Un agujero en la autoridad moral del presidente de Colombia
Falsos positivos es el término empleado para referirse a los civiles asesinados por militares y reportados como combatientes enemigos para justificar sus muertes en el contexto del conflicto interno que enfrentó al Estado con organizaciones guerrilleras, paramilitares y delincuenciales

Foto en Prensa Latina
El aumento exponencial de los llamados falsos positivos en Colombia dinamita hoy la autoridad moral del presidente Iván Duque. También de las posturas políticas de derecha que representan, mientras cuestionan el proceder de otras naciones.
Falsos positivos es el término empleado para referirse a los civiles asesinados por militares y reportados como combatientes enemigos. Ello para justificar sus muertes en el contexto del conflicto interno que enfrentó al Estado con organizaciones guerrilleras, paramilitares y delincuenciales.
Mientras la Fiscalía General de la Nación reconoce poco más de dos mil víctimas clasificadas como falsos positivos, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) registró por lo menos seis mil 402 casos, todos en el periodo comprendido del año 2002 al 2008.
La sociedad colombiana sueña con el fin del conflicto civil
La exasenadora Piedad Córdoba recordó en las redes sociales que mientras en el país son develados escándalos como el de los falsos positivos, y son asesinados casi a diario líderes sociales y firmantes del Acuerdo de Paz, el presidente Duque desplaza la atención hacia los asuntos internos de otros países como Venezuela.
El mandatario es considerado continuador de la política derechista de Álvaro Uribe, quien dirigió al país durante los años en que son registrados los falsos positivos y aplaudió la efectividad de los militares en la lucha contra la insurgencia bajo su política de seguridad.
Sin embargo de momento no hay indicio alguno de que Uribe responda ante la justicia, quien tiene investigaciones abiertas por manipulación de testigos y fraude procesal relacionados con el paramilitarismo.
Mientras Duque cuestiona la situación de los derechos humanos en otros países, Colombia tiene a millones de desplazados por la guerra, 80 mil desaparecidos, miles de secuestrados y gasta millones de dólares en defensa, recordó Córdoba en su perfil en Twitter.
Por otra parte personalidades del país suramericano como el expresidente Ernesto Samper destacan la importancia de la labor de la JEP en contraposición a la desarrollada por la fiscalía, y llaman a apoyar a la primera para conocer la verdad de lo ocurrido en el conflicto.
Otros como el senador y excandidato presidencial, Gustavo Petro, abogan por la reacción de la ciudadanía, la que opina debe quitar el poder ‘a los autores políticos de un crimen contra la humanidad tan grave’.
Resultado de una estrategia para engañar
El fantasma de la guerra sigue acechando a Colombia aun cuando la principal organización insurgente, las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia, firmó y cumple con el Acuerdo de Paz de 2016.
La impunidad de políticos y militares, el paramilitarismo, el narcotráfico y los nexos corruptos entre muchos de estos actores solo alejan ese sueño y derecho de generaciones de colombianos, el de vivir en un país en paz.
Saludos revolucionarios de paz y bendiciones desde México hasta Cuba. Las autoridades de Colombia están preocupadas porque en Venezuela Bolivariana el proyecto revolucionario sigue intacto pese a las injerencias del narco-uribismo contra el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro Moros. Ahora resulta que al presidente Iván Duque le molesta que en Ecuador gane un progresista; entonces su gobierno inventa un cuento sobre la supuesta ayuda económica del Ejército de Liberación Nacional a la campaña de Andrés Arauz, candidato presidencial que ganó la primera vuelta. Como no le es posible solucionar los gravísimos problemas que tiene la población colombiana, Iván Duque y Álvaro Uribe Vélez, conocido como “Matarife”, continúan saboteando los proyectos humanistas e integracionistas de la Patria Grande. Atentamente, Fernando Acosta Riveros