40 años de La Habana 1982 (1)

Un momento de la inauguración, con Cuco (mascota oficial). / jit.cu
Un momento de la inauguración, con Cuco (mascota oficial). / jit.cu

En casi un abrir y cerrar de ojos estaremos celebrando 40 años exactos de los inolvidables XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe La Habana 1982. Una fiesta montada en poco tiempo para salvar el peligro en que cayó la continuidad de ellos.

Unos recordatorios para ir calentando los brazos (como hacen los lanzadores en la pelota):

Luego del inicio en México 1926 de estas citas, el evento regional más antiguo que se celebra en nuestro planeta, La Habana organizó los de 1930, que todavía eran Juegos Centroamericanos, es decir, sin la incorporación del Caribe.

Los de 1982 se iban a organizar en Mayagüez, pero ese sueño se convirtió en pesadilla cuando los puertorriqueños no recibieron el apoyo de su Gobierno.

Cuba los salvó en solo 18 meses, impulsada por el probado amor de Fidel al deporte, artífice también de lograr después la muy peleada sede de los Juegos Panamericanos de La Habana 1991.

La Habana fue la plaza principal del certamen –7 al 18 de agosto–, del cual Santiago de Cuba y Cienfuegos fueron subsedes.

Vinieron deportistas de 22 naciones; los participantes aumentaron hasta 2 799 (cuatro años antes en Medellín 1978 habían sido 21 países, 2 605 competidores).

El programa tuvo 24 deportes (19 en Medellín), y 247 pruebas individuales, casi 60 más que en la edición en suelo colombiano.

Unos datos

La tabla general de medallas, como acontecía desde Panamá 1970, fue encabezada por los cubanos, incluso de forma holgada: 173 de oro-71 de plata-38 de bronce=282. Esto los dejó bien separados de mexicanos (29-55-47=131) y venezolanos (19-39-54=112).

Seguimos volviendo a los archivos. La jabalinista María Caridad Colón, primera latinoamericana campeona olímpica en Moscú 1980, fue también la primera mujer en este tipo de juegos que encendió el pebetero. Y para redondear la felicidad conquistó por segunda vez la medalla de oro.

¿Y quién fue el abanderado? Claro, el gran boxeador ya fallecido Teófilo Stevenson, tres veces campeón olímpico.

Entre lo más significativo o inolvidable estuvo que los peloteros no pudieron alcanzar la corona, pues fueron desplazados por los dominicanos. Sí… un cubo de agua helada.

Opiniones

Uno de los que vivió muy de cerca aquella fiesta inolvidable, entonces como secretario técnico de la Comisión Nacional de Atletismo, es el conocido exvelocista Enrique Figuerola, ganador de la primera medalla olímpica de un cubano tras el triunfo de la Revolución: plata en los 100 metros planos en los de Tokio 1964.

“Fueron unos juegos brillantes”, nos dijo para los lectores de BOHEMIA.

“Se le dio a Cuba la posibilidad de organizarlos, tuvimos la posibilidad de mantener la continuidad de ellos, pues Mayagüez había renunciado a la sede un año antes. Se mostró nuestra solidaridad. Las delegaciones visitantes se sintieron muy bien. La organización fue casi perfecta. La actuación de nuestros atletas muy buena. Y se crearon las bases para que acogiéramos los Juegos Panamericanos de La Habana 1991”.

Lázaro Betancourt (padre), quien había competido también antes en Tokio 1964, con posibilidades muy reales de ser finalista en los 110 metros con vallas, también nos dio su opinión.

“Los Juegos de La Habana 1982 resultaron un éxito para Cuba. Logró mantener la continuidad, en peligro luego de la renuncia de Mayagüez. Nuestro país había organizado competencias mundiales en la década de los 60, como de ajedrez y de esgrima. En 1974 el primer mundial de boxeo. Es decir: tenía ya un prestigio como organizador. Y volvió a demostrarlo”.

Sí, claro, hemos escrito solo unas líneas introductorias sobre aquella fiesta inolvidable (para calentar los brazos como los lanzadores). Volveremos con más…

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