran admiración por los mambises del siglo XIX. Según el periodista Juan Marrero, abandonó definitivamente el país en 1960. Desconocemos el lugar y fecha de su deceso.  

Loló de la Torriente asumió la jefatura de la sección a inicios de los años 60. La tituló Esta es la historia y la firmaba con el seudónimo de María Luz de Nora. Casi siempre contenía un trabajo central extenso, suscrito por algún historiador de prestigio, aunque también abundaron artículos de la propia Loló.

En ocasiones, se incluía un segundo material de una o dos páginas. Se le dedicaba un espacio a contestar preguntas de los lectores y cerraba la sección con las efemérides de la semana, ilustrada con pequeñas fotos y viñetas.

Varios trabajos publicados en BOHEMIA por Mario Mencía le sirvieron de base para su libro Tiempos precursores. / Autor no identificado.

Se mantuvo este formato hasta mediados de los años 70, incluso cuando ya Loló no tributaba trabajos para la publicación ni intervenía en las decisiones y la jefatura era ocupada por Mario Mencía, quien publicó en sus páginas investigaciones realizadas por él sobre el asalto al cuartel Moncada y el período que va desde la excarcelación de Fidel y sus compañeros hasta el exilio turbulento en México. Posteriormente, estos trabajos le sirvieron de base para su libro Tiempos precursores.

A Mario Mencía lo sucedió el especialista en la obra y el pensamiento martiano Pedro Pablo Rodríguez. A la sección ya no la identificaba un título ni un logo, aunque siguieron apareciendo textos extensos, la mayoría de las veces escritos por los periodistas que integraban su nómina.

Ya en la década de 1980, con Elena Alavez al frente, la sección recuperó el logo y su título identificativo, solo que entonces únicamente tuvo dos palabras: La Historia. En esta etapa se publicaron trabajos relevantes sobre el movimiento clandestino de la insurrección contra la tiranía batistiana, de la autoría de la propia Alavez y de la periodista Mirta Rodríguez Calderón, algunos de los cuales fueron incluidos en la antológica compilación Semillas de fuego, que vio la luz al final de la década.

La reducción de tirada, frecuencia y paginado en los años 90 incidió negativamente en La Historia, como sucedió con otras secciones de la revista, que pasó a ser un quincenario. Elena Alavez se acogió a la jubilación en 1995 y sus responsabilidades en el Comité Ejecutivo Nacional de la Unión de Historiadores (Unhic) la alejaron definitivamente de la publicación. 

La sección se quedó sin integrantes, pues estos se jubilaron o abandonaron la revista. Los periodistas Luis Sexto y Fernando Dávalos, quienes pertenecían a otros departamentos, trataron de salvar la situación con trabajos de su autoría o colaboraciones que solicitaban, pero les fue imposible. Cuando el 8 de octubre de 1998 José Reinaldo Fernández Vega asumió como director de BOHEMIA, el tratamiento de la historia en el quincenario dejaba mucho que desear.

La periodista Mercedes Alonso Romero se incorporó entonces a la nómina de la publicación. Bajo su jefatura –que se extendió hasta 2005–, la sección recuperó el logo y el título identificativo, que esta vez se redujo a una sola palabra: Historia. Volvieron a aparecer las firmas de prestigiosos historiadores en sus páginas. Y en las encuestas realizadas se posicionaba como una de las temáticas más solicitadas por los lectores.

A lo largo de 115 años, BOHEMIA no ha dejado de conmemorar en sus páginas las fechas más trascendentales de nuestra historia.

De 2005 a 2020, la sección incorporó un espacio quincenal d efemérides y otro denominado Así es la historia, con breves reseñas de hechos y personalidades trascendentales en la historia, la cultura e incluso en el deporte. Se realizaron varias ediciones especiales que abarcaron todo el paginado de la revista, entre ellas la dedicada los aniversarios 50 del desembarco del Granma y el 160 del nacimiento de José Martí, al cumpleaños 90 de Fidel, los 150 años de lucha por la independencia y a los 60 del triunfo revolucionario.

En 2019, la Unión de Historiadores de Cuba otorgó el reconocimiento Pablo de la Torriente Brau a la revista por su trabajo en la divulgación de la historia a lo largo de más de un siglo.

Actualmente, la sección de Historia enfrenta los retos de la situación actual, por lo que se concentra fundamentalmente en la edición digital, lo que implica adecuaciones en el lenguaje tomando en cuenta los distintos públicos no cubanos a los que ahora también van dirigidos sus trabajos.  

*Periodista y profesor universitario. Premio Nacional de Periodismo Histórico por la obra de la vida 2021.  

Fuentes consultadas:

Entrevistas realizadas a Enrique de la Osa, Carlos Piñeiro, Ricardo Hernández Otero, Luis Sexto, Pedro Pablo Rodríguez, Elena Alavez y Juan Marrero. Colección de números existente en el Archivo de la revista.

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