Pasos en el camino de la construcción colectiva de una ley

Pasos en el camino de la construcción colectiva de una ley
En la escuela Camilo Cienfuegos de la Víbora transcurrió una de las reuniones planificadas para el primer día de debate del Código de las Familias, cuyo texto se prevé analizar en más de 78 000 encuentros de vecinos hasta el 30 de abril. (Foto: Liset García Rodríguez).

Ya inició en toda Cuba el debate popular del texto del nuevo Código de las Familias, un paso que marca la voluntad democrática del país en el trayecto de creación colectiva de su contenido, cuyo eje transversal de principio a fin es el reconocimiento de todos los derechos para todas las personas.

Disponible en aplicaciones, sitios web y con un millón de ejemplares en versión impresa, que pueden adquirirse en los estanquillos de prensa, este código ha recorrido un largo camino antes de someterse a la opinión de alrededor de ocho millones de electores que en cada barrio y comunidad del país podrán hacer propuestas de modificación, de adiciones y supresión de párrafos o artículos, y expresar dudas, las cuales serán recogidas y computadas en su totalidad para que sean valoradas por la comisión de expertos encargada de su redacción.

Casi justo a las 8 de la noche, en la escuela Camilo Cienfuegos ubicada en la barriada de la Víbora habanera, se congregaron los vecinos de dos CDR de la circunscripción 85, dirigida por la presidenta de su Consejo Electoral, Rosa Irún Carmona, quien como en otros muchos sitios que este 1ero de febrero iniciaron los debates, estuvo acompañada por varias juristas, convenientemente preparadas para recepcionar los criterios emitidos.

Lourdes Carrasco Espinal, vecina del barrio, y también calificada especialista en Derecho, aportó breves explicaciones de cada apartado del Código, y detalló las novedades con respecto a la norma vigente, que data de 1975, que entonces fue de vanguardia al considerar la igualdad de derechos de los miembros de la familia y porque por primera vez Cuba contó con un texto legal sobre este tema, independiente del Código Civil, el tercero en nuestra región.

Al particularizar en la actualización de determinados preceptos, ahora atemperados a la realidad actual, uno de los asistentes destacó el reconocimiento contemplado en el texto en cuanto al aporte de abuelas y abuelos en la formación de valores de niños, niñas y adolescentes. El tema de gran interés en el auditorio, mayoritariamente de adultos mayores en uno de los territorios más envejecidos del país, motivó reflexiones en torno a la tutela de hecho que ellos han ejercido sobre los nietos, en ausencia de padres, y que ahora se les reconoce como derecho.

Otro aspecto acerca del cual llamó la atención el elector Porfirio Ramos Echeverría giró en torno al engorro que supone cualquier trámite jurídico, que hace pensar en elegir entre continuar o dejar todo como está. Refirió que hay muchos litigios que complican la vida de las personas, y no ve nada en relación con eso en el Código.

Estas reuniones de vecinos para debatir acerca del texto, que está previsto realizarlas hasta el 30 de abril, son una muestra de cómo se abren las oportunidades para la creatividad de los habitantes del país, que también pueden adquirir ahora mayor conciencia de la necesidad de su participación en asuntos de todos. Conocer bien el Código, cuyo debate se inició este 1ero de febrero, sería el primer paso.

Como han asegurado los entendidos en esta materia, la norma que se somete a consulta popular y a un referendo posterior, sienta las bases de un Derecho familiar más democrático, y a la vez solidario y responsable, a partir del reconocimiento de la dignidad como valor supremo, basado en el mandato de la Constitución aprobada en 2019.

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2 comentarios

    1. Enrique, no había visto su mensaje. Usted es libre de opinar sobre el código de las familias. Puede decir NO, así, en letras mayúsculas. Pero le sugiero, lo invito a leerlo otra vez, en el entendido que ya lo ha leído en su totalidad, como puedo suponer dada su negativa que quiere decir que no está de acuerdo con su contenido. No está demás volver a leerlo, e intentar entender todo el sentido que contiene en defensa de los derechos de usted, de su pareja, de sus hermanos, de sus padres, sus abuelos, y de los míos y los del resto de los lectores que pudieran haber visto su comentario en respuesta a la nota que escribí. Es una invitación, apenas. Lo toma o lo deja, también es libre de decidir. He conversado con expertos y personas sencillas que no piensan como usted. Quizás usted tenga argumentos que pueda compartir por esta vía, útil para entablar un diálogo. Me encantaria conocer sus opiniones y tal vez pueda escribir otro texto acerca de lo que usted piensa. Seguramente sería muy interesante. Lo invito también a una conversación. Desde ya le expreso mi gratitud. Saludos.

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