Primero que todo

Al cubano le pueden faltar mil cosas, pero le sobran voluntad y placer para volver este viernes 5 de mayo sobre las plazas de siempre


Difícil que alguien lo ignore o no lo sienta.

Vivimos, nadie lo niega, sujetos a precios que por mucho cálculo o matemática familiar terminan reduciendo a cenizas el más honrado salario. Y, desde luego, algo hay que hacer ya para detener la trepada.

Tenemos servicentros “sin un alma” o con una cola tan larga como el mismísimo río Nilo.

Tenemos una “sequía” como pocas veces, o quizás como nunca, en anaqueles de placitas y mercados estatales.

Tenemos, sobre todo en provincias, paradas de ómnibus donde posiblemente alguna que otra araña tejedora esté pensando plantar agujetas sobre huella dejada por la última guagua que pasó.

Es una realidad la escasez de recursos, insumos, reactivos, equipos… que atentan contra servicios vitales en nuestras instalaciones hospitalarias y de Salud en general.

Sé de comunidades y barrios donde, a la usanza de una vieja frase, la gente está pidiendo el agua por señas y, cuando el combustible lo permite, les llega en pipa.

Tenemos otra vez apagones, no tan prolongados o reiterados como un tiempo atrás, pero apagones al fin, cuyo filón saben aprovechar muy bien los mosquitos y el calor para tratar de fastidiarle el buen humor al más campechano…

O sea, gravita sobre nuestras cabezas y dentro de la caja del pecho, un rosario de adversidades, muchísimas de ellas cortesía de un criminal y cada vez más intencionado bloqueo por parte del Gobierno de Estados Unidos, pero también consecuencia de todo lo que internamente no hacemos bien, o peor aún: no hacemos.

Llegado a este punto, mi pregunta es: ¿son estos motivos para dejar de celebrar el Primero de Mayo, como día para rendir tributo a las luchas del movimiento obrero?

En lo personal, no lo creo. Y por lo que aprecio a mi alrededor, todo indica que mucha gente opina igual.

Centros engalanados desde hace varios días, incluso semanas, mujeres y hombres poniendo cadenetas, carteles, afiches… otros limpiando áreas familiares y públicas, padres y madres buscando la banderita, el uniforme de miliciano o la bata de enfermera con que sus niños desfilarán, casi seguro sobre hombros… De todo eso y más he visto en barrios y localidades.

Por ello, tras posponerse la gigantesca marcha por la amenaza de fuertes lluvias, no albergo la menor duda de que, con combustible o sin él, con más o menos viandas y proteínas, con agua en tubería o en pipa… mi gente, la tuya, la de Cuba, amanecerá este viernes 5 de mayo en plena calle, rumbo a las mismas plazas donde la tradición y el placer de desfilar han sido incomparablemente superiores, siempre, a la estatura de carencias y dificultades.

… sencillamente porque, bajo cualquier coyuntura, la trascendencia de ese día está Primero que todo.

Retoque obrero a punta de machete sobre plaza avileña.
Primero de mayo por todo lo alto.
Ambiente de Primero en el norteño municipio de Bolivia.
Imagen recurrente cada año.
Nadie lo dude; ya hay gente calentando cencerros y tumbadoras, para repetir esto que ustedes ven.

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