Suely y Doña Marlene son sinónimo de alegría
Doña Marlene es prima del sacerdote que oficia en el pueblo de María de la Paz, y quien la acoge en São Paulo. Es viuda y vive de su jubilación como profesora que no es mucha. Prácticamente adopta a la joven como hija, hasta el punto de convertirse en una de sus principales consejeras en la vida