Yo confío

Segura, como todas, la mañana de este viernes 13 de mayo anda ya, bajo un sol que da luz a toda Cuba.

Mientras miles de hombres y mujeres construyen y aportan en sus centros de trabajo o se fragua el futuro en las escuelas, bajo el también seguro y acogedor techo del Palacio de Convenciones, los diputados cubanos desarrollan una jornada extraordinariamente intensa, como las siguientes.

En esencia, el contenido de ocho leyes pasará por la conclusiva mirada de nuestros parlamentarios, antes de ser definitivamente aprobadas por ellos.

Tal vez nunca hubo una cita, en 45 años, que contuviese tantos documentos o cuerpos de ese carácter para ser sometidos a consideración final.

A algunos hasta pudiera parecerles demasiado cargado el cronograma o la agenda, con riesgo del apresuramiento que a veces trae aparejado el análisis de tantos documentos en tan “corto” tiempo.

A mí, que fui diputado en la anterior legislatura y que sé cómo se trabaja en comisiones y en plenario, no me preocupa ese asunto.

En primer lugar, tiempo hay… incluso para extenderse si fuera necesario. En este momento estoy pensando en aquel histórico VII Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (año 1999) previsto para dos días y que, por la riqueza de sus deliberaciones y a sugerencia de Fidel, se fue prolongando hasta… cinco jornadas.

Además, estas ocho leyes que pasan por los ojos aguzados de nuestros diputados, ya han sido amplia y minuciosamente analizadas por ellos y, sobre todo, por cuanto ciudadano ha deseado hacerlo para opinar, sugerir, participar.

De manera que, lejos de preocuparnos, más bien debemos –en mi muy personal opinión- alegrarnos, sentir orgullo de que un Parlamento como el nuestro dedique el tiempo que haga falta a estudiar y aprobar un grupo de leyes encaminadas a seguir ordenando, perfeccionando y atemperando procesos vitales para la vida de la nación, del país entero.

Hablo de asuntos (leyes) como los referentes a la Soberanía Alimentaria, Seguridad Alimentaria y Nutricional, Datos Personales, Sistema de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente, Sistema de Protección de la Creación Literaria y Artística, Protección al Patrimonio Cultural y al Patrimonio Natural, Código Penal, Ejecución Penal, Amparo a los Derechos Constitucionales.

Como el momento es de hacer, la Asamblea Nacional también dedicará sensible atención a la marcha de la Estrategia económico-social del país, a la consulta popular del proyecto de Código de las Familias, a los programas nacionales de Adelanto de la Mujer, racismo y discriminación racial, perfeccionamiento del sistema de comercio interior, del médico y enfermera de la familia, así como a uno de los fenómenos que hoy más preocupan a la población y perjudican directamente al país: los altísimos precios, la inflación generada y la escasez de medicamentos.

¿Estarán entonces nuestros diputados “encima de la bola” (como solemos decir en buen cubano) o no durante estas jornadas?

Que la tarea “se las trae”, eso no es noticia; lo sabe todo el mundo y a nadie asusta.

Que regresarán a sus hogares (los diputados que viven en La Habana) y al Hotel Tulipán (los de provincias) exhaustos al final de cada sesión de trabajo…  siempre ha sido así.

Avante pues. No hay miedo. Todo lo contrario. Que graznen los cuervos si lo desean. Qué levanten, como siempre, limpio y seguro vuelo nuestras palomas. Razones tengo y me sobran para el optimismo. Es que en mis diputados yo, sencillamente, ¡Confío!

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