Personajes clásicos y contemporáneos enriquecen la programación veraniega de Radio Progreso, una emisora dirigida a la familia cubana y muy seguida por su diversidad de temáticas, estéticas, puntos de vista que cautivan sin distinción de edades o sexos.

Los espacios dramatizados crean formas muy efectivas de establecer comunicación con los oyentes. En este universo las radionovelas ocupan un lugar protagónico. Durante el verano se han retransmitido varias de ellas, solicitadas por los públicos.

En opinión de la master Caridad Martínez, quien ha dedicado más de 50 años a dirigir espacios seriados en esa popular radiodifusora: “El género no solo es un espectáculo en el que los oyentes disfrutan originales, adaptaciones o versiones de grandes novelas de la literatura nacional e internacional, también hacen reflexionar sobre problemáticas sociales y valores humanos”.

Nunca olvida el récord de audiencia alcanzado por la puesta Cuando la vida vuelve, original de Joaquín Cuartas. “Tanto en la primera transmisión como en la retransmisión, las encuestas arrojaron altas cifras de preferencia. El último capítulo se difundió en vivo desde el Estudio 1; el público colmó el lugar, fue necesario instalar bocinas en el portal para amplificar el sonido fuera de la emisora. Este tipo de magia crea adictos desde edades tempranas. Generaciones han permanecido pendientes de estrenos y estilos”.

Ninguna obra tiene similitudes con otras, cada una exige dedicación, estudios, disciplina. Para interesar con bocadillos o situaciones particulares es imprescindible “el dominio de la técnica, la organicidad en el lenguaje dramatúrgico, el manejo del balance, la armonía de todos los recursos, la recreación de la atmósfera dentro de un contexto socio-político-ideológico”.

No le extraña que durante el período estival las personas busquen “su” radionovela sin ocuparse en otra actividad en el horario dedicado a la escucha.

“Muchos siguen a sus actores y actrices preferidos. Los artistas tienen una gran sensibilidad, además, son conscientes de cierta particularidad: el medio les exige en breves jornadas abordar los más disímiles personajes. Deben ser capaces de proporcionarle al oyente la visión de determinado físico, rasgos de la personalidad, entre otros atributos”.

A esta brillante profesional, Premio Nacional de Radio, reconocida Maestra de Juventudes por la Asociación Hermanos Saíz, le place escuchar una voz bien educada y una técnica vocal magistral. “Lo plantea Stanislavski para el teatro, pero esto es válido para cualquier programa radial, seriado o unitario. La voz y la calidad de una interpretación trasladan al radioescucha a los más disímiles escenarios. Por supuesto, quien dirige debe saber lo que quiere, cómo lo quiere”. 

Cultura y entretenimiento lejos de ser un par antagónico se complementan durante el verano en beneficio de aprendizajes, conocimientos. Muchas radionovelas motivan el interés de buscar textos literarios, conocer mucho mejor a escritores de diferentes épocas y países. Sin duda, posee múltiples encantos el medio radial, al parecer, dueño de una larga vida para todos los tiempos.