El camino del Cuba previo al V Clásico Mundial dejó una estela de enseñanzas y sostuvo las expectativas
A las puertas del debut de nuestra selección nacional en el V Clásico Mundial, después de un mes de adaptación y fogueo en tierras asiáticas, un periplo que incluyó Japón y Taiwán, las expectativas siguen altas, a pesar de que el balance total fue de cinco victorias y seis derrotas.
La histórica y tan esperada convocatoria de ligamayoristas, los cuales se incorporaron para los dos últimos juegos de preparación, así como la buena forma del pitcheo, especialmente el bullpen, son los dos aspectos más significativos del concentrado antillano.
Este oportuno tiempo de roce con clubes profesionales sirvió para ir probando variantes y definir la formación titular, enfrentar en varios casos a lanzadores de más recursos que los que conocemos de torneos nacionales, sobre todo para los que hicieron el viaje desde la Isla, y también exigir a los nuestros desde el box.
De manera general y resumiendo lo acontecido en esos 11 partidos, los lanzadores obtuvieron la nota más alta. Sobre todo los relevistas, tanto intermedios como cerradores.
Cuba cuenta con un staff muy completo para frenar a las novenas contrarias desde la lomita, lo que pudiera asegurar victorias, siempre y cuando la ofensiva produzca.
Precisamente, en este último aspecto ha radicado el principal problema de los nuestros. Los batazos no llegan a la hora buena, aunque algo cambió al respecto en el último juego, con un lineup que debe parecerse bastante al de la cita mundial.
En ese choque Cuba superó a los Hermanos CTBC con pizarra de 6-0 y los recién incorporados dieron la talla. Sin embargo, en la jornada previa no fue así. Quizás tuvo que ver con el cambio de horario (13 horas de diferencia).
Lo cierto es que la llegada de esos cinco hombres –en lo referido a la tanda de bateo– todos con experiencia en Grandes Ligas y varios de ellos activos y con buen presente en el mejor circuito beisbolero del mundo, vivimos la experiencia de un último día de preparación bastante productivo.
Antes, en el penúltimo juego, Luis Robert se fue en blanco ante los Monos de Rakuten, aunque recibió un boleto. Los otros sí conectaron con la esférica en ese partido que registrará la historia, donde por primera vez vistieron el uniforme de las cuatro letras peloteros que pertenecen a organizaciones de la Gran Carpa.
Yoan Moncada y Andy Ibáñez pegaron par de indiscutibles cada uno. En tanto, los llegados de la Liga Dominicana, Lorenzo Quintana y Yoennis Céspedes, dieron un sencillo por cabeza.
No obstante, el escaso oportunismo nos llevó a perder una vez más por diferencia mínima (5-4), pues siete corredores quedaron en circulación y tres jugadas de doble play anularon otras posibilidades de pisar el plato.
En cambio, ante los Hermanos CTBC la historia fue otra. Los antillanos conectaron 14 imparables. Yoan Moncada pegó cuadrangular y tubey, se fue de 2-2. Andy Ibáñez pasó de noveno a primer bate y estuvo de 3-3 con una impulsada. Lorenzo Quintana también vivió una jornada excelente (3-2), aunque Luis Robert Moirán volvió a irse en blanco (3-0). Y lo mismo Yoennis Céspedes (3-0). Por cierto, el capitán Alfredo Despaigne parece haber ido de menos a más. Estuvo de 4-1 en la jornada final pero trajo a dos compañeros para el plato.
Veremos que ocurre cuando el próximo 8 de marzo (martes 7 a las 11:00 p.m. debido a la diferencia de horario de nuestro país con respecto a la sede, Taiwán), juguemos contra Países Bajos en el choque inicial.
A propósito, mucho ha dado de qué hablar la designación de Yariel Rodríguez como el lanzador abridor para ese encuentro clave. Se debe reconocer que el derecho camagüeyano se mostró en condiciones. Hizo un buen trabajo ante los Dragones de Wei Chuan, cumpliendo con esa misma función, la cual no ha sido habitual en su paso por los Dragones de Chunichi, club en el que actuó como relevista intermedio.
Lo cierto es que en cuatro episodios de labor ponchó a seis rivales, le pegaron solo un hit y no permitió carreras. Ese choque lo ganamos 4-0. Además, un punto muy importante es la confianza que le ha brindado el cuerpo de dirección, encabezado por Armando Johnson, pues el atleta fue quien pidió se le tuviera en cuenta para esa apertura. Si sumamos lo hecho, y su disposición, no encontraremos incongruencia alguna en darle la pelota.
Además, analizando las reglamentaciones que regirán el pitcheo en el Clásico, lo más probable es que muy pocos serpentineros, y me refiero a los 20 equipos participantes, avancen demasiado, ya que solo se puede alcanzar un máximo de 65 envíos en la primera ronda. Así que, salvo excepciones, hablamos de tres o cuatro inning por brazo.
En el caso del último tercio, la permanencia deberá ser de uno o dos episodios, como apuntan los cánones del béisbol moderno y, afortunadamente, en nuestro caso lo practicamos de ese modo en los juegos de preparación previos a la lid, porque además contamos con figuras de renombre para ello, donde resaltan Raidel Martínez, Liván Moinelo, Onelkis García y Frank Abel Álvarez.
En este mismo espacio compartí días antes la idea, de la cual son partícipes también varios colegas y aficionados, sobre las posibilidades reales de Cuba para pasar la primera ronda del Clásico, hecho que sostengo como factible en el Grupo A, con sede en la ciudad de Taichung, en Taiwán: allí enfrentaremos a Países Bajos, Italia, Panamá y Taipei de China (así aparece inscripto el equipo de los anfitriones).
Después habrá que ser más cautelosos a la hora de emitir pronósticos ante los presumibles rivales del cruce directo, que deberán ser Japón o Corea del Sur, máximos candidatos a clasificarse por la Llave B.
Así que la fiesta del V Clásico Mundial, tras seis años de espera, por fin está al doblar de la esquina. No puede ser de otro modo, los cubanos nos ilusionamos porque tenemos un equipo competitivo.
