Un acervo que dialoga con los públicos

La muestra Los papeles de la Casa, con la curaduría del reconocido diseñador Pepe Menéndez, rinde homenaje al aniversario 65 de la Casa de las Américas, donde la riqueza de los archivos da fe de las acciones culturales desarrolladas mediante una sostenida labor de promoción y difusión de la producción artística, literaria y de pensamiento del continente


La memoria es la dueña del tiempo. ¿Cómo reconocernos desde la noción antropológica social de la cultura durante el gran abrazo de la integración latinoamericana y caribeña? Ese gesto sostenido lidera en la muestra Los papeles de la Casa, pues en la Galería Latinoamericana invita a rememorar lo acontecido en la institución, los aportes de trabajadores congregados en el edificio y de muchos amigos desde sus países.

Impresos de diferentes formatos ilustran el intenso relato de la Casa de las Américas.

El sueño tuvo larga estadía en los moradores del acogedor recinto. Ellos siempre fueron conscientes de la importancia del acervo impreso en papel y cartulina preservado en los archivos. El desvelo se concreta para rendir homenaje al aniversario 65 de la Casa mediante los afanes de dos creadores. Jaime Gómez Triana, vicepresidente del centro, indagó en el patrimonio acumulado entre 1959 y 1999; y Pepe Menéndez, director de Comunicación e Imagen, prosiguió la búsqueda desde esta última fecha hasta el presente. Él mismo asumió la curaduría de la exposición.

Al hablar hace disfrutable múltiples hallazgos, la pasión de hacer comprender a los públicos la coherencia sostenida en el tiempo de la identidad y la expresión gráfica de la Casa.

“290 piezas de 22 diseñadores cuentan sobre eventos, conferencias, coloquios, cursos, conciertos, lecturas de textos inéditos, talleres. El proceso de concepción y puesta en galería, ilustra el mérito de una labor sistemática. Por esto seleccionamos invitaciones, catálogos, programas de mano, dossiers de prensa, postales, objetos promocionales, carteles”, precisa.

El evento Mayo Teatral promueve lo mejor de la escena en el continente.

A su lado, el viaje es altamente revelador de vivencias, anécdotas, detalles. Vuelven unas y otros a través del silencio parlante que propicia imaginar fructíferos diálogos entre comunicación y cultura. En tiempos de interacción digital los papeles tienen voz propia.

Resguardar celosamente propicia compartir la historia interna de este lugar histórico, emblemático, vívido. Despliega el campo visual de Nuestra América, del sur global, del Tercer Mundo, de los pueblos en constante lucha contra la colonización cultural.

Y, por supuesto, en el contexto de la atmósfera acompaña una huella imperecedera, Haydée Santamaría, fundadora de la Casa. Ella tuvo la brújula cierta, el paso definido para recibir a todos y a todas. Animó la insólita capacidad de combatir amando. Esta dicha multiplicada recorre testimonios y aflora en diferentes estéticas. Sorprenden entrañablemente colores de imágenes, los particulares diseños de carteles inspirados en el Premio Literario Casa de las Américas o Mayo Teatral. Nunca hubo silencio ni olvidos. Y su bondad invencible, su coraje peleador, emanan de un papelito, del recuerdo jamás vencido porque el alma buena de la mujer sensible proviene del tiempo presente, incluso de años en los que ya no estuvo físicamente.

Irradian en la puesta en galería el arte y la técnica de Menéndez, docente, conferencista, Premio Nacional de Diseño 2021. Sus ideas originales pensadas al organizar el lenguaje y la narrativa del relato revelan una acción comunicativa que acontece en el lugar de la recepción, donde los papeles comunican el alcance social.

Cada objeto alcanza nuevas connotaciones. El ver entrenado y culto del curador hizo la captura de símbolos, escrituras, sentimientos.

Este conjunto deviene una cartografía sobre las dinámicas establecidas para legitimar la permanencia de tantos creadores. En especial, Umberto Peña, Rostgaard, Nelson Ponce, Lili Díaz, Fabián Muñoz, Roilán Marrero y el propio Pepe Menéndez. Colocan ante la mira lo auténtico de una visualidad que genera empatía, lo íntimo del alma y de la conciencia. Es preciso ver, sí, no solo mirar, este acervo que dialoga con los públicos. Aprehenderlos tiene el sentido de la cercanía, no de lo que fue, sino de lo que es.

Diversos objetos y formatos constituyen elocuentes soportes de comunicación.
Haydée Santamaría es un referente y una presencia imperecedera en la Casa de todos.
A Pedro Lemebel, poeta, narrador, y militante chileno, se le dedicó una Semana de autor en 2006.

CRÉDITOS

Fotos. / Leyva Benítez

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