Foto./ Leyva Benítez.
Foto./ Leyva Benítez.

Amar bajo la lluvia

Y José Arcadio Buendía se puso a crear recuerdos de los amores más cuerdos y con la fotografía, una tarde que llovía definió con su razón que el Amor pide perdón por la idea que lo aferra, diciendo: “Es temblor de tierra que ocurre en el corazón”. Alquimia desconocida, llovizna por los caminos, entronque de los destinos, es el Amor en la vida. Agua que va repartida por las calles paralelas; pasión en barcos de velas; lluvia, un mar de sentimiento; la ilusión, el pensamiento; lo que quieres, lo que celas. Magia, suspiro, salterio; lluviosa sed en el alma; cascadas, agua sin calma, duda, desazón, misterio. Latidos en cautiverio de un deseo que no sabe si en medio del pecho cabe, si se detiene, si corre. Fuente, portezuela, torre; brújula, amuleto, llave.

Leyva dijo: “Lluvias tengo que son amores muy sanos, y nunca cariños vanos. Con mi cámara retengo por el sendero que vengo, amor de adulto y niñez: un tiempo que ya no es con preguntas y respuestas, rico de sumas y restas que un día tuvo después”.

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