En muy breve tiempo, el país recibió por el occidente un fuerte evento meteorológico cuando apenas empezaba a recomponer las afectaciones por otro, menor pero muy doloroso, acontecido en el extremo oriente. Por si fuera poco, el sistema eléctrico nacional, frágil como capa de cebolla, colapsó y una vez más hundió a la nación en la oscuridad durante varios días. Como si no fuera suficiente, un despertar sísmico vino a agravar las ya duras condiciones para resarcir los daños acumulados. Tal coctel de calamidades inevitablemente obligará a estudiar mejor las vulnerabilidades para conformar una mejor percepción de riesgos
AUTORES:
ALEJANDRA MOREJÓN II HÉCTOR ALEJANDRO CASTAÑEDA II TONI PRADAS
FOTOGRAFÍA PORTADA:
TONI PRADAS