Rubén Martínez Villena en la memoria cubana
El mandatario cubano aseguró que Martínez Villena es el militante eterno, gran patriota cuyo legado intelectual es hermoso

Foto en Cubaperiodistas
Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República de Cuba, evocó hoy la memoria del intelectual, escritor y revolucionario cubano Rubén Martínez Villena, en el aniversario 86 de su muerte.
El mandatario cubano aseguró que Martínez Villena es el militante eterno, gran patriota cuyo legado intelectual es hermoso.
“#Cuba rinde tributo hoy a la memoria de #RubénMartínezVillena, militante eterno. ‘¡Hay que estudiar, hay que combatir alegremente por la Revolución pase lo que pase’ dejó escrito. Hermoso legado del gran patriota e intelectual. #SomosCuba. #SomosContinuidad”, tuiteó.
La Universidad de las Ciencias Informáticas de Cuba (UCI) señaló en la propia red social que Martínez Villena representa el paradigma de joven de ideales de emancipación y justicia social para su Patria.
“En el #Aniversario 87 de su muerte recordamos a #RubénMartínezVillena, eterno combatiente e intelectual revolucionario cubano. Paradigma de joven de ideales de emancipación y justicia social para su Patria. #TenemosMemoria #CubaViva”, escribió la UCI en su cuenta.
Rubén Martínez Villena tuvo una vida breve pero intensa; nacido en Alquízar, el 20 de diciembre de 1899, se graduó de Derecho Civil y Público y desde entonces se fue nutriendo de ideas revolucionarias, progresistas y antiimperialistas.
En marzo de 1923 protagonizó junto a otros intelectuales revolucionarios la denominada Protesta de los 13, para denunciar un fraudulento negocio que involucraba al gobierno de Alfredo Zayas; el hecho fue considerado como su bautismo político.
Fue además profesor de la Universidad Popular José Martí, perteneció a la Falange de Acción Cubana, al Grupo Minorista, miembro del Partido Comunista y de la Liga Antiimperialista.
Su obra literaria recoge manifestaciones de la prosa y la poesía, destacándose textos como La pupila insomne, El gigante, Insuficiencia de la escala y el iris, El anhelo inútil, Peñas arriba, 27 de noviembre, y Canción del sainete póstumo.
Falleció en La Habana el 16 de enero de 1934, víctima de una tuberculosis pulmonar que fue deteriorando progresivamente su salud.