Acomodar el pelo a nuestro antojo ha sido siempre una aspiración de la humanidad. Cambiar su forma, su largo, textura o estructura ha sido asumido como un juego, un gusto e incluso una necesidad.
Para tales fines se han inventado disímiles productos y herramientas, tales como las panchas secadoras y tenazas, las cuales, mediante la aplicación de calor, cambian la estructura original de las hebras.
Las ondas de calor al entrar en contacto con el pelo rompen, de manera temporal, las estructuras químicas que unen las moléculas de queratina que conforman las hebras.
En dependencia de la dirección y el instrumento con que se aplique ducho calor podemos dotar de formas nuevas al cabello: lacio, ondulado o rizado.
Pero, a la par, este calor evapora el agua que compone la hebra, deshidratándola durante el proceso.
Una hebra deshidratada se vuelve frágil, opaca, quebradiza, porosa e incluso varía su color. ¿Has visto la tierra cuarteada durante los períodos de sequía? Pues eso mismo le sucede a tu melena.
Con el paso del tiempo estos instrumentos han evolucionado para volverse menos agresivos, pero la verdad es que siguen siendo un atentado contra la melena si no se utilizan correctamente.
No obstante, haciendo un uso moderado y adecuado de las mismas podemos obtener buenos resultados y tener un cambio de look al momento.
Por tanto, las recomendaciones básicas para su uso serían:
No planchar, rizar o secar todos los días, ni hacerlo sobre el pelo mojado, salvo la última, evidentemente.
Tampoco rizar o planchar sobre el cabello enredado, o sobre mechones muy grandes, tendrás que pasar muchas veces y no obtendrás un buen acabado.
No planches muy rápido, ni pases la plancha muchas veces por el mismo mechón, mejor hazlo despacio y pocas. Tampoco apliques calor sobre aceites y de ser posible busca una herramienta de calidad que pueda ofrecerte óptimos resultados.
Por último pero no menos importante, siempre utiliza un protector térmico antes de someter al cabello a estas temperaturas, este será tu mejor aliado.
Si, a pesar de lo anteriormente expuesto, decides que prefieres llevar tu cabello lacio, es preferible que optes por un tratamiento químico para alisar. Es una opción menos dañina y más duradera que planchar a diario. Los hay con diferentes formulaciones y con componentes no agresivos, así que pudieras elegir el que más se acomode a los resultados que esperas.
Recuerda, la idea no es dejar de usar estas herramientas, sino usarlas con consciencia para obtener los mejores resultados.