Foto. / Leyva Benítez
Foto. / Leyva Benítez

Ver el cine europeo

Valoraciones sobre la importancia de la percepción artística, pues cada espectador debe captar el sentido de contenidos y puestas en la pantalla grande desde un enfoque holístico, propositivo, enriquecedor


¿Qué sentimos ante un filme sobre la dura realidad contentiva de oscuridades, deseos insatisfechos, máscara y ansiedades imprevistas? ¿Cómo reaccionamos si todas las familias del relato cinematográfico son disfuncionales? ¿Por qué deseamos desconectar ante tanta tragedia y pensarnos una vida mejor? En fin, estas son algunas posibles cualidades de todo arte, incentivar múltiples lecturas probables. Como dijo Eco en sus teorías sobre la obra abierta, esta no se completa hasta tanto no ser recepcionada, por esto hay tantas obras como espectadores posibles.

Ante una cartelera la primera interrogante es qué elegir. Ciertamente, una sinopsis influye en la solución. Pero, después, ante la pantalla grande nos asaltan otras dudas. El riesgo siempre está al alcance de todos.

Sin duda, la séptima edición del Festival de Cine Europeo, en el que estuvieron representados 24 países de la Unión Europa, abrió amplios universos sobre puntos de vista, estéticas, historias contadas por artistas de países, idiomas y culturas diferentes.

Ubicada en el cine 23 y 12, la librería Gérard Philipe, especializada en cine, es un grato lugar de acceso al conocimiento y los saberes. / Leyva Benítez

En tal sentido, también hubiese ayudado la revisión de libros y revistas inspiradas en el séptimo arte de esas naciones. Justamente, sería un grato complemento el acceso a la librería Gérard Philipe, ubicada en el cine 23 y 12, pero estaba cerrada. En ese lugar suelen ser solícitos los trabajadores, y bien informados. Abre una vía-otra útil a la ampliación de datos e informaciones.

Ver la película San Jorge, realizada en Portugal, 2016, por Marco Martins, puso en evidencia cuánta violencia y criminalidad generó en ese país, en 2011, el nivel de deudas alcanzado por familias y empresas. Bandos en pugnas, agresividad y golpes demoledores son narrados para que alerten, adviertan y movilicen las emociones en el alma y la conciencia.

Otra perspectiva ofreció Luxemburgo del director Antonio Lukich (Ucrania, 2022). Coloca en la cuerda floja las relaciones de dos hermanos gemelos con un padre moribundo. Existe un ante y un después del hecho, pero lo más interesante es comprender la visualidad de acontecimientos, preguntas muy incómodas y realidades conmovedoras.

El tema de Ponerse en pie, recreado por Cédric Klapich (Francia-Bélgica, 2022), ha sido recurrente en filmes y audiovisuales. Una bailarina clásica de 26 años sufre una lesión y le informan que jamás podrá bailar de nuevo. ¿Qué hacer? Esta pregunta coloca ante una disyuntiva a cualquier ser humano cuando sufre decepciones profesionales o personales. El asunto llevado y traído se resuelve dramatúrgicamente con una solución visual, los aportes del coreógrafo Hofesh Shechter y de su compañía. Quizás esto hace meditar: las salidas pueden estar en nuestra dirección si sabemos encontrarlas.

Las implicaciones del destino, de qué haré y cómo lo haré, la importancia de la familia y la comprensión ajena, los recuerdos, los desafueros emocionales, el amor, la infancia, han sido abordados en Yo estoy bien, del director Donato Rotunno (Luxemburgo, Bélgica, Alemania, Italia, 2020), en Dodo, realizada por Panos H. Koutras (Grecia, Francia, Bélgica, 2022) y lo asumió Un día de estos, desde la visión de Hamy Tamezan (Finlandia, 2020).

¿Las diferencias entre unos y otros? Las ideas propositivas al contar lo que ha sido relatado alguna vez, plantea nuevas significaciones de hechos, situaciones y conflictos. Suele ocurrir, que al valorar las dimensiones filosóficas y conceptuales del arte solo se analiza el contenido. En ocasiones, faltan la dimensión holística del proceso creativo y el propio criterio de que la forma es parte de ese contenido. Uno y otro elemento son esenciales para comprender el sentido cultural de cada puesta. En él adquiere importancia fundamental la investigación previa determinante en el resultado artístico.

Siempre volvemos a la trascendencia del acto intuitivo y en cómo lo manifiestan cultores de diferentes estilos y tendencias. El valor estético y la originalidad de la poética se redescubren en la visualidad, el montaje y el sonido, pues aportan recursos productores de sentido, a partir de la progresión dramática de los relatos.

Volver a los clásicos influye en decir de otra manera. O revisitarlos sin perder la brújula de saberes, los estudios, las experiencias, la vocación expresiva, la destreza reflexiva al dimensionar los cauces y las propiedades de toda creación.

La séptima edición del Festival de Cine Europeo influyó en la dinámica de inspiraciones e improvisaciones. Hizo meditar sobre ideas que tienen en su base, oficio y conocimiento del tema. Guionistas, realizadores, sus grupos técnicos y artísticos lo demuestran, de ningún modo existen rutas únicas para interpretar el método de trabajo y la técnica empleada por cada persona devenida creador o creadora de realidades-otras.

Sigamos atentos al bregar de quienes nos hacen pensar lo cotidiano, la memoria, el presente. Es improbable modelar una estructura crítica del arte sin la intervención del flujo de la subjetividad personal y de la inteligencia para reflexionar sobre el verdadero sentido de las cosas. Es preciso descubrirlo en la intimidad y en la socialización, ambos son imperativos para todos los tiempos.

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