Los accidentes de tránsito y su nivel de peligrosidad han aumentado en Cuba durante los últimos meses. A pocos días del año 2023 ya se lamentan pérdidas de vidas humanas y decenas de lesionados en las carreteras. Ante esta situación, reiterar el llamado a la responsabilidad en la vía resulta ineludible

Vedado habanero, 22 de diciembre de 2022: un auto impactó contra una guagua en la céntrica esquina de L y Malecón. Costó la vida de una mujer de 39 años. Se presume que la conductora perdió el control del vehículo.

Consolación del Sur, 1 de enero de 2023: un camión se volcó en el puente de acceso a la autopista del Consejo Popular Herradura. Como resultado 11 personas quedaron lesionadas, incluida una niña. Se investigan las causas del accidente.

Rotonda, 2 de enero de 2023, un ómnibus que trasladaba maestros hacia la capital se volcó en el kilómetro 4 de la autopista Guantánamo-Santiago de Cuba. Producto del incidente cuatro personas fallecieron y otra veintena resultó herida. Se investigan las causas del hecho.

Ese mismo día, en horas de la noche, usuarios en redes sociales reportaron otro lamentable suceso en la Vía Blanca, de la capital, cuando un camión impactó contra una motocicleta, otras dos víctimas mortales.

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La información anterior, aparentemente extraída de un periódico de crónica roja, no tiene otro fin que llamar la atención sobre un fenómeno que amenaza con apañar las esperanzas de un año mejor al precedente.

Apenas inicia 2023, y lo ha hecho con el pie izquierdo.

“¡Demasiados accidentes por estos días!”, decía una colega en Facebook. ¡Y son solo algunos de los que tenemos noticias!, pensaba yo.

Otros repiten con cierto estoicismo, como si de una práctica ya natural se tratase, que este tipo de incidentes “siempre suceden por estas fechas”, cuando proliferan las festividades y celebraciones por la llegada de un nuevo año.

Ciertamente, las estadísticas demuestran que, durante los meses de diciembre y enero, incluyendo la etapa estival, aumenta la incidencia de accidentes de tráfico en el país. Es en este tiempo cuando debe incrementarse también la precaución y responsabilidad de los choferes y peatones en la vía, incluyendo las autoridades del tránsito.

Las razones exactas por las que ocurrieron estos y otros tantos siniestros en el país se desconocen. El resultado de las investigaciones sobre las causas de los accidentes masivos en Cuba, al menos de los de mayor impacto o repercusión en medios de comunicación, casi nunca son de conocimiento público.

No obstante, un informe de la Comisión Nacional de Vialidad, publicado en octubre del pasado año, señala que entre las principales causas de estos incidentes en calles y carreteras están “la no atención al control del vehículo, la violación del derecho de vía, la invasión de carril, el exceso de velocidad, los desperfectos técnicos de los vehículos, las violaciones del peatón y la ingesta de bebidas alcohólicas”.

El documento señala además que la irrupción en la vía durante los últimos años de poco más de 100 000 motorinas y ciclomotores, junto a las indisciplinas de sus conductores, ha contribuido a que estos medios estén presentes en 43 por ciento de los accidentes.

A ello ha de sumarse el estado deficiente de las carreteras, viales y hasta de algunos vehículos con muchos años en explotación, o la falta de mayor control y revisión del estado técnico de estos últimos, la ausencia de medidas de protección por la no utilización del casco o cinturones de seguridad, e incluso, la poca educación vial de algunos conductores.

Precisamente la Ley 109 sobre el Código de Seguridad Vial, aprobada por el Parlamento cubano en 2010, dispuso cambios en la vialidad, dados por el crecimiento de la circulación de vehículos y peatones en las calles, el aumento de la complejidad técnica de la regulación del tránsito y la repercusión en su seguridad. Calificó además de conveniente el perfeccionamiento del sistema de prevención y educación vial de toda la población y la capacitación de los conductores, e introdujo por primera vez la figura del Conductor Novel, que debe tener dos años de experiencia al timón con su licencia respectiva, entre otras disposiciones.

Pese a ser una herramienta legal esencial para el fortalecimiento de la cultura del tránsito y elemento central en la prevención, volvemos sobre el punto en que de nada vale la ley en teoría, si no se aplica a la práctica y no se conoce.

Hay que insistir en su divulgación por todas las rutas posibles y durante cualquier época del año, más allá de meses con mayor vulnerabilidad. Es imprescindible educar al ciudadano, ya sea el chofer, el ciclista o el padre que lleva temprano a su hijo a la escuela, sobre sus derechos y responsabilidades en la vía. Es necesario actuar sobre la conciencia, la cordura, y también sobre quienes deben velar por el mantenimiento y reparación integral del estado técnico de las carreteras en Cuba.

Además de ocasionar cuantiosos daños y pérdidas materiales, los accidentes de tránsito constituyen una de las principales causas de muerte, traumas y lesiones a nivel nacional y global.

Solo entre enero y octubre de 2022 ocurrieron en el país más de 8 000 accidentes, fallecieron unas 500 personas y otras 6 000 resultaron heridas, según reporta el informe citado con anterioridad. La segunda parte del documento seguramente resumirá, en cifras alarmantes, una situación que tiende al aumento y que se esparce en Cuba como una especie de epidemia sigilosa.

Del comportamiento responsable de conductores, peatones y pasajeros, y de la debida atención al asunto por parte de la Dirección Nacional de Tránsito y la Comisión Nacional de Seguridad Vial, dependerá que andar sobre ruedas siga siendo una práctica necesaria y segura.