Por Ernesto V. Fernández Domínguez
No hay que engañarse, señores, la economía y el mercado, aunque no constituyen todo el espectro que debe analizarse cuando ocurren controvertidos eventos internacionales, sí son claves para entenderlos. Prueba de ello, el conflicto ruso-ucraniano. Adentrémonos, entonces, en él.
El gigante euroasiático exporta gasolina y diésel por más de 66 000 millones de dólares al año, gas por 26 300 y carbón por 17 600. No hay duda de que resulta un aporte considerable a la economía mundial. Específicamente en Europa, Alemania y Francia obtienen de Rusia 40 por ciento de su gas, mientras que la República Checa y Rumanía son totalmente dependientes de ella en ese rubro.
Estados Unidos, por su parte, es el mayor productor de gas del orbe y no ve con buenos ojos la competencia rusa en el Viejo Continente. ¿Por qué? Muy sencillo: el que va de Norteamérica a Europa es mucho más caro que el gas proveniente de Rusia. No es que yo lo diga; es que para poder exportarlo, el gas estadounidense debe licuarse, cargarse y descargarse en buques cisterna que deben fondear en costosas terminales especializadas. A ello hay que añadirle que, en los últimos años, el combustible norteño se produce con la técnica conocida como fracking. Este procedimiento permite extraer el gas de esquisto, un tipo de hidrocarburo no convencional atrapado en capas de rocas a gran profundidad.
Ahora bien, convertir el gas de esquisto en natural licuado duplica el costo para las empresas estadounidenses y las coloca en desventaja frente al gas ruso, que viaja directamente desde su territorio hacia Europa a través de enormes tuberías. Hay varios gasoductos que realizan este servicio. Se destacan entre ellos el Nord Stream, conectado directamente con Alemania por el Mar Báltico; el Yamal-Europa, que pasa por Bielorrusia y Polonia, y el Pasillo Ucraniano, que cruza este país.
Ese también sería el caso del gasoducto Nord Stream 2, construido por Rusia y Alemania bajo el mar Báltico y bloqueado por esta última en respuesta a la operación militar del Kremlin contra Ucrania.
La distorsionada óptica monopolista
Por eso, amigo lector, si sopesamos este cuadro que acabo de mostrarle, pero desde la visión de las grandes compañías internacionales que tratan de monopolizar la extracción, distribución y venta de combustibles en Europa, la conclusión lógica sería: “hay que detener esa obra de ingeniería bajo cualquier pretexto y lo más rápido posible. No importa quién se perjudique”.
Es demasiada coincidencia entonces que las tensiones entre los Estados Unidos, la OTAN y su virtual aliado ucraniano, por un lado, y Rusia, por el otro, se intensificaran cuando el Nord Stream 2 estaba casi a término. Y es que si este ducto llegase a funcionar completamente, transportaría más del doble de la cantidad de gas ruso que actualmente fluye hacia Europa,
Parece ser que el propósito descansaba en que Europa Occidental –su eterno socio– se uniera de inmediato a Washington para sancionar a Rusia y que Alemania desconectara el Nord Stream 2. Ambos objetivos fueron alcanzados.
Así las cosas, y como era de esperar, los precios del mercado mundial de petróleo y gas natural se dispararon más a partir del 24 de febrero de este año. Entonces, multinacionales como Chevron, Exxon Mobile, Shell y varias más se brindaron para aumentar “solidariamente” las exportaciones a una Europa sedienta de carburantes.
Una interrogante con múltiples respuestas
La pregunta que tal vez usted debe estar formulándose ahora, yo también la he estado meditando: ¿el conflicto entre Rusia y Ucrania fue orquestado para aumentar las ganancias de los grandes productores de gas y petróleo del orbe?
Eso sería una simplificación excesiva de una ecuación con múltiples variantes. Destaquemos una de ellas: los Estados Unidos y la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) han estado empeñados en una campaña política y mediática desde finales de la década de 1940, primero contra la Unión Soviética y después contra Rusia. A medida que la nación eslava se reconstruía del desmembramiento del bloque socialista europeo, la suspicacia occidental creó, a través de la propaganda, una Rusia supuestamente agresiva.
No todo quedó allí. Los Estados Unidos y la Alianza Atlántica situaron dentro de su agenda expansionista a Ucrania, segundo país en importancia de la ex URSS, con el objetivo de plantar una base militar con armas nucleares que apuntaran a Moscú. Ya usted sabe que el Kremlin no pudo aceptar este intencionado cerco militar. La respuesta fue tan contundente, pienso, que a nadie se le ocurriría repetir el intento.
Regresemos al punto central de este trabajo: apenas comenzada, la incursión militar rusa en Ucrania favoreció a uno de los sectores más poderosos del planeta: el de los armamentos. A los primeros cañonazos rusos, Occidente se “brindó” para armar al Ejército ucraniano; asimismo, la Unión Europea anunció que elevaría su gasto militar y las empresas de defensa empezaron a alzar sus valores bursátiles.
Veamos algunos ejemplos: la BAE Systems es una gigantesca compañía británica de armamento, la cual ha disparado sus acciones un 20 por ciento en el último mes. Se trata de la mayor empresa de defensa de toda Europa y proyecta lograr varios contratos para los planes de rearme alemán. Por su parte, y de acuerdo con el sitio web Investing.com, la estadounidense Lockeed Martin –uno de los líderes mundiales del giro– ha visto revalorizar sus acciones un 19 por ciento en lo que va del año y un nueve por ciento más tras el inicio del conflicto.
Una última muestra: Raytheon Technologies Corporation es un grupo multinacional con sede en Waltham, Massachusetts, con 70 000 empleados. Según el mismo sitio web, la compañía fabrica la bazuca antitanques Javelin, símbolo del Ejército ucraniano, y ha alcanzado un potencial de revalorización de 12 por ciento. Raytheon obtiene una buena parte de sus ingresos del Gobierno de los EE.UU. A buen entendedor…
La tormenta fabricada alcanza a los fabricantes
Muchas empresas han decidido abandonar sus negocios en Rusia, como una manera de “hermanarse” con los creadores de esta tormenta que afecta a todo el planeta. Esos son los casos de la Coca-Cola, Apple, Sony, Mc Donald, Microsoft, PayPal, Google, Visa y Mastercard, Toyota, Mitsubishi, General Motors y un sinfín de otras firmas muy conocidas o no. En fin, está de moda irse de Rusia.
Sin embargo, todas las monedas tienen un reverso. El primer efecto negativo para las firmas que se marchan de territorio ruso es que están perdiendo cuantiosas inversiones y ganancias allí. Además, estas compañías deben pagar ahora un precio mayor por las materias primas que consumen o elaboran, especialmente petróleo, productos agrícolas y metales. ¿Por qué? Rusia y Ucrania cuentan con una importante producción de trigo, maíz, cebada, aceites, grasas y petróleo que dejaron de producir, en el caso de Ucrania, o que van a ser redireccionadas a otros mercados menos hostiles, en el caso de Rusia.
Según el Observatorio Sectorial DBK del grupo Informa D&B S.A., dedicado al seguimiento continuado de la economía europea, solo en España “las sanciones impuestas a Rusia por diferentes países están reforzando las tensiones en los precios de determinados productos y materias primas”. El citado Observatorio explica que Rusia y Ucrania son dos mercados con una importante producción de carburantes, cereales y productos siderúrgicos y metalúrgicos, por lo que el transporte de viajeros y mercancías se verá especialmente amenazado por la subida del precio de los combustibles, al que se suman industrias como la siderúrgica, química, metalúrgica no férrea, gases industriales, azulejos y baldosas, productos minerales no metálicos y papel.
En el mismo laboratorio donde se manufacturó la tormenta ya se están sintiendo los embates de sus vientos. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, alertó este 11 de abril de una inflación “extraordinariamente elevada” en los Estados Unidos. “[…] la inflación general del Índice de Precios al Consumidor de marzo ha sido extraordinariamente elevada debido al aumento de precios[…]”, aseveró la funcionaria según AP.
Acorde con la misma agencia de prensa, Psaki aseguró que estos datos no deberían sorprender a nadie, teniendo en cuenta el impacto de la actual situación en Ucrania en los costos de la energía y el suministro mundial de alimentos.
Un gigante difícil de arrinconar
Rusia es económicamente muy fuerte y el Gobierno ha acumulado enormes reservas de divisas y oro en el orden de los 630.000 millones de dólares. Asimismo, ha reorientado su comercio y reemplazado las importaciones occidentales para evadir las sanciones con éxito. Con estas condiciones creadas, analistas internacionales subrayan la capacidad de soportar las sanciones por más tiempo de lo que supone Occidente.
El país ha reducido, además, su dependencia de préstamos e inversiones extranjeros y ha estado buscando nuevas oportunidades fuera de los mercados occidentales. El Gobierno de Moscú también ha dado los primeros pasos para crear su propio sistema de pagos internacionales en caso de que lo suspendan de Swift, un servicio de mensajería financiera global supervisado por los principales bancos centrales occidentales.
Acerca de la suspensión de la compra de petróleo ruso por los Estados Unidos, Alexéi Belogóriev, director adjunto del Instituto de Energía y Finanzas de Rusia, declaró a la agencia informativa Sputnik que Moscú podría reorientar sus exportaciones a la región de Asia-Pacífico. Muy posible que con esta noticia a alguien le castañeen los dientes, imaginando el poderío económico a escala mundial de una Rusia enlazada a China.
La representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, expresó que ya los sancionadores están sufriendo las consecuencias de sus propias restricciones, a pesar de que Moscú no ha comenzado aún “el desarrollo global de contramedidas”. Agregó Zajárova que bajo tales condiciones la situación en esos países se degradará de manera dramática.
Un cambio significativo que introduce Rusia es en el procedimiento de liquidación de compras de combustible, el cual será desde ahora solo en rublos, debido a que, en violación del derecho internacional, las reservas de divisas del Banco de esa nación fueron congeladas por los estados miembros de la Unión Europea.
En fin, la tormenta que crearon en Occidente no fue tan perfecta como planificaron: con las más de dos mil 800 medidas punitivas contra Moscú, casi todas económicas, Estados Unidos y compañía no han hecho sino amarrar la soga alrededor de sus cuellos. El tiempo dirá cuánto resistirán esas nucas… Especialmente si el Kremlin decide acoplar tuercas con Beijing.
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[quote]La guerra en el Donbass y las sanciones impuestas a Rusia han disparado el precio del combustible a niveles máximos. Desde que estalló el conflicto, el 24 de febrero, el precio de la gasolina ha subido 16 por ciento y el diésel 23.5 por ciento, de acuerdo con los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Demográfica de España [/quote]
[quote]La confrontación ruso-ucraniana ha tenido el efecto de elevar el precio del crudo de Brent (extraído del mar del Norte) y West Texas Intermediate (WTI), superando los 100 dólares por barril. El de Brent llegó hasta los 115 dólares el 2 de marzo, según reporta la Administración estadounidense de la Energía (EIA).[/quote]
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Un comentario
Hay que manifestarse a favor de la paz.