Juegos Olímpicos: Los primeros campeones (IX)

Cuba alcanzó, en Múnich 1972, sus primeras medallas de oro después del triunfo de la Revolución


No hay dudas de que en 1959 el deporte cubano se puso algo así como las botas de Siete Leguas (sí, como las del cuento de Meñique, que José Martí incluyó en su libro La Edad de Oro). Eso, como hemos estado escribiendo, se fue demostrando en sucesivos Juegos Olímpicos.

En nota anterior recordamos la primera medalla: plata de Enrique Figuerola en los 100 metros planos en Tokio 1964.

Luego, en la siguiente, el ascenso a cuatro del mismo color cuatro años después en eventos de México 1968: los boxeadores Enrique Regüeiferos (división de los 63.5 kilogramos) y Rolando Garbey (71); el relevo femenino de 4×100 (Violeta Quesada, Marlene Elejalde, Fulgencia Romay y Miguelina Cobián); y el masculino de esa misma modalidad (Hermes Ramírez, Juan Morales, Pablo Montes y Enrique Figuerola).

Orlando Martínez: primer campeón olímpico del boxeo cubano. / Archivo de BOHEMIA
Emilio Correa fue otro de los que brilló. / Archivo de BOHEMIA

La escena se encontraba lista para probar ya la miel incomparable de las medallas de oro y eso ocurrió cuatro años después en las competencias de Múnich 1972, donde resultaron invencibles Orlando Martínez (54 kilogramos), Emilio Correa (67) y Teófilo Stevenson (en la entonces división súper completa: más de 81).

En el caso de Stevenson constituyó la primera de sus tres coronas olímpicas, pues después triunfó en Montreal 1976 y Moscú 1980.

Un peleón

El combate en el que Stevenson derrotó de manera demoledora al estadounidense Duane Bobick (La Esperanza Blanca), quien lo había vencido un año antes en los Juegos Panamericanos de Cali 1971, y a la cual ya hicimos referencia en crónica anterior, fue uno de los grandes momentos de los Juegos Olímpicos de Múnich 1972.

Teófilo Stevenson alcanzó tres medallas de oro en Juegos Olímpicos. / Archivo de BOHEMIA

Los pugilistas, bajo la dirección del legendario Alcides Sagarra Carón, considerado el padre del boxeo cubano, brillaron en el ring, pues además de esas tres de oro Gilberto Carrillo obtuvo plata en 81 y Douglas Rodríguez bronce en 51.

Cuba participó con 143 deportistas, de ellos 27 mujeres, una delegación victoriosa que tuvo como abanderado al gran Teófilo Stevenson: la cosecha fue tres de oro-una de plata-cuatro de bronce=total de ocho (lugar 14).

Nos faltan todavía por mencionar tres de las cuatro de bronce: Silvia Chivás (Atletismo/100 metros planos), relevo femenino de 4×100 (Marlene Elejarde, Carmen Valdés, Fulgencia Romay Silvia Chivás) y el increíble equipo masculino de baloncesto.

Los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, de ello no hay dudas, permitieron ver de forma más visible los frutos de la nueva política en el deporte revolucionario.

Leer más:

Juegos Olímpicos (VII): Aquella primera medalla
Juegos Olímpicos (VIII): Un gran salto

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