Voz del patriotismo virtuoso fundador

El periódico fundado por Martí el 14 de marzo de 1892 nació para mover a la acción, a aquellos que persistían en el sacrificio de la emancipación o se iniciaban sinceramente en él


Cuentan que luego de ganarse el pan de cada día en otros trabajos, los redactores de Patria se dedicaban, de manera voluntaria y sin paga alguna, a darle vida al semanario que habría de publicarse, en un primer momento, cada sábado, y tiempo después, de forma bisemanal.

En la palpitación propia de la creación periodística, “no levantaban la mano, ni desertaban de su puesto por más que fuesen las altas horas de la noche, hasta que no dejaban el periódico no solo impreso, sino depositado en el correo. Y todos, Martí inclusive, cargaban sus fardos de periódicos a pesar de la nieve y la ventisca, aunque el frío les quemase las manos sin guantes”, rememoraría Rafael Serra, uno de los protagonistas.

Así sucedió semanalmente desde marzo de 1892 hasta finales de 1898, en la casa #214 en Pearl Street, sede del rotativo, y en imprentas como la de los italianos Frugone, Balleto y Gardella, situada entonces en Park Row 178; ambas en New York, Estados Unidos.

Aunque en un inicio no aparecía el nombre del Apóstol en el machón de la publicación como director de la misma, en la práctica lo era. Escribía exclusivamente para él, corregía sus pruebas de páginas y de ser necesario se sembraba entre cajistas y prensistas.

Cuentan que sus días se resumían en el trabajo periodístico, un acto político, una cita con un influyente simpatizante de la causa, o en el taller de impresión, el que visitaba con frecuencia, entre otros motivos, porque aquellos nobles ítalos no comprendían del todo el origen taíno de la toponimia cubana, y reiteraban errores ya señalados.

Sobre esto último el cubano escribiría a su buen amigo y tipógrafo de Patria, el negro puertorriqueño Sotero Figueroa: “Temblando me vine ayer, y bufando dejé al buen Frugone. ¿Querrá Ud., creer que, en la prueba de plana, todavía decía Jauco y Camueyo? Pero me prometió, con los ojos honrados, compulsar una por una las correcciones”.

Hasta algún encuentro importante se vio obligado a posponer por su deber patrio. “Y ahora, que me iba a despertarlo y a almorzar juntos, veo que tengo encima para esta misma mañana, todo el periódico y el arreglo de una reunión el sábado. ¿Cuándo lo veré pues? Hasta la una estaré doblado en la imprenta. Si va a esa hora, allí me halla”, describió por entonces en una de sus epístolas.

Las habilidades adquiridas anteriormente en diversos medios de prensa como El Partido Liberal  y La Revista Universal, de México, La Opinión Nacional, de Caracas, La Nación, de Buenos Aires y Revista Venezolana -de la cual fue su director- le ayudaron a desarrollar con éxito esta nueva empresa.

Gracias, también, al apoyo de amigos y auxiliares de la talla de Sotero y Gonzalo de Quesada y Aróstegui, los que se alternaban en la dirección del periódico en su ausencia. Y de otros colaboradores, entre ellos, Benjamín Guerra, Manuel Sanguily, Abelardo Agramonte, Antonio Vélez Alvarado, Francisco de Paula Coronado, Diego Vicente Tejera y Bonifacio Byrne.

Cuando se hable del periódico nacido el 14 de marzo de 1892, tenemos que reverenciar, además, a los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, e intelectuales cubanos y puertorriqueños, residentes en Nueva York, quienes donaban el 10 por ciento de su salario, para el surgimiento y sostén del medio independentista.

Portada del primer número de Patria. / cubaperiodistas.cu

Motivos de un nacimiento

Bien sabía Martí, enfrentado durante años a la metrópoli española, que las grandes ideas no llegaban a las masas, sino a través de una propaganda capaz de despertar el sentimiento del deber patrio en aquellas conciencias aletargadas por varios lustros de dominio represivo.

Entonces fraguó Patria, “para contribuir, sin premura y sin descanso, á la organización de los hombres libres de Cuba y Puerto Rico; para mantener la amistad entrañable que une, y debe unir, á las agrupaciones independientes entre sí, y á los hombre buenos y útiles de todas las procedencias”.

“Para explicar y fijar las fuerzas vivas y reales del país, y sus gérmenes de composición y descomposición, á fin de que el conocimiento de nuestras deficiencias y errores, y de nuestros peligros, asegure la obra á que no bastaría la fe romántica y desordenada de nuestro patriotismo”.

Sus motivaciones, altruistas: la pasión republicana, la ansiedad de la acción, la unión de las energías, el orgullo de la virtud cubana, la fe en los humildes, y el olvido de las ofensas.

Según la autora de Patria, el periódico más importante y relevante del siglo XIX, la primera plana estaba dedicada a editoriales y noticias de impacto, además de comunicaciones oficiales de la Delegación del Partido Revolucionario Cubano. Trabajos que muchas veces ocupaban también parte de la cara siguiente, en la que se insertaban las secciones Correspondencia de Tampa, y Notas y Comentarios, con referencias a artículos publicados en otros medios.

Retrato de Martí hecho en Washington, 1891. / Archivo del Portal José Martí.

La tercera plana era el sitio de Colaboración Española, donde se reproducían publicaciones de medios simpatizantes de la causa cubana, o aquellas de nuestros detractores, que por sus contenidos disparatados, harían reír al público. En tanto, el cuarto espacio estaba dedicado a Información Especial, Las Noticias, Ultima Hora, Algo de Todo y la Sección de Anuncios.

Otras de los apartados de Patria fueron: La Situación Política, Héroes, Guerra, Cartilla Revolucionaria, Fuego Graneado y Pinchazos.

Un soldado de papel

Contrario a lo que algunos piensan, no nació como Órgano Oficial del Partido Revolucionario Cubano (PRC), de hecho, se fundó casi un mes antes que este. No fue hasta el número siguiente al conocimiento oficial de la muerte del Apóstol que se le colocó, debajo del título, esa categoría.

«Como político de luces largas, Martí seguramente analizó las consecuencias que tal formalidad habría podido traer, entre ellas, como lo han señalado de modo especulativo algunos investigadores, dar pretexto a las autoridades coloniales para quejarse ante el gobierno de los Estados Unidos sobre que los revolucionarios cubanos estaban violando la ley de neutralidad de ese país”, explica la investigadora Ivón Muñoz Fernández.

El líder se situaba en una posición tácticamente acertada para sus circunstancias: en la práctica apoyaría al PRC desde la posición de vocero oficioso, mas no como su medio representativo. “Eso es Patria en la prensa. Es un soldado”, aclaró el más universal de los cubanos.

En sus páginas aparecieron las palabras precisas para guiar a un pueblo y ponerlo en pie de guerra nuevamente. Entre esas historias que contribuyeron a mover a la acción a aquellos que persistían en el sacrificio de la emancipación o se iniciaban sinceramente en él, está la de la anciana Carolina Rodríguez, protagonista de El alma cubana.

Contó Martí en esa crónica correspondiente a la edición del 30 de abril de 1892, que la cubana oriunda de la provincia de Las Villas y quien había perdido en la guerra a su familia, salía a las calles, en la mañana fría, arrebujada en su mantón, con los primeros artesanos, camino de su taller, y subía la escalinata de la entrada, y se sentaba a la mesa de su trabajo hasta el oscurecer.

“Y cuando cobra la semana infeliz, porque poca labor pueden ya hacer manos de setenta años, pone en un sobre unos pesos, para un cubano que está enfermo en Ceuta, y otros en otro sobre, para el cubano a quien tienen en la cárcel de Cuba sin razón, y en el sobre que le queda pone dos pesos más, y se los manda al Club Cubanacán, porque le parece cubano muy bueno el presidente de ese club, y porque ése, Cubanacán, es el nombre que llevó ella cuando la guerra”.

“Con ojos de centinela y entrañas de madre vigila la cubana de setenta años por la libertad; adivina a sus enemigos, sabe donde están todos los cubanos que sufren, sale a trabajar para ellos, en la mañanita fría, arrebujada en su manta de lana. ¡Esa es el alma de Cuba!”.

Abel Prieto en el primer Coloquio Internacional Patria, celebrado el año pasado en Cuba. / Ismael Francisco.

***

El mensaje orientador martiano encontró oídos y manos prestas en cubanos emigrados en los Estados Unidos, en residentes en la Isla. Apenas tres años después, aquel 24 de febrero, Patria rindió su fruto más anhelado: el reinicio de las luchas por la emancipación de Cuba.

El periódico fundado el 14 de marzo de 1892 se convirtió en voz del “patriotismo virtuoso fundador”. Algo que el escritor guatemalteco Rafael Spíndola definió magistralmente en una exhortación: “Si queréis saber todas las esperanzas, todas las dudas, todos los entusiasmos que pueden asaltar a un corazón que sueña y delira con la libertad de su patria, leed ese periódico de José Martí”.

“Para fomentar y proclamar la virtud, donde quiera que se la encuentre. Para juntar y amar, y amar, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico”.

Fuentes consultadas

La edición #1 de Patria y los artículos periodísticos: Trabajos de José Martí publicados en “Patria”, de Víctor Pérez-Galdós (Habana Radio, edición digital del 28 de abril de 2017); El periódico Patria en sus 130 años, de Pedro Ríoseco (Granma, edición digital del 14 de marzo de 2022); El periódico Patria: un pasado presente, de Jorge R. Bermudez (Cubaperiodistas, edición digital del 15 de marzo de 2020).

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