Foto./ Calixto N. Llanes. Periódico JIT.
Foto./ Calixto N. Llanes. Periódico JIT.

Sacrificio y dedicación

Medallas y marcas importantes realzaron a Cuba


Tolerancia y respeto se fusionaron durante la actuación de los atletas con discapacidades en los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, que tuvieron lugar del 17 al 26 de noviembre en la capital chilena. Cuba se sumó con orgullo al centro de atención.

Aunque sabemos que no es lo más importante, sino todo lo conmovedor que hay detrás en cuanto a voluntad y entrega, el pronóstico oficial precompetencia, fijado en 13 oros, seis platas y 15 bronces, se quedó tan solo a un “pelo” por debajo en cuanto a los títulos. Conseguimos 12, con gran protagonismo como se esperaba del paratletismo (7), más un par de plata y tres bronce.

En el total, se superaron las plateadas previstas en dos (8) y dimos en el clavo en los bronces (15), para una cosecha de 35 preseas. Esa suma nos colocó en un meritorio séptimo lugar por países, un escalón por delante de una potencia mundial como Canadá, a la cual le sacamos tres cetros de ventaja. Y nos antecedieron los anfitriones, que terminaron sextos (16/20/15=51).

Dos de nuestras damas resultaron bicampeonas:

Una de ellas, La campeona Yenigladys Suárez, quien venció en la pistola a 10 y a 50 metros.

Yenigladys Suárez conquistó dos cetros./ Calixto N. Llanes.

La tiradora se convirtió en doble monarca con su pistola, en la categoría SH1 (limitación en el movimiento de brazos, la parte inferior de torso y piernas, o ausencia de alguna extremidad).

En la distancia más larga consolidó el éxito en la novena y decisiva ronda de disparos. Afiló la puntería a la hora buena y se hizo del trono. En la corta reeditó su título de Lima 2019, donde implantó récord continental con 227.4 puntos. Ahora mantuvo su corona de América con tirada de 225.1, mostrando una estabilidad envidiable durante esta final.

La otra es la velocista Omara Durán, quien fue descalificada en los 400 metros (m), pese a llegar primera. Ella hubiera redondeado su trilogía y, además, daría a la delegación cubana la medalla de oro número 13 para el total general.

Los hechos

La muchacha, junto a su guía Yuniol Kindelán, estuvo fenomenal, pero en la última de sus competencias cometió un error técnico que la descalificó: se soltó de su guía para entrar con los brazos abiertos a la meta. Hecho lamentable por estar competitivamente por encima de sus rivales. De esa forma se cayó una de las coronas más seguras de la delegación.

Sin embargo, provocó que se entonara el himno cubano dos veces en el Centro Atlético Mario Recordón del Complejo Estadio Nacional de Santiago.

Su primera escalada a lo más alto del podio fue en los 200 metros (m), competencia en la cual estuvo a punto de romper el récord para estas lides en dos oportunidades. En las semifinales se detuvieron los cronómetros, tras llegar a la meta, en los 23:59 segundos (s) y así impuso una nueva cota continental. Ella misma era la anterior recordista con su registro de 23:67 conseguido en Lima 2019; marca que superó ahora también en la final, cuando corrió la distancia en 23:63. Luego brilló en los 100 m planos, igualando su récord parapanamericano de 11:65 s, conseguido en Toronto 2015.

Con respecto a lo sucedido en los 400 m, Jorge Reinaldo Palma, jefe técnico de la delegación, explicó al enviado especial Raúl Hernández Lima que se hizo la reclamación pertinente, pero no fructificó. “Pudimos comprobar que ciertamente suelta la cuerda guía instantes antes de entrar a la meta y por esa razón se le aplica la regla 7.9.5, concerniente en cuestiones de asistencia a los atletas”.

Omara habló después de lo sucedido. “He sentido la tristeza más grande de toda mi carrera”. Y tiene que ser cierto. Traía en su palmarés los cetros en esas tres distancias desde Río 2007 hasta Lima 2019.

Por ello la abanderada cubana llegó a Santiago para intentar cerrar una fantástica temporada, en la cual recaudó un triplete de oro en el Campeonato Mundial París 2023 el pasado mes de julio (100, 200 y 400 m), pero un pequeño detalle rompió el encanto.

Igual, puede que lo bueno sea que le haya pasado aquí, y no en París 2024, donde también es candidata a ganarlo todo. Sabemos que no le volverá a ocurrir, mas aprovechamos para expandir una alerta, pues en los últimos años algunos errores mentales han aparecido en varios de nuestros deportistas en eventos internacionales.

Omara atesora ocho medallas de oro bajo los cinco aros en la categoría T12 (débiles visuales profundos): dos en Londres 2012 (100 y 400 metros), tres en Río 2016 (agregó también los 200) y luego en Tokio 2020, donde repitió en las tres distancias.

Otras marcas memorables

Un veterano como Ever Castro se llevó buena parte de los aplausos. El jabalinista (F41, baja estatura), a sus 51 años, realizó cinco de los seis disparos aptos para la medalla de oro. En definitiva, un 35.21 m quedó como récord.

Otro antillano en la misma especialidad, categoría T 13 (discapacidad visual), Uliser Aguilera, fue campeón e impuso récord panamericano de 61.11 m.

Todos recordamos a Robiel Yankiel Sol (T47, discapacidad en miembros superiores), campeón paralímpico en Tokio 2020. Volvió a brillar, cual su apellido. El saltador de longitud, titular además del continente en Lima 2019, y abanderado cubano en Santiago 2023, hizo estragos al agregar más centímetros a su propio récord del orbe, con un salto de 7.74 metros, superior al 7.69 anterior, conseguido en el Grand Prix de Jesolo, Italia, en el pasado mayo.

A su vez, Guillermo Varona superó a todos con la jabalina para la categoría F46 (afectado en miembro superior) con un lanzamiento de 60.23 m; de esa forma elevó su propio récord para el evento en 28 centímetros.

En la pista Daniel Milanés ganó oro en los 400 metros (T47). El muchacho de solo 19 años bajó por primera vez de los 50 segundos y con 49.94 s subió a lo más alto del podio.

Más letras doradas

Otros deportes aportaron cetros:

El matrimonio de los judocas Sheyla Hernández (+70 kg) y Yordani Fernández (+90 kg), ambos J2 (discapacidad visual grave), unió lazos de amor con el metal dorado.

Igualmente, el tenista de mesa en silla de ruedas (TT1) Yunier Fernández conquistó la cima y se adjudicó un boleto para los Juegos Paralímpicos París 2024.

Lo cierto es que el deporte cubano volvió a consolidar otra buena actuación, ratificando su solidez, a pesar de la crisis económica imperante en el país y el bloqueo impuesto por el gobierno estadounidense.

Un punto y aparte merecen entrenadores y médicos, que en este caso es de mayor importancia por tratarse de competidores con discapacidades.

Aplausos entonces para nuestros paratletas, ejemplo de sacrificio y dedicación. ¡Gracias!

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