Foto. / ACN
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Díaz-Canel: «¡Somos más y venceremos!»

El Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, agradeció la presencia de los Jefes de Estado y/o Gobierno, así como representantes y jefes de delegaciones que participan en la Cumbre del G77 y China, y pronunció las palabras inaugurales de esta importante cita


Con la presencia del Líder de la Revolución Cubana, General de Ejército, Raúl Castro Ruz; el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, comenzó la jornada inaugural de la Cumbre del G77 y China, con sede en el Palacio de las Convenciones de La Habana.

El mandatario cubano agradeció la presencia de los Jefes de Estado y/o Gobierno, así como representantes y jefes de delegaciones que participan en la importante cita, y señaló que Cuba se siente honrada con la responsabilidad de organizar esta cumbre. “Doy la bienvenida a los presentes, a la tierra de José Martí, a quien debemos la hermosa idea de que Patria es humanidad”, señaló en las palabras inaugurales.

Destacó que esta es una cumbre austera, que se celebra a pesar de las dificultades y el bloqueo de seis décadas impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba, ahora reforzado.

Enfrentamos también colosales desafíos como consecuencias del injusto orden internacional vigente, pero no somos los únicos. “Hace casi 60 años fue la comunión de dificultades y la esperanza de que juntos podíamos enfrentarlos y vencerlos, lo que nos hizo nacer como Grupo. Somos los 77 y China y somos más”, aseguró.

El Grupo tiene la inmensa responsabilidad de representar en la escena internacional los intereses de la mayoría de las naciones del planeta. Somos 134, lo que equivale a más de las dos terceras partes de los estados miembros de Naciones Unidas donde vive el 80% de la población mundial.

El mandatario cubano señaló que reunirnos nos brinda la oportunidad de deliberar en colectivo para aunar esfuerzos en defensa de los intereses de esas mayorías, nos ayuda a conciliar posiciones contra los retos actuales para el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos, pero también impone cuestionamientos.

«Esta Cumbre ocurre en un momento en que la humanidad ha alcanzado un potencial científico-técnico inimaginable, con una capacidad para generar riqueza que, en condiciones de mayor igualdad, podría asegurar niveles de vida confortables y sostenibles para casi todos los pobladores del planeta.

«Con el derecho que nos asiste por ser la gran mayoría del Grupo de los 77 las víctimas principales de la crisis que sufre el mundo, del abusivo intercambio desigual, de la brecha científica, tecnológica y conocimiento, del efecto del cambio climático y agotamiento de los recursos, exigimos ya la democratización pendiente del sistema de relaciones internacionales», agregó.

Díaz-Canel señaló además que muchas de nuestras naciones son llamadas pobres cuando de verdad deberían considerarse naciones empobrecidas y, es preciso revertir esa condición en la que nos sumieron siglos de dependencia colonial y neocolonial, porque no es justo y porque no soporta ya el sur el peso muerto de todas las desgracias.

“Los que levantaron ciudades deslumbrantes con los recursos, el sudor y la sangre de las naciones del Sur, sufren ya y sufrirán más en lo adelante las consecuencias de los desequilibrios económicos y sociales que propició el saqueo; porque viajamos en la misma nave, aunque algunos sean pasajeros VIP y otros sus servidores”, aseguró.

“El único camino válido para que esta nave mundo no termine como el Titanic es la cooperación, la solidaridad, la filosofía africana que entiende el progreso humano sin exclusiones donde el dolor y la esperanza de cada uno sea el dolor y la esperanza de todos”, agregó.

«Si hemos propuesto como tema de esta cumbre El papel de la ciencia, la tecnología y la innovación como componentes del debate político asociado al desarrollo, lo hacemos convencidos de que los logros y avances en ese campo son los que dirán a la postre si es posible y cuándo, alcanzar los objetivos de desarrollo sostenibles relacionados con el fin de la pobreza; el hambre cero en el mundo; la salud y el bienestar; la educación de calidad; la igualdad de género; el agua limpia y el saneamiento; la solución a los problemas de la energía; el trabajo; el crecimiento económico; la industrialización y la justicia social», señaló.

Asimismo comentó que no será posible avanzar hacia un modo de vida sostenible, en armonía con las condiciones naturales que garantizan la vida en el planeta sin esas premisas y, es obvio que el proceso transformador hacia todos estos objetivos contempla de una forma u otra, el papel del conocimiento como generador de ciencia, tecnología e innovación.

El Jefe de Estado sentenció además que es preciso derribar ya las barreras internacionales que han obstaculizado el acceso al conocimiento en los países en desarrollo y al aprovechamiento por parte de ellos de factores tan determinantes para el avance económico y social.

De igual forma se refirió a las barreras íntimamente asociadas a un orden económico internacional injusto e insostenible que perpetúa condiciones de privilegios para los países desarrollados y relega condiciones de subdesarrollo a una parte mayoritaria de la humanidad.  

Destacó que sin atender estos temas no se podrá alcanzar el desarrollo sostenible al que todos tenemos derechos por más metas que se pongan, ni se podrá estrechar la inmensa brecha que separa las condiciones de vida privilegiadas de un segmento reducido de la población del planeta y el subdesarrollo que se profundiza entre las grandes mayorías. 

Apuntó que tampoco se podrá confiar en que alcanzaremos un mundo de paz en el que desaparezcan las guerras y los conflictos armados de todo tipo.

Subrayó que la ciencia, la tecnología y la innovación desempeñan un papel trascendental en la promoción de la productividad, la eficiencia, la creación de valor agregado, la humanización de las condiciones de trabajo, el impulso del bienestar y la garantía del desarrollo humano.

Sin embargo, advirtió el Jefe de Estado cubano, estas posibilidades no están al alcance de todos. Indicó que al respecto la ONU ya ha resaltado que la creación y difusión de las tecnologías de producción digital de avanzada (PDA) siguen concentradas a nivel mundial, con un desarrollo muy leve en la mayoría de las economías del Sur.

“Lejos de convertirse en herramienta para cerrar las brechas del desarrollo y contribuir a superar las injusticias que amenazan el propio destino de la humanidad, tienden a convertirse en armas para profundizar esa brecha y doblegar la voluntad de muchos gobiernos y proteger el sistema de explotación y saqueo”, explicó Díaz-Canel.

Lo anterior explica que en medio del más colosal desarrollo científico-técnico de todos los tiempos, el mundo haya retrocedido tres décadas en materia de reducción de la pobreza extrema y se registren niveles de hambrunas no vistos desde años atrás.

“No se puede hablar seriamente de avance tecnológico o de acceso equitativo a las comunicaciones antes estas realidades”, subrayó.

“Basta señalar que, en medio de la mayor pandemia que ha conocido la humanidad, solo diez fabricantes concentraron la producción de vacunas contra la COVID-19”, explicó Díaz-Canel.

«La pandemia evidenció, con crudo realismo, el costo de la exclusión científica, que cobró vidas y amplió la distancia entre el Norte y el Sur. Tras la pandemia, nuestros países han debido afrontar duras circunstancias en las que aún pelean para salir a flote», agregó.

Debe ser tarea prioritaria derribar los paradigmas que se limitan a los entornos culturales y los paradigmas del norte y que privan a la comunidad científica internacional de un capital intelectual considerable, destacó el Presidente cubano.

Esta tendencia plantea como premisa la urgencia de rescatar el elemento más dinamizador de nuestras sociedades: el ser humano y su actividad creativa.

En este empeño la creación de capacidad es clave para hacer realidad las promesas que la ciencia, la tecnología y la innovación entrañan para el desarrollo sostenible.

El mandatario cubano motivó a recuperar el espíritu de lucha, el conocimiento tradicional, el pensamiento creativo y la sapiencia colectiva; «luchemos por nuestro derecho al desarrollo, que es también el derecho a existir como especie».

«Solo así estaremos en condiciones de concurrir a la revolución científico-técnica en pie de igualdad; solo así seremos capaces de ocupar el lugar que por derecho nos pertenece en este mundo, donde nos pretenden relegar a condición de mansos aportadores de riquezas para las minorías», afirmó.

“Cumplamos juntos la honrosa misión de completarlo, mejorarlo, hacerlo más justo y racional, sin que pese sobre nuestros hombros la amenaza permanente de desaparecer”, aseveró.

“En homenaje a los que creyeron y fundaron, en nombre de los pueblos que representamos, hagamos respetar sus voces y reclamos. ¡Somos más y venceremos!”, concluyó.

*Con información de Cubadebate y los periódicos Granma y Juventud Rebelde.

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