La juventud y la esperanza

Después de la madrugada aciaga, de la desolación envuelta en hojas sobre el suelo, de los troncos rotos por la furia de los vientos, de la oscuridad tras los cables caídos y los transformadores defectuosos; llegaron las manos buenas, manos jóvenes y otras con mucha mayor experiencia para trabajar juntas en pos de restaurar lo dañado y obrar el milagro de la sanación.

Sanar. Qué difícil para las ciudades y los pueblos después de sufrir el embate de un huracán que no entiende de pérdidas, de lo triste que es volver a empezar cuando se tiene poco, o nada. Pero no hay otra opción que limpiar el camino, abrir senderos, levantar los cables, sortear las dificultades… y seguir.

Dicen que cada vez los seres humanos somos más individualistas, menos sensibles a la pena ajena, muy poco entregados a una causa que no nos reporte beneficios. A veces, también lo creo. Más en situaciones terribles de desastres naturales, en momentos de pérdida colectiva, renace la esperanza.

La trajeron en sus mochilas, en sus pulóveres, en sus pechos, estos jóvenes estudiantes de la FEU, de la FEEM, y combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias… Se unieron a los linieros para ayudar en lo que pudieran, mientras trabajaban para restablecer el servicio de electricidad; cargaron con los escombros, con la suciedad dejada por Ian y la sacaron de las calles, de los barrios. Y nos dejaron luz.  

En este siglo que parece repleto de sinsabores, de crisis económicas, epidemiológicas, de valores morales…, llegaron estos muchachos y nos recordaron al Che, cuando se cumplen 55 años de su caída en combate en Bolivia. Y no es que lo mencionaran siquiera. No hizo falta: sus acciones expresaron más que cualquier montón de palabras. Los miramos y recordamos aquella frase de El socialismo y el hombre en Cuba: “La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud: en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera”. Que así sea.


Créditos:

Por. Liudmila Peña Herrera

Fotos: Jorge Luis Sánchez Rivera

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