Otra vez Cuba entera salió a la calle, a depositar en ríos, mares, presas, arroyos y cuanto espejo de agua existe, el cariño de siempre hacia el Señor de la Vanguardia
Imposible imaginar un 28 de octubre sin la gente saliendo temprano de sus casas, flor, ramo de flor, corona en mano, rumbo al río o arroyo más cercano, o hacia la laguna, presa, tramo de litoral…
Y no es solo que Camilo Cienfuegos llame, convoque, es que con él vamos.
De niños se dibuja la mañana a punta de un pincel que no distingue edades… ni nada. Es que Camilo sigue siendo el pueblo mismo.
Con él hasta la eternidad, desde la historia que jamás buscó ni pretendió para sí mismo. Pero la integra y honra.



