¿Y cómo lo resolvemos? (II y final)

Por supuesto que esta no es la única visión acerca de estos problemas. El pueblo tiene todo el derecho, y el deber, de exigir por el ritmo del avance, en todo.

El jefe de la Revolución

Precisamente por nuestra orientación y vocación martiana, no tenemos duda de que es el pueblo el verdadero jefe de la Revolución. Sus instituciones, tienen el deber de garantizarlo.

Hay y habrá Revolución solo si el pueblo así lo quiere y lo sustenta. Fidel la definió con total exactitud: del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Esa voluntad popular es alentada y encauzada por:

  • las estructuras políticas de vanguardia,
  • el movimiento obrero en su justo papel representativo y movilizador de los trabajadores de los diferentes sectores;
  • las organizaciones de masas y sociales, renovadas y fortalecidas;
  • el estudiantado;
  • las fuerzas armadas, de la seguridad y el orden interior, pueblo uniformado;
  • las estructuras estatales, judiciales, gubernamentales, empresariales..

Es en esa enorme fuerza del pueblo unido y ejerciendo su legítimo poder bajo la dirección de su partido de vanguardia, donde está la posibilidad de resolverlo todo, conforme a las metas propuestas.

Sin duda, debe reconocerse que venimos avanzando, a pesar de las enormes adversidades de pandemia, bloqueo maximizado y crisis sistémicas mundiales que nos alcanzan, como ahora los efectos de la guerra en Europa.

El compendio de Ideas, conceptos y directrices del 8vo. Congreso del PCC traza una ruta crítica bien definida, que se esclarece, concreta y profundiza en los procesos de balance de las estructuras, municipales, provinciales y ahora en los núcleos del Partido.

Para quienes visualizan y están comprometidos con estas amplias perspectivas, está clara la estrategia, el rumbo, los métodos y medios, el inmenso conjunto de medidas adoptadas para alcanzar los objetivos, restándole cada día pedazos resueltos a los grandes problemas, como constantemente lo reitera Díaz-Canel.

Las soluciones están ahora en la base

Sin embargo, para una parte del pueblo no se ven ni se sienten tan claras las soluciones, y se debate en las dudas, interrogantes, confusiones y angustiosos temores como algunos de los que anotamos al inicio de estas líneas y que –por cierto– no son los únicos, ni tal vez los más importantes.

Si se aprecia con objetividad y justicia la gestión legisladora y en general normativa de las instituciones estatales y gubernamentales, debe reconocerse que se ha despejado muchísimo el camino para avanzar hacia el perfeccionamiento de un Estado socialista de derecho y encontrarles soluciones a los principales problemas.

Baste mencionar la gran prioridad y amplísimas facultades descentralizadas con que cuentan los municipios, con una más definida línea de dirección estatal superior, y la gubernamental y administrativa subordinada.

Los delegados responden a sus electores, al pueblo; participan en toda la estrategia de desarrollo y planificación, y deben exigir los debidos cumplimientos dentro de las posibilidades reales.

Las empresas tienen ahora tantas atribuciones, que recientemente comentaba el Presidente, ya no se sabe qué no pueden decidir.

Los nuevos actores económicos de las micro, pequeñas y medianas empresas, cooperativas no agropecuarias y trabajadores por cuenta propia, enfrentan un vastísimo horizonte de posibilidades, incluida la de exportar e importar mediante empresas especializadas. Se procura que los encadenamientos productivos exitosos devengan la regla.

[quote]Entonces, ¿qué nos falta para destrabar lo que sigue trabado y encauzar las soluciones en la medida posible?

La clave parece estar en una mayor toma de conciencia de que la potencialidad de avanzar, en casi todo, está en la base.[/quote]

Hacer Revolución cada día, en cada acto

No se trata de dar quejas lastimeras, sino de actuar para hacer Revolución en cada lugar, cada día, en cada acto. Desatar la voluntad creativa de las personas, como lo demostraron de manera admirable nuestros científicos en las soluciones que nos permitieron crear vacunas, medicamentos y equipos para lidiar ejemplarmente con el azote de la pandemia, que aún agobia a buena parte del mundo.

Tomar conciencia práctica de ese poder real que radica en el pueblo bajo la dirección de su Partido de vanguardia, en los ciudadanos, y en sus representantes, es decisivo.

Que los delegados del Poder Popular desempeñen con el debido ímpetu sus funciones, y que reciban todo el respaldo y apoyo que necesitan en su gestión.

Potenciar las prerrogativas de los Consejos Populares, para organizar mejor la vida económica y social de esas demarcaciones. Extirpar las nocivas prácticas de cambiar de lugar a un administrador o empleado denunciado por robarle a la población.

Sacudir las estructuras intermedias de cuadros cansados, acomodados, ineficientes. Hace mucho que se evidenció la necesidad no solo de cambiar mentalidades, sino también mentes.

Raúl insistió en que quien no se siente ya capaz de cumplir las expectativas del cargo, que renuncie. Pero si algunos no dan por sí mismo ese paso al costado, no demorar las sustituciones necesarias.

El Primer Secretario de nuestro Partido orienta reiteradamente que se propicien voluntariedades de jóvenes capacitados para asignarles responsabilidades importantes, y brindarles todo el apoyo necesario.

A los corruptos, que se comprueba que lo son, hay que denunciarlos, exigir sacarlos de los cargos que ocupen, sin contemplación alguna. Desterrar la resignada conformidad de que ‘eso lo sabe todo el mundo, y no pasa nada’. Tiene que pasar. Volver sobre el asunto, exigir.

Como pueblo, somos poder

Si no nos creemos, de verdad, que en nuestro socialismo, como pueblo, somos poder:

  • seguirán medrando los negociantes de turbios antecedentes y conductas;
  • los especuladores que confían en su impunidad;
  • las colas contaminadas de revendedores o mal organizadas, o hasta innecesarias con mejor uso del personal que no está haciendo nada y solo hay un dependiente para despacharle a todo el mundo;
  • las tierras ociosas, que no acaban de entregarse, o de explotarse para los fines designados;
  • el plan hecho para cumplir la formalidad, pero no para prever de verdad y poder adoptar las mejores decisiones;
  • los materiales locales que no se convierten en viviendas;
  • las madres solas que nadie ha ido a ver para ayudarlas;
  • las auditorías complacientes;
  • los cobros y pagos dormidos en las computadoras o en el papeleo sobre un buró;
  • los jefes y empleados que lo complican todo en vez de buscar soluciones;
  • los que siguen sin ver aquí la perspectiva de futuro, aunque tampoco han hecho nada para crearla pese a los modos que van estando cada vez más disponibles…

Todo lo feo que debería llevarse el rabo de nube, pero que con buena voluntad y determinación puede ser eliminado por nosotros, el pueblo, en la base, como digna respuesta al ejemplar desempeño de nuestra máxima dirección continuadora del legado de Fidel, y a la confianza que ella tiene depositada en la juventud, y en todos nosotros.

¿No crees que sí podemos resolverlo?

http://bohemia.cu/pensandolo-bien/2022/04/y-como-lo-resolvemos-i/

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