Foto. / escambray.cu
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Cercanías profundas

En ocasiones somos protagonistas de relatos insospechados que nos provocan fragilidades emocionales o situaciones límites, las cuales nos motivan a pensar detenidamente sobre la pérdida de asideros, zonas desconocidas del ser, otros silencios, angustias, infidelidades, deterioro de la confianza.

Lili Romero Domínguez, guionista, defendió con creces el lenguaje de género. / Leyva Benítez

De esto da fe la telenovela Tan lejos y tan cerca (Cubavisión, lunes, miércoles, viernes, 9:15 p.m.). Desde el planteamiento inicial de la presentación los personajes-tipos recorren vericuetos de dolor, descubrimientos. Todo comenzó porque una doctora en Ciencias Médicas y un músico enfrentan la covid 19, con una relación muy fracturada. La entrada de ella en la zona roja y tener él que asumir la atención de los hijos en casa, los hacen comprender la necesidad de darle sentido a la vida en los ámbitos familiar y profesional.

La codirección de Eduardo Eimil en la dirección de actores sustenta el orgánico desempeño de intérpretes enfrascados en la difícil misión de transmitir lo más recóndito del alma en cada escena. Varios capítulos fueron enriquecidos por peripecias dramáticas que mantienen vívida una trama rica en matices durante 45 capítulos.

Especialmente Orestes Martínez Castro en el montaje (combinación adecuada de imágenes y sonidos que expresa una idea o sugerencia) refuerza con oportuna frecuencia planos, situaciones de repercusión dramática en un relato sobrecogedor en ocasiones, sensible a las emociones.

Alberto Luberta Martínez supo llevar el rico humor criollo a la trama. / Leyva Benítez

Los conflictos –fuerzas en contradicción que generan la acción dramática- pululan en diferentes direcciones y ese es uno de los aciertos del guion concebido por Lil Romero y Alberto Luberta Martínez, también director junto a Loysis Inclán. Para las mayorías, lo real está en la pantalla. Tiene que ser creíble, verdadero, auténtico, motivador. De lo contrario, no comunica. Ambos escritores son conscientes de esta esencia al plantear múltiples contenidos, situaciones a veces poco imaginadas. La estructura dramatúrgica ha permitido demostrar que en la porción sumergida del iceberg existen laceraciones.

La pasión, el deseo, la búsqueda de la felicidad, la lucha en favor de los ideales, entre otras aspiraciones, han sido motivaciones en la pareja de Danay (Maité Galbán) y Nelson (Alberto Corona), de otros modos nutren la sensibilidad de Yohanka (Yaite Ruiz), los juegos sexuales de Susana (Leidis Díaz) y Orlandito (Delvys Fernández).

La aguda mirada de esta telenovela trasciende las confidencias íntimas, involucra lo que se habla en cualquier hogar, entrega moralejas relacionadas con la convivencia y la adaptación a problemáticas sociales, humanas.

En este sentido la pareja de Yaquelín (Lili Santiesteban) y Marcos (Enrique Bueno) ilustra, alerta sobre un mal al que no está ajena la sociedad cubana. No solo los golpes, otras agresiones legitiman el dominio masculino, el derecho patriarcal.

Maité Galbán, orgánica en su desempeño. / Leyva Benítez

El tratamiento de la violencia psicológica coloca un interesante punto de vista en la mira. Según demostró, la violencia no se define solo por el espacio físico en que ocurre, sino por las relaciones de poder y la naturaleza de los vínculos entre las víctimas y sus agresores.

Exquisito, bordado con detalles, el personaje-tipo de la francesa Dominique, demuestra que la captación de lo individual permite comprender lo universal. Todo es cuestión de amor y comprensión sin distinción de edades o sexos.

Como patentiza la puesta, la creación de expectativas, suspenso e intrigas puede mantener vívida esa relación imprescindible entre intérpretes y audiencias. Se confirma que el fenómeno social representado por la difusión de una telenovela no se comprende únicamente por la descripción de los mecanismos textuales empleados por ella: esquematismo, redundancia, convenciones; hay que poner en guardia ideas y pensamientos de la época actual.

El movimiento en distintas situaciones dramáticas propicia llegar a la conciencia de cada espectador y, esto es lo más importante, decir sin didactismo, colocar en un espectáculo audiovisual las rutinas cotidianas y los imprevistos, la sorpresa de lo nunca esperado por parte de los padres o de los hijos. Una, otra vez, tenemos que volver a la riqueza de lo dicho, al acierto del bocadillo, a la fuerza del personaje-tipo incluso en su debilidad.

Comedido, Alberto Corona buceó en sus interioridades como padre y profesional. / Leyva Benítez

Tampoco olvidaron los involucrados en la ficción que para lograr un contenido artístico este debe transformarse en y desde la forma. La presencia del interés por mostrar más que decir, las propias brechas y barreras impuestas a lo largo de la historia confirman la importancia de preguntarnos todos los días: ¿Cómo puedo mejorar mi actitud ante una madre enferma? ¿Es posible lograr la satisfacción personal si mancillamos el honor del otro? La percepción aguzada de diversos asuntos hace entender que no basta abordar temas de interés social –como la corrupción, la doble moral, las acciones deshonestas–, el arte audiovisual demanda actualizaciones constantes.

Cercanías profundas hallamos en Tan lejos y tan cerca. Pensemos en su dimensión humanista, formativa, edificante en cualquier etapa de la existencia.

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4 comentarios

  1. Me gusto mucho la novela, muestra realidades que se viven en nuestra sociedad, y la actuación de nuestros artistas ha sido muy buena incluyendo los jóvenes talentos y los niños, bendiciones

  2. La verdad k la novela me encanta ,se tocan tópicos muy reales ,todos los actores son excelentes hasta la Nina ,el fondo musical ,las tomas fotográficas y el momento en crisis de pandemia donde se maneja la trama ,mis felicitaciones felicidades a todos nos deleita la novela

  3. Ciertamente fue una telenovela cautivadora por su trama y la digna actuación de sus actores en cada personaje, un poco marcado la relación de Orlandito y Susana, es una pena que no todos pudimos disfrutar completamente de ese espacio porque generalmente los apagones son habituales en ese horario y en la retransmisión por la mañana, el que trabaja no lo puede ver. Por lo que no sé lo que ha pasado desde hace al menos 15 capítulos y mucho menos conocí el final, quisiera que tuviéramos la oportunidad de verlos, me apasionan las telenovelas cubanas, ya que reflejan la cotidianidad de nuestro país.

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