To be or not to be: ¿Retorno británico a la Unión Europea?

A tres años de la salida del bloque comunitario varias señales desde Londres apuntan al regreso, en medio de una crisis generada por la inflación y los desacuerdos políticos


Los británicos se lo han pensado mejor y ya no están tan convencidos de estar fuera de la Unión Europea. El sentimiento ya tiene hasta nombre: Bregret, y es mucho más que una emoción nostálgica. Tiene mucho del pragmatismo de los habitantes de las islas anglosajonas, quienes, luego del divorcio con Bruselas han tenido que sortear el incremento de la inflación, la burocracia, la polarización social y la crisis estructural de sus instituciones políticas.

La más reciente encuesta de la firma YouGov advirtió en noviembre de 2022 que el 56 por ciento de los entrevistados admitía que el Brexit había sido una equivocación. El número es superior al resultado del referendo de 2016, que, con el 51, 89 por ciento de las papeletas, abrió el camino a la salida de Londres del grupo de los 27. El escrutinio aporta otros números interesantes: uno de cada cuatro encuestados cree que las cosas han empeorado en los últimos tres años y un tercio se siente engañado sobre los supuestos beneficios de este paso.

En la opinión pública británica crece la oposición al Brexit. / timesofmalta.com

Para añadir más condimentos a la opinión pública el diario The Independent hizo otro sondeo sobre el tema en el que el 65 por ciento de los británicos quiere que la consulta se repita. Mientras, la última edición de la Encuesta Social Europea señala que en aquellos estados que se mantienen en la Unión el porcentaje de encuestados que afirman que votarían a favor de permanecer en el club comunitario ha pasado del 54 en 2016 al 70 por ciento en 2022. Analistas creen que el europeísmo se ha fortalecido con los dolores de cabeza de los británicos al salirse del bloque.

Durante su permanencia en la Unión Europea, el Reino Unido mantuvo su moneda (libra esterlina) y ciertas prerrogativas, sin que ello significara limitaciones en el acceso a todos los beneficios arancelarios y aduanales. Muchos pensaron que esta condición limitaría el impacto económico de la salida, pero no ha sido así. En tiempos de Covid-19 y conflictos en el este europeo los políticos achacaron el retroceso económico al contexto, pero los recientes números divulgados por el Fondo Monetario Internacional evidencian que mientras otras economías se recuperan, la del Reino Unido será la única del G-7 que no prevé un crecimiento en 2023.

Con el tercer aniversario del Brexit cercano, muchos se apresuraron en publicar las malas noticias, a pesar de lo cual el gobierno del conservador Rishi Sunak lanzó fuegos artificiales en los festejos y destacó el hecho como un hito en la defensa de los intereses nacionales y la soberanía de las islas británicas. No obstante, una encuesta de las Cámaras de Comercio Británicas le recordó que la salida ha reducido en torno a un 15 por ciento el comercio entre Londres y Bruselas (que era su principal socio) y el 77 por ciento de las compañías británicas admiten que el acuerdo no les ha ayudado a expandir su negocio en el continente.

Durante la campaña a favor del Brexit se le dijo a la ciudadanía que la eliminación de la libre circulación favorecería el empleo y la economía, pero las restricciones convirtieron al Reino Unido en un país menos atractivo para trabajadores europeos, quienes ahora no pueden establecerse sin un contrato laboral y sin demostrar un nivel aceptable de inglés. La escasez de personal calificado incide en la construcción, el turismo y la salud, y se calcula que ronda el medio millón de trabajadores.

Para la mayoría de los expertos y políticos, el gran escollo del Brexit ha sido el Protocolo de Irlanda del Norte. El acuerdo es en sí difícil de explicar y mucho más de aplicar. En él se plantea que Irlanda del Norte queda dentro del mercado interior comunitario y británico, por lo que los controles al comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea se efectúan en los puntos de entrada norirlandeses. Los nuevos trámites y el aumento de la burocracia para importar/exportar bienes y productos ha complicado el comercio internacional y disparado los precios de diferentes industrias. Toda esta situación se ha traducido, según el London School of Economics, en un incremento en 210 libras esterlinas del costo de la vida en los hogares británicos.

Lo que ocurre con el Protocolo eleva las tensiones en la provincia británica que comparte fronteras con Irlanda (miembro de la Unión Europea)  y que fue escenario de una cruenta guerra civil durante gran parte del siglo XX. Los norirlandeses, para comerciar con otras regiones de su propio país (Reino Unido) deben sortear los mecanismos burocráticos de esos pasos fronterizos, lo cual, consideran, los perjudica económicamente y exacerba los intentos de secesión en la provincia. Se dice que cada vez es mayor el peligro de que se rompan los acuerdos del Viernes Santo que trajeron paz a la zona y prometieron que no existirían fronteras físicas entre las dos Irlandas.

En la frontera entre las dos Irlandas es usual encontrar carteles contra el Brexit. / larazon.es

Pero ahí no acaban los males. Más al norte, Escocia ha reclamado, aún sin éxito, su derecho a un nuevo referendo para independizarse. Los escoceses votaron en mayoría a favor de permanecer en la Unión Europea y se creen perjudicados por los acuerdos entre Londres y Bruselas. La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, prometió que, si no convence a las autoridades centrales para un nuevo referendo independentista, las próximas elecciones generales, probablemente en 2024, serán un referendo de facto.

Con esas nubes en el horizonte otras tormentas se desencadenan también en el número 10 de Downing Street (donde vive el jefe del Gobierno británico). Desde que se celebró el referendo en 2016 que dio pie al Brexit, cuatro tories (miembros del Partido Conservador) han pasado por el apartamento evidenciando las divisiones internas del grupo político que lideró la campaña por la salida del bloque comunitario. No existe un consenso interno sobre la mejor manera de lidiar con los problemas derivados de un acuerdo que ellos mismos negociaron y ahora amenazan con abandonar unilateralmente si Bruselas no acepta cambios.

Lo que podría ser una alternativa política, el Partido Laborista, el otro actor de un sistema político históricamente bipartidista, no ha puesto sobre la mesa soluciones reales. Analistas consideran que los laboristas defienden mantener la pureza del Brexit e introducir ligeros cambios, pero, de ganar en las elecciones venideras-como parece que ocurrirá- estarán presionados por la ciudadanía a acercarse más a la Unión Europea.

¿Volverán los anglosajones a la Unión Europea? Hacia lo interno es posible, pero actualmente inviable. De acuerdo con un análisis del Observatorio Winston Churchill, en el país se teme que un nuevo referéndum profundizaría la división y comprometería al político que lo convocase, un costo que ningún líder actual, conservador o laborista, está dispuesto a asumir. Por otro lado, es poco probable que se mantengan los términos con los que se produjo la entrada de Londres en el bloque. Un artículo publicado en The Observer sugiere que Bruselas pujaría por que se aceptaran el euro y la libre circulación, puntos calientes para la ciudadanía.

En el otro punto de la cuestión está que la Unión Europea acepte el retorno del hijo pródigo. Miembros de los equipos que negociaron el Brexit declararon que la puerta para el regreso siempre quedó abierta, aunque se sabe de miembros de peso en el bloque que objetarían el retorno o exigirían condiciones y recordarían los dolores de cabeza que siempre produjo Londres en la búsqueda de consensos.

En el siglo XVII los británicos ejecutaron a su rey y establecieron una república, pero poco más de una década después decidieron que se habían equivocado y restablecieron la monarquía. Quizás el Reino Unido se encuentra ahora ante disyuntivas similares, pero se requerirá cierto tiempo para que cualquier intención se concrete.

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Un comentario

  1. Gran Bretaña salió de la Unión Europea, pq decenas de miles de europeos emigraron a ese país buscando mejoras. Es buena señal de que vuelvan a unirse. Los países no pueden estar solos. Se debiera hacer lo mismo en América Latina. El tema es bajo qué esqauema: de izquierda, de derecha o buscando el bien común?

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