Un ilustrador que vota por el Sí

Ilustraciones: Cortesía del entrevistado


En los últimos meses, Dani y Diego han saltado de publicación en publicación moviendo neuronas y “haciendo de las suyas”. Traviesos preguntones, han provocado muchísimos comentarios entre los usuarios de Facebook, algunos a favor de sus mensajes y otros en contra, por haber presentado otra perspectiva en el debate sobre aspectos del Código de las Familias, que hoy ocupa la atención de la sociedad en Cuba.

Justo eso fue lo que motivó a su creador, el diseñador Yuset Sama Leal, a incluir en sus historietas temas como los prejuicios machistas, las maternidades y paternidades, y el respeto a la diversidad, todo visto desde la candidez y la visión desprejuiciada de dos infantes.

El ilustrador Yuset Sama Leal considera que a través de sus historietas puede promover el conocimiento y la reflexión sobre los temas relacionados con el respeto a la diversidad.

Entre los amigos de Dani y Diego podemos encontrar diferentes contextos y situaciones, como ocurre en nuestro país: Alejandro vive con sus dos papás; Izma, con su abuelo; y Jessica, en el seno de una familia tradicional.

Egresado del Instituto Superior de Diseño, Sama Leal ha trabajado como diseñador gráfico e ilustrador para varias editoriales nacionales como Gente Nueva, Letras Cubanas, Ediciones Cubanas, Casa Editora Abril y Capitán San Luis. Desde 2014, colabora para los sellos editoriales latinoamericanos Ocean Press y Ocean Sur. Asegura que lo que más disfruta “es ilustrar para el público infanto-juvenil, quizá porque no he crecido mucho, y porque siento que trabajar para los niños y las niñas es un trabajo serio y muy gratificante”.

A propósito de la repercusión que ha tenido la historieta de Dani y Diego para motivar a la reflexión y al debate franco en redes sociales, el joven diseñador conversó con BOHEMIA.

—¿Cómo nació la idea de unir a Diego y Dani en una historieta?

El personaje del niño cabezón nació en el año 2014, como un hobby. Entonces no tenía nombre y para nada se parecía a lo que hoy es la historia de los hermanitos Dani y Diego, cuyos nombres están inspirados en la hija y el sobrino de mis amigos Ana María Cabrera y Rodolfo Romero.

Dos años después, participé con este personaje en el concurso Animayo, el cual elige el cartel que representará al Festival Internacional de Cine de Animación, Efectos Especiales y Videojuegos, en Palma de Gran Canaria, España; y resulté ganador.

Luego creé a la niña, y durante los años 2020 y 2021, a raíz de la pandemia de la covid-19, realicé un par de ilustraciones donde ambos son protagonistas, para la campaña “Quédate en casa y lee”, convocada por el Observatorio Cubano del Libro y la Lectura.

En junio de 2021 publiqué la primera historieta con el nombre de Dani y Diego, y en marzo de este año mi amigo Claudio Peláez me pidió que hiciera algo relacionado con el Código de las Familias para la página de Facebook El código Sí suena. Esta primera historia tuvo buena aceptación, y fue compartida más de 200 veces en muy poco tiempo, por lo que decidí continuar trabajando en esa dirección. Luego, la directora de la revista Zunzún, Oday Enríquez Cabrera, me pidió autorización para publicar algunas y claro que acepté, porque creo que muchos de estos temas son de interés para los niños y las niñas. En la actualidad trabajo en varias historias para esa revista.

—¿Por qué defiendes las ideas del Código de las Familias desde tu trabajo como ilustrador?

Desde mi posición de hombre blanco y heterosexual, considero que tengo una cierta cantidad de derechos que otras personas no poseen y eso está mal porque soy capaz de ponerme en la posición de esas otras personas. Me parece tremendamente injusto y creo que con este Código de las Familias vamos a poder deshacer esa injusticia. Creo que esta es la manera en que se le va a poder otorgar a la mayor cantidad de personas la mayor cantidad de derechos posibles.

—¿Cómo se te han ocurrido los temas de esta historieta?

La mayoría ha llegado mientras converso con mi familia o con mis amistades, también leyendo publicaciones en redes sociales o indagando en el propio texto del Código de las Familias. Luego busco la forma de ajustarlos a la personalidad de los niños protagonistas.

Ambos personajes tienen una mezcla de mi propia personalidad y carácter: mientras Diego es inocente y bonachón, Daniela es burlona y perspicaz; pero los dos son buenos hermanos y amigos. He tratado de que las historias contengan una pizca de humor y doble sentido, de tal forma que el mensaje no llegue de una manera lineal y, además de una enseñanza, genere también una sonrisa. Confieso que para corregir los textos siempre le pido ayuda a Ana Carla, mi pareja, que es periodista, para que queden lo más depurados posible.

—¿Y por qué escogiste a dos niños para hacernos reflexionar sobre las propuestas del Código de las Familias?

Los niños tienen una forma muy especial de decir las cosas, están desprovistos de prejuicios, de la maldad o de la hipocresía que a veces tenemos los adultos. Por eso creo que el mensaje puede ser más creíble, más sincero.

A pesar de que los personajes son niños y niñas, el tipo de mensaje que transmiten también va dedicado a las personas mayores, porque son quienes tienen la responsabilidad de educar a los más pequeños. La historieta de Dani y Diego es la manera que encontré para expresar lo que siento y cómo pienso. Soy consecuente con el mensaje que trato de transmitir.

—¿Estás satisfecho con lo que se ha generado en redes sociales a partir de los temas que has propuesto en tus historietas?

Nunca defendería un tema con estos personajes con los que no estuviera de acuerdo. He hablado sobre asuntos como el racismo, el derecho de todas las personas a amar y ser amadas, los derechos y obligaciones dentro de las familias… Me he sentido muy feliz al leer comentarios de personas agradecidas, pero mentiría si dijera que todos han sido positivos. Entiendo que muchos mensajes negativos significan que el usuario no comprende la importancia y la justeza del Código.

—¿Qué comentarios negativos han llamado más tu atención?

En la historia donde se cuenta que Alejandro tiene dos papás y Celia dos mamás, los comentarios han girado alrededor de lo negativo que es que un niño tenga dos papás o dos mamás, las consecuencias que esto pudiera traer. Comprendo que esas personas piensen así por alguna razón y creo que es muy complicado hacerles ver lo contrario. Mis historias hablan sobre el amor entre las personas, sin importar preferencia sexual ni raza.

La última historieta que publicó Zunzún trataba sobre los deberes en el hogar, de cómo las labores domésticas no deben recaer solo sobre la figura de las mamás y de que los papás también cocinan, limpian, friegan o ayudan a los hijos en su tarea. Y siempre hubo comentarios, incluso de mujeres, que estaban en contra de eso. Me parece increíble que haya mujeres con esa forma machista de pensar.

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