Las enseñanzas de Lázaro Peña

Cuando aún en muchos centros laborales las asambleas sindicales continúan siendo superficiales; con informes repletos de cifras y poco comprensibles para todos los trabajadores, son más necesarias que nunca las enseñanzas del líder de la clase obrera, Lázaro Peña González, quien en todo momento consideró ese espacio de participación, como el lugar idóneo para que los obreros expongan y debatan sus ideas, peticiones o inconformidades.

Consciente de la importancia de esos encuentros, criticó las reuniones que dejaban el sabor amargo de no haber discutido un tema como merecía o, simplemente, quedar callados porque no había nada que decir. Ese era el lugar indicado, insistía, para que los trabajadores ejercieran sus derechos como dueños y los dirigentes estaban en el deber de representarlos con conocimientos y criterios sólidos.

Quienes tuvieron la oportunidad de escuchar a Lázaro en reuniones o congresos, dan fe de cuán hondo calaban sus ideas. Más de una vez señaló que los sindicatos tienen que ejercer la función de contraparte de la administración.

Precisamente, en la plenaria del XIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), efectuada el 28 de agosto de 1973, en el teatro Principal de Camagüey, abordó el tema: “La administración enfoca las cosas con carácter administrativo, nosotros tenemos que enfocarlas con carácter sindical, ella tiene que administrar y nosotros tenemos que representar los intereses de los trabajadores como asalariados y como dueños de la producción”.

En otra ocasión, en la constitución del que fuera Sindicato de Artes y Espectáculos, el 30 de junio de 1973, dijo que no se puede tener dirigentes sindicales que, ante una disposición administrativa que afecte a los intereses de los trabajadores, al alguien preguntarle: “¿Y esto por qué?, se limiten a contestar: ¡Ordenes de arriba!”.

En ese sentido, subrayó: “Entonces hay que decir que ¡no! a esa orden de arriba y hay que exigir que se discuta con el sindicato y con la sección sindical todo lo contradictorio y, cuando no baste decir que no al nivel de la administración, hay que ir al sindicato, que no debe inhibirse de actuar en razón de las facultades que le están reconocidas por el Estado y por el Partido…”.

El pensamiento del Capitán de la Clase Obrera cubana merece estudio. A 111 años de su natalicio, este 29 de mayo, vale la pena volver a sus discursos, artículos y a su obra en general, para seguir bebiendo de sus saberes y su manera de actuar. Él fue y será un verdadero maestro para cualquiera que aspire a ser un buen líder sindical.

Muchos son los temas que hoy están en el centro de atención de los trabajadores y que no pueden pasar inadvertidos en una asamblea; dígase, por ejemplo, la distribución de las utilidades o el pago por alto desempeño, este último caso, prácticamente no se aplica y no se cumple, por tanto, el propósito de favorecer el incremento de la productividad del trabajo y estimular a aquellos que lo merecen.

Convertir las asambleas de afiliados en un escenario de participación y aporte de alternativas que contribuyan a la eficiencia en la gestión económica es primordial. Esa es también una manera de tener presente el pensamiento de Lázaro Peña, el Capitán de la Clase Obrera.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos