La alegría de darse con rigor intelectual

Ilustra los valores expresivos, conceptuales e identitarios implícitos en el quehacer y en el pensamiento de la notable Lesbia Vent Dumois, Premio Nacional de Artes Plásticas 2019   


Su historia de vida es un relato de permanente inspiración en la obra que construya. Desde hace 70 años recrea una visualidad donde, mediante el arte, emerge la evolución de la sociedad cubana.

Lesbia Vent Dumois (Cruces, Santa Clara, 1932) se reencuentra consigo misma, sus afectos, las culturas cubana y universal en la exposición Son de la gubia y el taco en la acogedora Galería Habana.

Los líderes y la historia de nuestra nación han sido recreados por Lesbia Vent Dumois en diferentes circunstancias.

En particular, impresionan el cúmulo de ideas, pensamientos, sugerencias, que la pintora, dibujante y grabadora revela al desplegar lo aprehendido durante la labor creativa, crítica y curatorial que ejerce durante una gran parte de la existencia dedicada a la búsqueda de hallazgos, al redescubrimiento de lo propio y de lo más valioso allende los mares.

Hay que ver e interpretar con detenimiento la muestra. Reúne 49 xilografías, 47 de la propia Lesbia, una del maestro Carmelo González, su compañero en la vida, y otra de su hermana Odenia Vent Dumois, creadora desaparecida tempranamente. Estas piezas rinden tributo a ambos artistas vinculados a su vida profesional y afectiva.

Sensible, culta, valiente, profundiza en el sentido de los diversos registros de su quehacer xilográfico. Tuvo que investigar y desandar al camino recorrido sin distracciones. Ella sabe traer al presente particulares universos circundantes y las transformaciones de los cambios sociales en el año 1959.

Su lenguaje ilustra la concepción de un estilo propio.

De ningún modo escapa a la percepción de Vent Dumois el aquí y ahora. Lo patentiza al realizar Virgen de la Caridad del Cobre y Honrar honra. Deja testimonios de legados imprescindibles, entre ellos, la xilografía de 2014, West indies LTD, en homenaje al Poeta Nacional Nicolás Guillén.

Dimensiones diversas en soportes y técnicas variadas dan fe de la perspectiva de esta mujer infatigable. Libra batallas en favor de nuestra cultura como presidenta de la Sección de Artes Plásticas de la Uneac, desde su visión de conciencia ciudadana, en lo creado a partir de la denominada nueva figuración de las décadas del 60 y del 70; rico movimiento internacional de amplia repercusión, pues renovó de modo significativo los límites de los lenguajes figurativos en contextos de América Latina en contra de la violencia y la miseria, y en apoyo a la insurgencia revolucionaria.

La sabiduría ancestral de Lesbia deviene una motivación constante. Disfruta dialogar, mantenerse cerca de los públicos al dejar constancia de lo que siente y cómo lo siente. Producto de ese inquietante interés es su participación en la curaduría de la exhibición acompañada por Iris Gorostola junto a la museografía compartida con Dannys Montes de Oca.

Colores, figuras e ideas nutren la sabiduría ancestral de la artista.

Su mismo accionar denota el ansia por establecer una mayor participación de los creadores en la elaboración de estrategias y toma de decisiones vinculadas a la dinámica de promover los actos creativos.

Siempre acerca la voz propia al escribir la historia de su obra de arte.

Según Marx: “El arte es la más alta alegría que el hombre se ofrece a sí mismo”. La protagonista de esta historia lo asume con rigor intelectual y desarrolla la capacidad de resistencia contrahegemónica.

Insiste, una, otra vez, en la temática histórica y en los valores simbólicos, sin abandonar la figuración expresionista.

Nos invita a compartir sus espacios de goce y reflexión. Habla en códigos, rasgos, colores, evocaciones, sin renunciar a la imaginación artística. Alerta a los más jóvenes: hay que decir, mostrar, proponer una visualidad irrepetible; el estilo, lo más difícil de conseguir, incluso tras un arduo bregar.

Quizás nunca piensa que ha llegado. En su actitud suma motivaciones y análisis propios de una pensadora activa, intensa.

Al expresarse sobre sí misma transmite vivencias, enseña, comparte, muestra el alma de la pedagoga fiel a la honestidad personal, a la patria, al quehacer revolucionario pleno de amor y transgresiones en una narrativa a lo Lesbia Vent Dumois.

Siempre incita a ver e interpretar lo cubano y lo universal.
La metáfora y el expresionismo coinciden en sus cauces creativos.

CRÉDITOS

Fotos. / Yasset Llerena

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