La travesía de la Caravana de la Libertad por La Habana en su aniversario 65 y su arribo a la ciudad escolar libertad, fue el abrazo de generaciones comprometidas con la historia y el futuro
El sol quiso guardar sus últimos rayos de la tarde para alumbrar el camino de combatientes del Ejército Rebelde, que junto a las nuevas generaciones arribaron a Ciudad Libertad para rememorar el aniversario 65 de la Caravana de la Libertad, en acto encabezado por Miguel Díaz Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República.
Las banderas escoltaron toda la trayectoria e hicieron fila junto a una brigada solidaria de Brasil, a niños, jóvenes y trabajadores, que asistieron junto a los miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, Presidente del Parlamento, y Roberto Morales Ojeda, Secretario de Organización del Comité Central.
En el abrazo de historia y futuro en el primer cuartel convertido en escuela por los rebeldes, estuvieron presentes hombres que conocen muy bien esa epopeya, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.
A Delsa Esther Puebla Viltre, la heroína, el pueblo la conoce como «Teté». Ella recordó las acciones en las que se involucró en las luchas guerrillas y clandestinas, cuando apenas era una adolescente.
Luis Antonio Torres Iribar, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido en la capital, hizo un recuento minucioso del recorrido de la Caravana por la ciudad hace 65 años, hasta llegar al entonces inmenso cuartel ubicado en el municipio de Marianao, donde Fidel ratificó su confianza y lealtad al pueblo, al que siempre consultó y convocó en los momentos más difíciles.
Llamó al apego a la verdad, a defender los valores, a trabajar bien en cada tarea, al estudio constante y a fortalecer la unidad, arma imprescindible del triunfo.
Poetas, trovadores, repentistas, bailarines y solistas, elevaron su arte en una tarde más de compromiso, en la que los jóvenes desde las aceras en las calles, o junto a veteranos encima de carros de combate, apretaron en sus puños las banderas de la historia y del porvenir.