El golazo de una escritora cubana

La joven narradora villaclareña Leidy González Amador resultó ganadora del Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor Caribe 2023. Su obra Faruk y la cabra venció, entre las 139 que participaron en el importante certamen internacional


A Leidy González Amador lo que más le gusta en el mundo es el fútbol. Ese es su top-1, lo supremo, aunque su vida profesional no se centre en patear un balón. O quizás sí.Quién sabe de qué formas cada cual patee el suyo, en el terreno donde es delantero. Y Leidy hace rato que se ganó una camiseta en el equipo de jóvenes escritores que han dejado de ser promesas literarias para convertirse en certeza, que es lo mismo que decir en autora con más de una decena de libros publicados y varios premios que ya trascienden las fronteras nacionales.

La joven narradora villaclareña Leidy González Amador fue la ganadora del Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor Caribe 2023. / metro.pr

El más reciente la estremeció por completo. “Me lo dijeron el día de mi cumpleaños. Una novelesca casualidad. Primero lo normal: corazón a mil. Después compartirlo con Mildre: lloramos un poco. Más tarde: releer la novela y darle las gracias a Faruk”, contó la joven de 35 años al escritor Yunier Riquenes, en entrevista publicada en Cubaliteraria.

Se trata del Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor Caribe 2023, de la fundación SM, de Puerto Rico. Su novela Faruk y la cabra resultó ganadora, entrelas 139 en concurso, provenientes de República Dominicana, Cuba y Puerto Rico. La historia transcurre en Bhola, un pueblo en Bangladesh, en el Medio Oriente. Por allá anduvo la escritora trabajando en su técnica, ganando experiencia para meter el gol. ¡Goooooool!

¿Anduvo Leidy alguna vez por Bangladesh? Jamás. Lo de ella, después del fútbol, es “leer y leer sobre otras culturas y sociedades”, dice y se ríe.

“En una de esas tantas y rocambolescas búsquedas, llegué a Bangladés, un país prácticamente desconocido para los cubanos —confiesa—. Allí se activó el chip creativo y empecé a concebir a Faruk, este niño bangladesí que, como tantos otros, se ve forzado a trabajar desde la infancia: primero en la industria textil y luego como jinete de camellos en el desierto de Dubái. Es un niño musulmán que ama a su cabra Begum por sobre todas las cosas y que atrapó al jurado del Premio El Barco de Vapor Caribe, para suerte mía, porque publicar en la Editorial SM de Puerto Rico y formar parte de la colección Barco de Vapor, es un sueño cumplido”.

Leidy González Amador creció en Vueltas, un poblado villaclareño ubicado al oeste de Santa Clara, a unos cuarenta kilómetros del centro cultural de esa provincia. Desde pequeña comenzó a manifestar los primeros “síntomas” de lo que luego sería la crónica pasión por escribir.

—¿Cómo recuerdas tus primeras incursiones en el mundo literario?

Fui una niña muy activa: practicaba gimnasia, tenía una vida familiar cargada de tíos, primos, abuelos, padres, viajes, vacaciones en la playa… Leer era una de esas tantas actividades y la asumía como algo más, no como lo más importante. Pero, gracias a que mi abuelo paterno, que era un poeta y lector grandioso, siempre tuve libros al alcance de la mano.

El que más me interesaba era un Curso de literatura para obrero calificado. ¿Por qué?: porque escondía un muestrario de poesía muy heterogéneo. Allí choqué por primera vez con Teresa Melo, Quevedo, Góngora, pero -sobre todo- con los sonetos de Sor Juana, e intuí que lo que escondían esas letras impresas me sería sumamente atractivo en el futuro. De adolescente empecé a visitar el taller literario de mi pueblo, junto a mi abuelo, y traté de acercarme a la literatura con ciertas pretensiones, que fueron materializándose con los años, después de terminar mi carrera universitaria.

—¿En qué momento descubriste que también tú podías escribir tus propias historias, tus poemas?

En el taller de Vueltas, que aún funciona y sigue manteniendo sus certámenes competitivos, ya empecé a mostrar mis poemas. Textos incipientes y propios de la exaltación juvenil, en resumen: repletos de adjetivaciones y metáforas horrorosas. Me mantuve en esa cuerda de taller/revisión durante varios años que incluyeron mi etapa universitaria. Estudié Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas y, obviamente, el tiempo para la literatura era escaso. Pero, aun así, llegaron libros importantes como Orlando de Virginia Woolf y la poesía de Alejandra Pizarnik, que empezaron a abrir mi espectro creativo. El momento crucial para empezar a asumir la literatura como modo de vida, fue el taller de la escritora Mildre Hernández.

—Con tu juventud ya tienes un amplio camino en el mundo editorial, ¿cómo lo has logrado?

Dedicando tiempo a leer y a revisar más que a escribir, es la verdad. El acto de escribir es lo más importante, pero esas horas que uno invierte en corregir, limpiar, borrar, desechar, son vitales para obtener logros literarios. Y si he podido publicar muchos de mis libros en pocos años, ha sido por la vía de los premios, que agilizan la salida del libro y te mueven por diferentes editoriales del país.

—La literatura infantil en Cuba se ha orientado a mirar, a hacer preguntas sobre temas que antes parecían un poco más vedados como la orientación sexual, el abandono y el racismo. ¿Sientes que esta podría verse como una presión, una moda o que la literatura de fantasía queda un poco relegada?

El boom de los “temas difíciles” llegó a la literatura infanto-juvenil (LIJ) cubana como algo inevitable. Y, como todo lo que es nuevo y atractivo, también se nos fue un poco de las manos. Se publicó un número de títulos que abordaban las temáticas de la sexualidad, racialidad, la familia disfuncional, la emigración, con una crudeza y una falta de rigor literario alarmantes. Se favoreció este tipo de literatura en los concursos únicamente por las temáticas abordadas, y sí hubo cierto olvido hacia esa otra forma de contar más clásica, universal, distópica… No obstante, creo que hemos sabido reinventarnos y mejorar en ese aspecto.

Enfrentar el realismo y lo fantástico no tiene sentido. El universo de la LIJ es diverso como todo lo que contiene el poder de la creación. Yo, en mi pequeño espacio, prefiero el realismo y estudiar sobre otras culturas, sociedades, religiones y de esa manera conformar una obra que no solo se quede en mi realidad inmediata.

—¿Cómo ha sido tu relación con los niños?

Soy una escritora a la que le cuesta presentar sus libros a las niñas y los niños. Es una cuestión de personalidad, no soy muy conversadora ni juguetona,y para captar la atención de un público infantil es necesario ser más espontáneo. No obstante, hago mi mayor esfuerzo y trato de escucharlos más que de hablar yo. Entonces sí logramos conectar y contarnos lo que nos interesa y lo que no.

¿Qué significan para ti los niños, escribir y palpar tus libros, ya publicados?

Las niñas, niños y adolescentes son un campo muy fértil que hay que trabajar con delicadeza, verdad, autenticidad, desenfado, y por eso es difícil ser una autora de LIJ. No veo a este público como una masa a la que hay que enseñar, adoctrinar, mostrarle el bien y el mal, sino como a personas que están descubriéndose. Y lo que de verdad me importa es que cuando me lean se queden con dudas, anhelos, inconformidades, alegrías, tristezas… porque eso son la vida y la literatura, una constante búsqueda.

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3 comentarios

  1. Muchas felicidades para Leidys, un orgullo para los que somos de ese pequeño y mágico pueblo que es Vueltas, siempre tan bonita e inteligente, muchos éxitos 👏👏👏👏

  2. pará mi un gran orgullo fuí su profesor de gignacia .la cuál leidys era mi solista .una niña que todo le quedaba bien siempre muy centrada y con mucha personalidad un carisma inigualable..desde que la conocí me pregunté qué capacidad pará llevar tantas cosas a la vez.siempre me sorprendió mucho nunca se rendía y es tan capaz.. qué sus logros no me sorprenden porque Ella es tan pero tan grande en todos los aspectos como lo es su Bella familia.siempre los amare.y se que vendrán tantas cosas lindas pará ella.siempre la Vi insuperable..y cada vez que la veía en las tablas.sabia que era un triunfo… bueno quisiera decir y decir más de ella pero no me alcanzarían las palabras.lo que si voy a decir muy pero muy fuerte cuánto orgullo siento por tus logros.te amó mi vida.

  3. muchas felicitaciones para esa joven escritora. Fuimos colegas y rivales competitivos en diferentes encuentro de talleres literarios . Inseparable semilla del árbol poético que fue Gonzalo su abuelo paterno. Muchos éxitos más en tu carrera Leidy

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