Al ritmo de la rumba

Cuando un cubano dice “se armó la rumba” no hay duda de que la fiesta comenzó. Es un hecho popularizado. El espíritu criollo no es capaz de resistirse ante el impulso y la necesidad de entregarse, en baile de pareja o en solitario, a la rítmica percusión de las tumbadoras, coros y demás instrumentos originales o improvisados. La alegría de rumbear es un don autóctono y no por gusto fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación desde 2012 y por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2016. Nacida entre los cultos africanos de nuestro pasado colonial, la rumba trasciende como símbolo de identidad, unidad y resistencia cultural.

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