FRENTE A LA COVID-19
Agricultura, al límite de los arrojos (II y final)
La pandemia compulsa a todos los sectores del país a la organización y racionalidad. En el sector agropecuario se implementan medidas para garantizar que los recursos materiales y financieros disponibles lleguen a los productores con mejores resultados. Si bien los gobiernos locales aplican nuevas regulaciones en la red de comercialización de los productos del agro, algunos eslabones todavía quedan sueltos. Urge evitar la escalada especulativa de los precios

Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA
Por JESSICA CASTRO BURUNATE, PASTOR BATISTA y DELIA REYES GARCÍA
Después de una dura faena bajo el inclemente sol del trópico, Miguel de Armas, y un pequeño grupo de trabajadores contratados, descansan a la sombra de un bohío. En el campo, a pocos metros, están apilados los sacos llenos de boniato. Minutos después, mientras el campesino amarra la yunta de bueyes a la carreta para trasladar la cosecha hasta el punto de compra, comenta que a principios de abril entregaron a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Tabaco Balcón unos 800 quintales de melón, habichuela, maíz y tomate. “Aquí seguiremos sacándole el zumo a la tierra para alimentar al pueblo, sobre todo en estos tiempos de coronavirus”, asegura.
Este agricultor, junto a Yandis Cuba y Eduardo Cruz, asociados a la UEB enclavada en el Polo Productivo Hermanos Balcón de Pinar del Río, forman el grupo de los más de 16 000 productores élite –crema y nata– del movimiento de avanzada en el país.
Sobre los orígenes de esta selecta agrupación recuerda Rafael Ramón Santiesteban, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP): “Durante el último trimestre del año pasado, a raíz del proceso orgánico del XII Congreso –aplazado por la situación que enfrenta el país y el mundo con la COVID-19– se incorporó en las bases campesinas la novedad de seleccionar a los mejores productores que, a pesar de las limitaciones con insumos y combustible, alcanzaban los mejores rendimientos”.
No fue casual entonces que dentro de las medidas en la esfera productiva, la máxima dirección del país decidiera favorecer a estos productores élite con la distribución de los recursos materiales y financieros disponibles.

Miguel de Armas es uno de los mejores productores de la UEB de Tabaco Balcón en Pinar del Río. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
Para lograr tal objetivo, explica Santiesteban, la alta dirección del país trazó la estrategia de priorizar en el plan de la economía la entrega de insumos a productores y cooperativas con probada eficiencia en cultivos como tomate, papa, arroz, y tabaco por su importancia en las exportaciones.
“Esa intención de no dispersar o disgregar los recursos, se implementa por las autoridades en las provincias, municipios, y las propias direcciones de las organizaciones de base y las juntas directivas en las cooperativas”.
Aunque estos productores por sus resultados son de referencia nacional, amplía el también licenciado en Contabilidad y Finanzas, “no significa que se les haya entregado todos los recursos que necesitan, hay algunos que incluso no han recibido nada porque el país no los tiene, sin embargo, siguen adelante utilizando la tracción animal, medios biológicos, abonos orgánicos, y explotando eficientemente la tierra”.
El movimiento de avanzada representa poco más del cuatro por ciento del total de asociados (393 000) que tiene la ANAP, de ahí la importancia de “trabajar con todo el mundo y fortalecer la cultura agropecuaria”, indica. Gestionar el proceso productivo también requiere ciencia, técnica, buen hacer y experiencia práctica, sobre todo para aquellos que se han incorporado en los últimos años como usufructuarios.
Sin camisa de fuerza
Con el propósito de integrar el movimiento de avanzada fueron seleccionados alrededor de 20 productores por municipio, explica Ortelio Rodríguez, subdelegado Agrícola en la delegación provincial de Pinar del Río. “Pero no es una camisa de fuerza, en algunos lugares hay más, de acuerdo con los resultados que tenga cada cual”.
El también ingeniero agrónomo ilustra con el caso de la Cooperativa de Crédito y Servicio (CCS) Pascual Martí, de Consolación del Sur, donde sobresalen los campesinos Carlos Barrabé, Raidel Rojas, Narciso Alfonso; la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Turcios Lima, y las CCS Eliseo Camaño y Máximo Lugo, de San Luis, la última con los incansables Osvaldo Hernández y Orestes Ortega.
De cómo desde la delegación provincial de la Agricultura aseguran que los pocos recursos disponibles lleguen a los más productivos, Rodríguez precisa, “lo hacemos de forma dirigida, para que de verdad se les entreguen al productor y no se queden en el camino. Estamos distribuyendo un poquito de organomineral (mezcla de fertilizante químico con materia orgánica y humus de lombriz) para cultivos como pepino, habichuela, maíz, frijol caupí y boniato. También dimos pequeñas cantidades de productos biológicos.
“No obstante, hay insumos que recibe el municipio, por supuesto con autonomía para decidir a quienes favorecen, teniendo en cuenta si tienen agua a pesar de la sequía que hay en la provincia, y cuentan con sistemas de riego”.

En Vueltabajo, los productos del agro se distribuyen de manera normada, por la libreta de abastecimiento, en los puntos de venta. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
El municipio de San Luis no solo se precia de tener unas de las mejores vegas de tabaco del país, sino también de realizar otras labranzas. Los productores élite en la localidad suman más de 300, comenta Luis Enrique Guerrero, director de Cultivos Varios de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco municipal. “Como hay escasez de insumos químicos y lo que estamos usando son productos biológicos, no estamos ‘salpicando’ a todos como se dice en buen cubano, sino entregándolos directamente a los productores que alcanzan mayores rendimientos”.
Rollos y otros horizontes
Los vueltabajeros sintieron cierto alivio con la decisión del país de reajustar el plan de combustible, y redirigir a la agricultura y la zafra azucarera las cuotas asignadas a las actividades que se paralizaron por causa de la pandemia.
Así lo reconoce Ortelio Rodríguez, “gracias a eso nos han dado un poquito más de petróleo para garantizar la campaña de primavera. Pero desde septiembre de 2019 hasta el mes de marzo pasado, durante la campaña de frío, la situación fue muy compleja en la provincia. Recibimos solo el 30 por ciento del combustible que estaba planificado, y eso fue en un mes bueno”.
Aunque el subdelegado en la provincia de Pinar del Río sostiene que la situación es otra en lo referente al importante insumo, Sergio Travieso, director de la UEB en el Polo Productivo Hermanos Balcón, expone otro criterio. “Se hizo una reunión con nosotros y nos plantearon que íbamos a tener mejoría para enfrentar el plan emergente de siembra y cosecha ante la pandemia. Pero todavía en abril ese combustible no había llegado a esta UEB, seguíamos recibiendo lo mismo que antes”.
Al parecer, a veces en Vueltabajo las decisiones del país tardan más en llegar a las bases productivas, sobre cuyos hombros descansan alrededor del 80 por ciento de las producciones agropecuarias que se destinan a la alimentación de la población.

Cuando las condiciones del país lo permitan, la maquinaria agrícola también llegará a quienes obtengan mayores rendimientos. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
También llama la atención en esta provincia el hecho de que se beneficiaron algunos productores sin resultados relevantes con la entrega de medios tecnológicos, como sistema de riego por enrollador, mientras otros con mejores rendimientos no lo recibieron. Rodríguez no encuentra una explicación razonable. “Un productor consagrado, con cinco caballerías de tierra, que produce miles de quintales de comida, me preguntó por qué no se le podía vender un enrollador. Sin embargo, en una finca vecina sí se le vendió a quien no se podía comparar con sus niveles productivos. Es algo complicado”.
Más allá de tales enredos, “en el programa de desarrollo hasta el 2030 del Ministerio de la Agricultura (Minag) está previsto comenzar a solucionar el problema del equipamiento tecnológico y de la maquinaria agrícola, que están pidiendo a ‘gritos’ las bases campesinas”, precisa Wilson Ramírez, vicepresidente primero del Grupo Empresarial de Logística de la Agricultura (Gelma).
“Pero nos tiene atados el bloqueo del Gobierno norteamericano, que no deja abrir una puerta de salida. No obstante, se trabaja intensamente con varias empresas nacionales para encontrar algunas soluciones a mediano y largo plazos. Por ejemplo, la Unión de Industrias Militares ya tiene hecho el primer tractor cubano, en proceso de certificación. Luego se producirá la línea cero, (hasta 10 equipos), para probarlos en el terreno. Y finalmente, cuando las condiciones lo permitan, se montará en el plan de la economía la producción en serie.
“También comenzaron las negociaciones de una línea de ensamblaje en la planta 26 de Julio de Holguín, para de conjunto con una empresa extranjera ensamblar tractores en el país, pero este proceso se ha detenido”, puntualiza Ramírez.
Pasos al seguro
Alexander Alfonso, destacado productor dentro del movimiento de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar (AUSF) en La Habana, no tuvo que lamentar la pérdida de un solo quintal de frijoles a pesar de la plaga que infestó los campos. “Cada tres surcos de frijol, intercalé uno de maíz, y eso la contuvo”, afirma el asociado a la CCS Efraín Mayor Amaro, de Guanabacoa.
Sin embargo, los estragos por esta plaga sí se hicieron sentir en buena parte de los productores del país quienes perdieron el dinero invertido en el cultivo. Ante tales adversidades de la naturaleza, la extrema sequía o los huracanes, la falta de insumos como plaguicidas y fertilizantes, los productores se encontraban desprotegidos. Aunque, sostiene el presidente de la ANAP, ya se vienen dando pasos con la Empresa Nacional de Seguro y con el Banco para flexibilizar las medidas que se adoptan en las actuales circunstancias.

Rafael Ramón Santiesteban, presidente de la ANAP, sostiene que se han flexibilizado las medidas para cubrir con el Seguro las producciones a los agricultores. (Crédito: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
“Uno de los requerimientos de la empresa para asegurar las producciones de los campesinos era que estuvieran respaldadas por el paquete tecnológico. Pero en las difíciles condiciones del país, los insumos llegaron el año pasado en menor cuantía y solamente a producciones seleccionadas. En el actual, será mucho más complejo por la pandemia. Por tal motivo se decidió asegurar la producción aun cuando no exista el paquete tecnológico. Es un asunto que se ha entendido.
“Igual análisis se hizo con autoridades bancarias para flexibilizar el otorgamiento de los créditos a las cooperativas. Por ejemplo, para el frijol, el tiempo de amortización de la inversión era de cinco meses, pero si la producción fue poca o nula, como sucedió por los efectos de la plaga, cómo lo iban a hacer. Por eso se ha extendido el período de pagos al banco”, afirma Rafael Santiesteban. También se tuvo en cuenta para las producciones de frutales, cafetaleras o ganaderas, que requieren mayor tiempo en recuperar lo invertido.
Otro asunto de complejidad que preocupa a la dirección de la ANAP es la cadena de impagos al productor. “En un momento la deuda fuera de término estuvo casi en los 200 000 000 de pesos, y con las medidas que se han adoptado en el país de chequeo permanente a este tema, la cifra disminuyó a 72 000 000, al cierre de marzo. Hay lugares donde esta situación es más grave, por ejemplo, en la provincia de Artemisa”, revela el presidente de la ANAP.
Sobre las nuevas formas de acopio al productor que anunció Gustavo Rodríguez, titular del Minag, precisa el subdelegado Agrícola de Pinar del Río, “se están abriendo muchos puntos de compra en las mismas cooperativas, con crédito revolvente (puede utilizarse de forma repetida, pues se renueva en la medida que el usuario va efectuando sus pagos)”.

Más de dos millones de hectáreas se han entregado en usufructo en el país. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
Pero alerta, “en épocas pasadas existieron estos puntos, entonces las cooperativas empezaron a pagar al contado al campesino cada vez que entregaba sus producciones. Pero cuando las cooperativas iban a cobrarle a Acopio esta no tenía dinero para pagarles, por sus deudas antiguas con el banco, y este retenía los ingresos para saldar sus débitos. Entonces hasta ahí llegó la comercialización. Las cooperativas que pidieron créditos no tuvieron después la inyección del dinero que Acopio debió pagarles. Eso es una cadena. Y ahí mismo murió la flor”.
Los usufructuarios que tributan al punto de recepción de la UEB de Tabaco Balcón, hasta ahora, están libres de esos tejes y manejes. “Ellos reciben al momento de la entrega una factura, y al finalizar el mes, religiosamente, reciben el pago por lo que aportaron”, asegura Jorge Luis Caro, al frente del área. Así lo corrobora Miguel de Armas, “el pago mensual por lo que entregamos marcha sin contratiempos”.
APUNTALAR EL AGRO
La más dinámica de las políticas agrarias en los últimos tiempos, sin duda, es la entrega de tierras estatales ociosas en usufructo a personas naturales. Desde 2008, cuando salió la primera normativa que regulaba este proceso, con el Decreto-Ley 259; luego el 300 en 2012, y posteriormente el 358 de 2018, se han realizado modificaciones que responden a sugerencias y criterios principalmente de los usufructuarios favorecidos, y también a la permanente evaluación realizada por las autoridades del sector, expone Orlando Díaz Rodríguez, director Jurídico del Ministerio de la Agricultura (Minag).
A su juicio, esta política tiene un impacto importante en la producción nacional de alimentos y en el empleo, estimulando la permanencia y estabilidad de la fuerza de trabajo en los campos, sobre todo de los más jóvenes.
“Las modificaciones que se han hecho buscan garantías y más posibilidades para el productor”. Por ejemplo, entregar las tierras también para la actividad forestal y la ganadería comercial, ampliar los límites permitidos para la construcción de bienhechurías, posibilitar el vínculo con las distintas cooperativas agropecuarias (CCS, CPA, UBPC), y también con las Unidades Empresariales de Base, e incrementar la concesión del usufructo de 10 a 20 años.
Otra de las políticas agrarias fue la del perfeccionamiento estructural y funcional del sistema de la agricultura, dirigida a una mejor asistencia técnica al productor e imprimir mayor dinamismo a las cadenas productivas. “El aspecto más distintivo en este proceso fue la creación de las delegaciones municipales de la agricultura”, valora Díaz Rodríguez.
¿PA’ COMER Y PA’ LLEVAR?
Para garantizar que lleguen a la población los productos agropecuarios de manera equitativa deberá engranarse y controlarse al detalle la comercialización

Foto: PASTOR BATISTA
Frijoles negro y colorado, plátano macho, melón, maíz seco, pepino, chopo, calabaza…, son las ofertas del punto de venta El Pimiento en Pinar del Río. “Antes de la pandemia del nuevo coronavirus, estos productos se vendían liberados, pero las autoridades locales decidieron normarlos por la libreta. Aquí compran más de 3 500 consumidores, y se garantiza que cada núcleo se lleve las libras que le tocan mensuales. Y los precios están regulados”, asegura Tomás González, administrador de la unidad comercial.
Lograr una distribución lo más equitativa posible, “de acuerdo con el per cápita establecido en el programa de autoabastecimiento local, requirió de la provincia que se regularan las ventas de los productos del agro. Así alcanza todo el mundo”, precisa Ortelio Rodríguez, subdelegado Agrícola en la Delegación Provincial.
A fin de garantizar el suministro estable a la cabecera provincial, los municipios y empresas del territorio tienen fijado uno o varios mercados. Consolación del Sur atiende cinco; San Luis, seis. La Empresa Agropecuaria abastece el mercado Línea, el más grande en la ciudad, y también algunos de otras localidades.
“Controlar que esas producciones no se desvíen para el carretillero o los puntos de oferta y demanda es un combate diario, una bronca permanente. Antes sí nos lo movían muy fácilmente, seleccionaban lo mejor y lo vendían por la ‘izquierda’ porque al final eran productos liberados. Cualquiera podía comprar un quintal de pepino. Ahora es más difícil que eso suceda, porque tienen que justificar contra qué núcleos se vendieron esas producciones”, enfatiza el subdelegado.
Aunque las autoridades aprietan las roscas del control, “siempre hay violaciones, en la calidad y los precios. La carne de cerdo, por ejemplo, todos los días se chequea con rigor. El Porcino abastece diariamente con 10 o 15 puercos la cabecera provincial. En un momento determinado se orientó venderla en los principales mercados. Pero nos está trayendo aglomeraciones de personas.
“Eso hay que cambiarlo, volver a como lo hacíamos antes, que lo movíamos para varios puntos de venta. Normarlo por la libreta, y si cogiste cinco libras, mañana no puedes venir a buscar más, porque ya recibiste las del mes. Ahora mismo se está definiendo eso en el Gobierno”, sostiene Rodríguez.
Por las nubes

Para el país es insostenible seguir gastando unos 500 000 dólares anuales para alimento animal. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA)
A Orlando Caballero se le pusieron los pelos de punta cuando productores particulares vinieron a proponerle la libra de carne de cerdo a 35 pesos. “Ese es el precio que tengo aprobado para venderle a la población. La única alternativa fue cerrar los dos puntos de venta”, dice categórico este presidente de la Unidad Básica de Producción Campesina (UBPC) 1˚ de Julio, en el municipio de Cerro.
Cuenta Caballero que “los precios se dispararon a raíz de que la pandemia de la COVID-19 llegara al país, aunque con anterioridad también habían subido. La carne de puerco que entra a La Habana es de Artemisa y Mayabeque”, subraya.
En la capital, quienes logran acceder a alguna que otra libra de esta codiciada carne, deben pagar precios por las nubes. Generalmente, los que aún mantienen la venta, tienen un precio en la tablilla “para los inspectores”, y otro para la población.
Inalvis Pons, delegada de la Agricultura en el municipio de Cerro, comenta que para enfrentar la escalada especulativa, “trabajamos de conjunto con la Dirección Integral de Supervisión y la PNR, y ya se han realizado algunos decomisos. Porque ahora la batalla que estamos librando es por la comida de la población”.
Para Elizabeth Peña, al frente de la Dirección de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar (AUSF) del Ministerio de la Agricultura, la realidad es que “hay dificultades con la producción de cerdo en el país. Ya no están entrando barcos con la materia prima importada para el pienso animal que respaldaba los convenios porcinos”.
De manera general, Ailin Cairo, subdelegada general de la Agricultura en la provincia de La Habana, considera que la actual situación con los productos agropecuarios está relacionada con el diseño de comercialización que tiene la capital, la diversificación de los actores y las políticas de precio.
“En La Habana están los puntos de venta, los mercados arrendados a formas productivas, los mercados agropecuarios estatales que son los más deprimidos, con menor calidad en sus ofertas; los carretilleros, las cooperativas no agropecuarias, los mercados de oferta y demanda. Estos actores tienen variedades de políticas de precio detrás.
“El campesino produce, la cooperativa saca esas producciones para un centro de acopio, luego van a distintos destinos. Y en esa cadena se enrarece la comercialización. Al final el que paga es el pueblo. La agricultura tiene que ser más eficaz en ir quitándole eslabones a esa cadena. El pollo del arroz con pollo es la comercialización”, resume Cairo.
¿Caso cerrado?

Las producciones del organopónico de la UBPC Grito de Baire, en San Miguel del Padrón, son Las producciones del organopónico de la UBPC Grito de Baire, en San Miguel del Padrón, son reclamadas por la población. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
Con solo cruzar Vía Blanca, los vecinos que viven frente al organopónico de la UBPC Grito de Baire en San Miguel del Padrón, pudieran comprar, acabaditas de sacar de la tierra, lechuga, cebollino, acelga… Este centro productivo se precia de tener buenos rendimientos y calidad de primera.
Sin embargo, asegura Luis Pis, su administrador, “las autoridades locales nos mandaron a cerrar el punto de venta, y desde entonces tenemos que arrendar un espacio en una placita que queda a varios kilómetros, lo cual nos encarece los costos, y además aleja nuestras producciones de la población”.
Este caso no es una aguja en el pajar. “El movimiento de la AUSF llegó a tener en el país más de 10 000 puntos de venta a la población. Pero con el reordenamiento de la comercialización agropecuaria muchos se perdieron porque no se tuvo en cuenta la esencia de este programa. Al cierre de 2019 había unos 3 200, pero todavía nos queda por recuperar”, asegura Peña.
Días atrás, comenta la directiva del Minag, en el municipio de Plaza de la Revolución había un carretillero con un macito de lechuga que no pesaba ni una libra, y lo estaba vendiendo a 10 pesos. “Las lechugas eran de un patio familiar donde no se permitió poner un punto de venta, porque es facultad del Gobierno municipal autorizarlo. Entonces ese carretillero va allí todas las mañanas y le compra a esa familia la lechuga a 2 pesos, y luego la revende”.
Una historia similar sucedió en Camagüey con un productor de un huerto intensivo. Asegura la directora de la AUSF que “la agricultura no abre puntos de venta, los propone al Gobierno. Pero eso lo aprueba hoy el Intendente, el consejo de la administración municipal. Pero nosotros sí podemos influir en eso. Y de hecho lo estamos haciendo”.
Sí lo ruedo
Las casi 800 toneladas de papa que el agro avileño puso en suelo guantanamero durante el pasado mes de marzo, así como otras 1 235 para beneficio de la población camagüeyana, no devienen exclusividad en medio de una política muy bien definida por la nación para equilibrar, en el mayor grado posible, niveles de consumo y satisfacción de necesidades alimentarias en todo el Archipiélago.

La Empresa Acopio Ciego de Ávila garantiza las trans-portaciones de los productos agrícolas hacia los diferentes destinos. (Foto: PASTOR BATISTA).
Con idéntico propósito –expresión por demás de ayuda y solidaridad entre provincias– más de 800 toneladas de ese demandado tubérculo pusieron proa hacia Las Tunas en los primeros días de abril, explica Antonio Gross, director de técnicas y comercialización de la Empresa Acopio Ciego de Ávila.
No es, sin embargo, la distribución nacional la única razón que mantiene “en llamas” a quienes intervienen en la cosecha, acopio y transportación del producto. Volúmenes apreciables, en cuyo traslado intervienen diariamente más de 50 camiones, tienen como destino seguro su conservación en frigoríficos, el procesamiento industrial, la recepción con vistas al turismo, la garantía de semilla para la próxima campaña y, desde luego, el consumo por parte de la población.
De acuerdo con estadísticas, hasta el 6 de abril la provincia avileña había distribuido un volumen de papa equivalente a 11.86 libras por cada habitante, mientras al llamado consumo social (organismos priorizados) habían destinado 327 toneladas, con la intención de totalizar unas 500.
De forma paralela, prosigue el envío permanente hacia la capital cubana de plátano vianda, plátano fruta “desverdizado” o madurado mediante cámaras diseñadas para ese fin, sin empleo de productos químicos; plátano burro, tomate, fruta bomba y guayaba, entre otros.
Grata acogida ha tenido el desplazamiento hacia placitas y mercados agropecuarios estatales de renglones contratados inicialmente con el sector del turismo, entre los que se encuentran el banano (distintas variedades), pimiento, tomate de ensalada, pepino, melón, otras frutas y vegetales, pasta, salsa y puré de tomate, segmentos de piña, dulce de frutabomba, mermeladas, papa pre-frita…
Lamentablemente, la presencia de arroz, frijol y otros granos muy codiciados por la familia cubana, no han tenido la presencia de años anteriores en estantes y anaqueles, como consecuencia de la acción de plagas y de la insuficiente disponibilidad de paquetes tecnológicos, a pesar del empeño por emplear más y mejor los medios biológicos.

En Vueltabajo, los productos del agro se distribuyen de manera normada, por la libreta de abastecimiento, en los puntos de venta. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
AGRCULTURA EN NÚMEROS
* 6 400 000 hectáreas (ha) abarca el sector agropecuario.
* 2 000 000 ha se destinan a cultivos varios.
* 7 por ciento de la tierra bajo riego.
* 2 300 000 ha se entregaron en usufructo.
* 227 000 usufructuarios.
* 350 000 ha son tierras ociosas.
* 400 000 tenentes de tierra.
* 4 800 cooperativas.
* 299 centros para la venta de insumos a los productores.
* 30 años de experiencia de la agricultura urbana, suburbana y familiar.
* 12 por ciento de crecimiento anual en las inversiones, fundamentalmente de equipamiento e infraestructura.
* 1700 000 000 de dólares anuales se destinan a importar alimentos para la población.
* Más de 500 000 000 de dólares anuales se destinan a importar materias primas para alimentos animal.

Con miras a alcanzar los cinco kilogramos per cápita de proteína animal, la UBPC 1˚ de Julio desarrolla la cunicultura. (Crédito: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
Muy buenas noticiasen este reportaje,dar maquinaria para el que produce mas,muchos productos se pueden dar normados,por la libreta,el mejor cliente que tiene la agricultura en CUBA es la Libreta de Abastecimiento ,to ne se porque no la consideran,con el papel tan importante y justo,por su equidad,todos los productos,para mi,deben de venderse en la libreta,si hay una sobreproduccion,se libera,creo que la idea esta por ai.mis saludos.
El encomiable esfuerzo del país en fin de nuestra sociedad, poniendo recursos como tractores nuevos y mucho mas, en las manos de empresas agropecuarias que mejoren el abastecimiento de agromercados con la consigna de alcanzar 30 lbs percapita, queda minimizado cuando vemos la calidad de lo que llega a los agros estatales o semi-estatales, a los que al final llegan los productos de menor calidad, incluso son los que abastecen a muchos re vendedores de los barrios por la trastienda, y se llevan lo mejorcito para revender a 2 y 3 veces el precio en estos. Alli, en los agros de barrio quienes van a inspeccionar la calida/precios de lo que se venda??, da pena ver coles picadas de insectos, plátanos mal cortados antes de tiempo, mangos aun reverdecidos, limones sin llegar a su punto de crecimiento, terminando casi todo en los deperdicion y mermas, de verdad que da pena ver como estmos dejando este pais a la especulacion y malversacion de unos cuantos pillos rascacueros…
Cómo producir los alimentos
Lo primero que me viene a la mente es preguntarme cómo ha sido siempre desde los tiempos inmemoriales la producción agropecuaria en Cuba y en el mundo.
En primer lugar, el campesino siembra y cría animales para garantizar su sustento. Sabe que si no produce por encima de sus necesidades no podrá intercambiar o vender lo que le sobra para obtener lo que no puede producir.
Lo primero es la tierra, fuente original de toda riqueza. Debe trabajarla manteniendo su fertilidad para poder dejarla en herencia a sus hijos. Debe evitar toda práctica que la empobrezca.
Le sigue disponer de semilla (agrícola o botánica) para sembrar los cultivos posibles de lograr por la calidad del suelo y condiciones del clima, de lo contrario sería un agricultor recolector que tomaría los frutos que le proporciona la naturaleza. Debe crearle un mínimo de condiciones a sus animales para que se alimenten y se puedan reproducir con los recursos que puede proporcionar la finca.
El agua, entendiéndose como aplicación del riego, sería el tercer factor. Teniendo tierra y disponiendo de semilla puede producir bajo condiciones de secano siguiendo los ciclos de lluvia-sequía y la adaptación del cultivo seleccionado a esas condiciones. De poder regar aumentaría el resultado productivo y reduciría los costos.
El solo, producirá menos; asociado con otros productores se podrán ayudar mutuamente y aprovechar las ventajas comparativas de cada una de las fincas. Unas mejores, otras cercanas a una fuente de agua, otras con un microclima especial. Entre todos podrán adquirir maquinaria, aperos, producir la semilla en los mejores sitios, etc.
El guajiro sembrará lo que tenga seguridad que le van a comprar y que en su finca se puede producir. Antes probará en pequeña escala para ganar en experiencia cuando se trate de una producción para él desconocida. Estará observando cómo le va con esos nuevos cultivos a sus vecinos.
Sabe que en el pueblo le comprarán plátano, malanga, boniato, yuca, ñame, calabaza -que no es vianda, pero pasa como tal- y hasta papa si es capaz de producirla en su finca. Al igual que en su casa, esos productos se consumen en la ciudad los 12 meses del año por lo que se asegurará de producirlas a lo largo del año, según la calidad de sus tierras, la rotación de las cosechas, las inclemencias del tiempo, pues hay años mejores y otros más malos. Si no logra colocar toda la vianda en el mercado le queda el recurso de utilizarla en la alimentación de los animales, oportunidad para la que estaría preparado siempre teniendo los pies de cría indispensables.
Igual sucederá con el tomate, col, pimiento, ají, lechuga, ajo, cebolla, ajo puerro, cebollín, todos de venta segura; con menos demanda quimbombó, zanahoria, remolacha, berenjena, rábano; no se le ocurriría sembrar brócoli o coliflor por no existir hábito de consumo en su entorno.
En las áreas marginales, linderos y otros espacios puede dedicarse a la producción de aguacate, mango, guayaba, todos frutales de venta segura y fácil de producir. Otras más exóticas como las anonáceas, piña, níspero serían siempre aceptadas al igual que la frutabomba.
La leche la puede entregar fresca o elaborar queso; los machos bovinos cebarlos. Ambas producciones a base de pastos artificiales y suplementando los animales con plantas proteicas y con los subproductos de la industria azucarera de su territorio.
El ganado de cerda, un patio de gallinas, cría de ganado menor, todos alimentados con los productos de la finca.
Ese esquema es válido para todo el sector y solamente se requiere adaptarlo a las condiciones específicas de la explotación agrícola en particular: campesino aislado, usufructuario, CCS, UBPC, Granja, Empresa agrícola especializada.
Al Estado en apoyo a la producción de alimentos le corresponde garantizar al universo de los productores:
1 Los insumos básicos para trabajar los que deben estar disponibles para adquirirse libremente sin restricciones. Siempre estuvieron en las tiendas del campo el machete, la lima, la guataca, los guantes la ropa de trabajo, las botas y un largo etc. sin los cuales por muchos planes de demanda que se elaboren por el municipio el guajiro no puede trabajar en su finca por muy revolucionario y patriota que sea.
2 Todo tipo de servicios técnicos, entre ellos: preparación de tierras, reparación de equipos e implementos, producción de semilla, servicio agroquímico, de sanidad vegetal, de extensión agrícola, de capacitación, y todos los que sean indispensables y que el productor por sí mismo no lo pueda obtener con eficcia.
3 Vender tractores, implementos, cosechadoras y demás medios básicos a los guajiros que lo quieran y puedan comprar. Antes de ofertarle un auto todoterreno le oferto todos los tractores que necesite, los que darán mucha más producción que el auto, que más que todo le servirá para pasear e ir al campo. No podrá arar ni cosechar con él.
4 Vender todo el equipamiento que le soliciten para establecer mini industrias, centros de beneficio, u otras instalaciones que incrementen el valor agregado de los productos del campo.
5 Garantizarle la compra y recogida de las producciones mediante un eficiente y completo servicio de acopio y beneficio de las producciones bajo contrato firmado entre las partes que contemple penalizaciones por el incumplimiento de lo acordado y que pueda llegar hasta el último rincón en llanos y montañas al contar con los medios necesarios para recoger las producciones. Si el Estado no es capaz de cumplir con esa tarea deberá permitir a los emprendedores que la quieran realizar, pero legalmente, no como lo hacen hoy ante la desidia de los gobiernos municipales. Si se acaban los bandidos llegarán más productos al pueblo y bajarán los precios. Pero eso sí, el gobierno tendrá que ponerse los pantalones y ser gobierno de verdad, como reza en la Constitución que nos dimos.
6 Determinar la demanda territorial de productos agropecuarios para satisfacer las necesidades del municipio. La base actual de 30 libras de viandas, hortalizas y granos y los 5 kg de carne la considero apropiada. Sería la misma todos los meses pues se come todos los días. Lo que no sería igual son los productos a entregar en cada mes dado el carácter estacional de los cultivos agropecuarios, de eso se encargaría la tradición del territorio. Con ese número en la mano se deberá trabajar en contratar ese nivel de producción con todos los productores, estableciendo los compromisos que sean necesarios. Siempre se podrá producir más de un producto por lo que será necesario ayudar al productor en eliminar los obstáculos que se lo impiden. Hay que dar para poder recibir. Diariamente deberá estar sobre la mesa de trabajo del gobierno en el territorio la cifra en toneladas por contratar en los surtidos genéricos: viandas, hortalizas, granos, frutas, carne, etc. única forma de gestionar lo que se necesita y no dejarlo a la espontaneidad del mercado y de los bandidos que hoy abundan, están a pululu como diría Ruperto.
7 El encargo estatal para el balance nacional estaría en manos de las empresas especializadas sin descartar los excedentes que puedan producir CCS, UBPC y otras unidades de inferior rango. Serían contratadas.
8 No tener miedo a que el campesino o las cooperativas obtengan altos ingresos, siempre que estos sean logrados explotando la tierra y no explotando al pueblo (indigna conocer que el gobierno de un municipio permita que 20 rastras de cebolla cojan el camino equivocado).
Así de sencillo. Solo se requiere de voluntad política y dedicarse a la agricultura como lo hizo Fidel en los años 60, que puso a todo el mundo a trabajar en y por la agricultura. Cómo producir los alimentos
Lo primero que me viene a la mente es preguntarme cómo ha sido siempre desde los tiempos inmemoriales la producción agropecuaria en Cuba y en el mundo.
En primer lugar, el campesino siembra y cría animales para garantizar su sustento. Sabe que si no produce por encima de sus necesidades no podrá intercambiar o vender lo que le sobra para obtener lo que no puede producir.
Lo primero es la tierra, fuente original de toda riqueza. Debe trabajarla manteniendo su fertilidad para poder dejarla en herencia a sus hijos. Debe evitar toda práctica que la empobrezca.
Le sigue disponer de semilla (agrícola o botánica) para sembrar los cultivos posibles de lograr por la calidad del suelo y condiciones del clima, de lo contrario sería un agricultor recolector que tomaría los frutos que le proporciona la naturaleza. Debe crearle un mínimo de condiciones a sus animales para que se alimenten y se puedan reproducir con los recursos que puede proporcionar la finca.
El agua, entendiéndose como aplicación del riego, sería el tercer factor. Teniendo tierra y disponiendo de semilla puede producir bajo condiciones de secano siguiendo los ciclos de lluvia-sequía y la adaptación del cultivo seleccionado a esas condiciones. De poder regar aumentaría el resultado productivo y reduciría los costos.
El solo, producirá menos; asociado con otros productores se podrán ayudar mutuamente y aprovechar las ventajas comparativas de cada una de las fincas. Unas mejores, otras cercanas a una fuente de agua, otras con un microclima especial. Entre todos podrán adquirir maquinaria, aperos, producir la semilla en los mejores sitios, etc.
El guajiro sembrará lo que tenga seguridad que le van a comprar y que en su finca se puede producir. Antes probará en pequeña escala para ganar en experiencia cuando se trate de una producción para él desconocida. Estará observando cómo le va con esos nuevos cultivos a sus vecinos.
Sabe que en el pueblo le comprarán plátano, malanga, boniato, yuca, ñame, calabaza -que no es vianda, pero pasa como tal- y hasta papa si es capaz de producirla en su finca. Al igual que en su casa, esos productos se consumen en la ciudad los 12 meses del año por lo que se asegurará de producirlas a lo largo del año, según la calidad de sus tierras, la rotación de las cosechas, las inclemencias del tiempo, pues hay años mejores y otros más malos. Si no logra colocar toda la vianda en el mercado le queda el recurso de utilizarla en la alimentación de los animales, oportunidad para la que estaría preparado siempre teniendo los pies de cría indispensables.
Igual sucederá con el tomate, col, pimiento, ají, lechuga, ajo, cebolla, ajo puerro, cebollín, todos de venta segura; con menos demanda quimbombó, zanahoria, remolacha, berenjena, rábano; no se le ocurriría sembrar brócoli o coliflor por no existir hábito de consumo en su entorno.
En las áreas marginales, linderos y otros espacios puede dedicarse a la producción de aguacate, mango, guayaba, todos frutales de venta segura y fácil de producir. Otras más exóticas como las anonáceas, piña, níspero serían siempre aceptadas al igual que la frutabomba.
La leche la puede entregar fresca o elaborar queso; los machos bovinos cebarlos. Ambas producciones a base de pastos artificiales y suplementando los animales con plantas proteicas y con los subproductos de la industria azucarera de su territorio.
El ganado de cerda, un patio de gallinas, cría de ganado menor, todos alimentados con los productos de la finca.
Ese esquema es válido para todo el sector y solamente se requiere adaptarlo a las condiciones específicas de la explotación agrícola en particular: campesino aislado, usufructuario, CCS, UBPC, Granja, Empresa agrícola especializada.
Al Estado en apoyo a la producción de alimentos le corresponde garantizar al universo de los productores:
1 Los insumos básicos para trabajar los que deben estar disponibles para adquirirse libremente sin restricciones. Siempre estuvieron en las tiendas del campo el machete, la lima, la guataca, los guantes la ropa de trabajo, las botas y un largo etc. sin los cuales por muchos planes de demanda que se elaboren por el municipio el guajiro no puede trabajar en su finca por muy revolucionario y patriota que sea.
2 Todo tipo de servicios técnicos, entre ellos: preparación de tierras, reparación de equipos e implementos, producción de semilla, servicio agroquímico, de sanidad vegetal, de extensión agrícola, de capacitación, y todos los que sean indispensables y que el productor por sí mismo no lo pueda obtener con eficcia.
3 Vender tractores, implementos, cosechadoras y demás medios básicos a los guajiros que lo quieran y puedan comprar. Antes de ofertarle un auto todoterreno le oferto todos los tractores que necesite, los que darán mucha más producción que el auto, que más que todo le servirá para pasear e ir al campo. No podrá arar ni cosechar con él.
4 Vender todo el equipamiento que le soliciten para establecer mini industrias, centros de beneficio, u otras instalaciones que incrementen el valor agregado de los productos del campo.
5 Garantizarle la compra y recogida de las producciones mediante un eficiente y completo servicio de acopio y beneficio de las producciones bajo contrato firmado entre las partes que contemple penalizaciones por el incumplimiento de lo acordado y que pueda llegar hasta el último rincón en llanos y montañas al contar con los medios necesarios para recoger las producciones. Si el Estado no es capaz de cumplir con esa tarea deberá permitir a los emprendedores que la quieran realizar, pero legalmente, no como lo hacen hoy ante la desidia de los gobiernos municipales. Si se acaban los bandidos llegarán más productos al pueblo y bajarán los precios. Pero eso sí, el gobierno tendrá que ponerse los pantalones y ser gobierno de verdad, como reza en la Constitución que nos dimos.
6 Determinar la demanda territorial de productos agropecuarios para satisfacer las necesidades del municipio. La base actual de 30 libras de viandas, hortalizas y granos y los 5 kg de carne la considero apropiada. Sería la misma todos los meses pues se come todos los días. Lo que no sería igual son los productos a entregar en cada mes dado el carácter estacional de los cultivos agropecuarios, de eso se encargaría la tradición del territorio. Con ese número en la mano se deberá trabajar en contratar ese nivel de producción con todos los productores, estableciendo los compromisos que sean necesarios. Siempre se podrá producir más de un producto por lo que será necesario ayudar al productor en eliminar los obstáculos que se lo impiden. Hay que dar para poder recibir. Diariamente deberá estar sobre la mesa de trabajo del gobierno en el territorio la cifra en toneladas por contratar en los surtidos genéricos: viandas, hortalizas, granos, frutas, carne, etc. única forma de gestionar lo que se necesita y no dejarlo a la espontaneidad del mercado y de los bandidos que hoy abundan, están a pululu como diría Ruperto.
7 El encargo estatal para el balance nacional estaría en manos de las empresas especializadas sin descartar los excedentes que puedan producir CCS, UBPC y otras unidades de inferior rango. Serían contratadas.
8 No tener miedo a que el campesino o las cooperativas obtengan altos ingresos, siempre que estos sean logrados explotando la tierra y no explotando al pueblo (indigna conocer que el gobierno de un municipio permita que 20 rastras de cebolla cojan el camino equivocado).
Así de sencillo. Solo se requiere de voluntad política y dedicarse a la agricultura como lo hizo Fidel en los años 60, que puso a todo el mundo a trabajar en y por la agricultura.
En marzo el país decidió entregar más combustible a la agricultura y en abril no lo habían recibido los productores. Estamos en junio, ¿habrá llegado? Si se sigue demorando será para la campaña de frío que empieza en septiembre de la que comeremos a partir de dic-ene.
Se me ocurre preguntar si el guajiro al que le vendieron el enrollador por encima del productor destacado aportó algo por la izquierda. No se ofenda el que se puwda sentir aludido pero la pandemia ha puesto de manifiesto maravillas.
Si el gobierno del municipio respondiera por la comercialización de los producros del agro abriría un punto de venta hasta en la sede de la AMPP.
He aquí 3 muestras de las trabas de las que habla el Presidente insistentemente.