Estimular el magisterio raigal

Preceptos, ideas y pensamientos nutren el quehacer del doctor José Loyola Fernández, Premio Nacional de Enseñanza Artística 2023, un activo referente de presencia obligada en los medios de comunicación audiovisuales


La indagación perenne es uno de los caminos esenciales en el ejercicio de conquista del conocimiento siempre infinito. Nunca aprendemos lo suficiente. Este límite de ningún modo puede existir, pues cada día incorporamos saberes al desarrollo intelectivo y de disfrute espiritual.

Así lo constata el doctor José Loyola Fernández, Premio Nacional de la Enseñanza Artística 2023. Su quehacer trasciende los espacios de la Academia de las Artes, y el acceso a comunidades y públicos en Cuba y otros países.

La TV tradicional contribuye a dinamizar la socialización del cúmulo artístico construido por él durante toda su vida. Es compositor, teórico de la música, flautista y director de la Orquesta Charanga de Oro y un avezado en la difícil labor de transmitir el acervo cultural en permanente proceso de enriquecimiento.

Él mismo ha reconocido a BOHEMIA: “Debemos dejar un registro de lo investigado para que sea útil a las mayorías. No solo al estudiantado, sino también a la formación de los públicos. Defiendo esta esencia en el libro La música en el cine documental cubano: Santiago Álvarez, Rogelio París y Rigoberto López. Fue publicado por Ediciones Icaic. Con este volumen comparto un método artístico para evaluar la relación entre el sonido, la música y la imagen fílmica. En otras publicaciones también enfatizo la objetividad al presentar documentos críticos devenidos referencias bibliográficas”.

El maestro José Loyola Fernández comparte el criterio martiano de que todo es música y razones para aprender sistemáticamente. / Leyva Benítez

Es imposible sintetizar los aportes del maestro Loyola a la enseñanza artística. En programas televisuales lidera entre las figuras esenciales que favorecen al despeje de interrogantes mediante contribuciones a la percepción artística de las audiencias. Pensemos en las músicas actuales y del futuro. De hecho, remiten a diversidad de géneros, estilos, tendencias, incluso, a modas efímeras.

Durante el siglo XXI la información se acelera. Las estrategias y las acciones deben responder a ese ritmo vertiginoso impredecible, poco dosificado, en ocasiones. La cultura es amplia, rica, diversa. Abundan las novedades, el interés por mantener renovaciones en la composición y la interpretación, el deseo de avanzar. Pero, las intenciones son insuficientes, restan vías por descubrir y transitar. Así lo patentizan en reuniones del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba los miembros de la Asociación de Músicos. Ellos lo reconocen, urge una mayor presencia mediática de sonoridades, ritmos, compositores e intérpretes para enfrentar en contenidos y formas la creciente ola neocolonizadora imperante en el mundo.

Explorar el talento y el magisterio de creadores consagrados y jóvenes privilegia las diferencias estéticas. Al maestro Loyola le interesa formar músicos. El estímulo de la libertad en beneficio de la creatividad personal. Esta solo se consigue con el estudio, el aprendizaje y la superación constante. Visibilizar en espacios televisuales los aportes y las valías de individualidades y colectivos artísticos propicia nutrir las capacidades de apreciación desde el punto de vista científico. Los imaginarios colectivos son productos de la representación mediática. Al parecer todo interesa, aprendemos de lo bello y de lo feo, lo jocoso y lo dramático, son intereses consustanciales a las personas de cualquier nación. La escuela, los medios de comunicación y la sociedad son eslabones de una estrategia enfocada en ofrecer al ciudadano la posibilidad de acceder a la buena música. El gusto se forma, por esto resulta necesario fomentar alternativas para el mejor aprovechamiento y la utilización de la TV, las redes digitales, los nuevos canales de acceso a lo auténtico, lo nuestro, lo universal. La recreación de ambientes musicales de distintas épocas, la búsqueda de la elegancia permite entrar en acercamientos a las raíces prácticamente inagotables. Al proyectarse en los contextos llaman la atención sobre el tratamiento de lenguajes y símbolos. Pensemos en esto.

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Un comentario

  1. Muy justo su artículo, estimada Sahily. Loyola ya dedicado su vida a la música y a la educación cubanas. Está muy bien dar a conocer sus aportes, además de lo que el público ya conoce a través de la TV.

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