Texto y fotos PASTOR BATISTA VALDÉS
No sé si alguna vez el pequeño Kevin habrá permanecido así, absorto, mirando uno de los juguetes regalados por mamá o papa. Lo cierto es que ese trofeo en forma de copa, “más brillante que los rayos del sol”, le resulta fantástico… tanto que cuando crezca tratará de ganar uno igual para ponerlo allí y que otros niños vengan a verlo también.
El sueño tiene lugar en la Sala de historia del deporte Antonio Ñico García Portal, atractiva institución con la que desde el pasado mes cuentan avileños, cubanos en general y visitantes de países hermanos, en la calle Maceo, entre Libertad e Independencia, en el centro de la ciudad.
Abierto en la mañana y tarde, de martes a viernes, y el sábado en horario nocturno, como opción de la Noche avileña, el pequeño museo atesora imágenes, trofeos y objetos pertenecientes a destacados exponentes del territorio que hicieron historia en el deporte olímpico, mundial, panamericano, centroamericano y nacional.
Según explican las jóvenes licenciadas en cultura física Aylín Vizosa García y Yoani Espinosa Martínez, metodólogas de la dirección provincial de Deportes Educación Física y Recreación, personas de todas las edades acuden diariamente para observar no solo los premios ganados por los Tigres avileños durante la 51, 54 y 55 Serie Nacional de Béisbol, sino también piezas de gran interés relacionadas con otras disciplinas, como el arco y flechas correspondientes a Luis RolandoTorres, un botín de oro fruto del desarrollo de la lucha o los bates de pelota enviados por el héroe antiterrorista cubano Gerardo Hernández Nordelo, para peloteros de la provincia, mientras permanecía injustamente confinado en cárceles de Estados Unidos.
Aunque pequeño, el local llama la atención por el excelente uso del espacio, la secuencia lógica con que muestra la información, la sensibilidad de las dos especialistas encargadas de atender al público, así como la impecable limpieza del lugar.