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CDR: en una etapa diferente

Todos vivimos en una cuadra y sabemos cuánto decayó el quehacer, tanto, que muchos no le veían razón de ser a los CDR; pero otros, especialmente aquellos que habían sido protagonistas de su fundación, se negaban a aceptar que ya no eran útiles, si el enemigo es el mismo de entonces, y más agresivo aún


Justo un año hace, este septiembre, que la Coordinación Nacional lanzó la convocatoria al X Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución, como anuncio que marcaba un paso trascendental en la historia de la organización, signando una nueva etapa, en la que el trabajo ha de ser el alma y el arma principal.

Todos vivimos en una cuadra, y todos sabemos cuánto decayó el quehacer, tanto, que muchos no le veían razón de ser a los CDR; la falta de disposición a ocupar cargos en la base; caída de la vigilancia, falta de trabajos voluntarios que contribuyeran a la higiene en la comunidad, poca –o ninguna- recogida de materias primas, y escaso vínculo con el consultorio del médico y la enfermera de la familia, algo que era tradicional, especialmente en tiempos de desarrollo de las campañas de vacunación.

 Pero otros hombres y mujeres, aquellos que fueron protagonistas de su fundación, y han vivido importantes acontecimientos como cederistas, se negaron a aceptar que ya no eran útiles, si el enemigo era el mismo de entonces, y más agresivo aún.

Fidel Castro en el acto por el XV Aniversario de la Fundación de los CDR, 28 de septiembre de 1975. / Fidel Soldado de las ideas.

Válido es recordar que Fidel fundó los CDR el 28 de septiembre de 1960, tras regresar de una reunión de Organización Naciones Unidas (ONU), donde había denunciado las acciones del gobierno norteamericano contra la Revolución.

La concentración, frente al antiguo Palacio Presidencial, tenía el objetivo de informar al pueblo acerca de los resultados de aquel foro mundial. En el momento en que el Comandante en Jefe hablaba, la contrarrevolución hizo varios atentados con bombas. Como respuesta, Fidel lanzó la idea y orientó crear un sistema de vigilancia colectiva que enfrentara las acciones de los enemigos internos y los planes de agresión del imperialismo.

Muchos testigos afirman que fue muy emotivo; no había terminado de hablar Fidel y ya las personas, de manera espontánea, en los barrios, en las cuadras, empezaron a constituir los CDR. Al día siguiente se desplegaron por todo el país las ideas expresadas por Fidel y se formaron los CDR, que vieron la luz sin una concepción previa. Desde el punto de vista organizativo no había un antecedente, ni una dirección nacional o provincial…, que diera cauce al proceso de constitución, porque nacieron de la necesidad, de la espontaneidad de las masas para su autodefensa.

Había organizaciones que agrupaban a los trabajadores (CTC), a los campesinos (ANAP) y a las mujeres (FMC), pero faltaba aquella capaz de agruparlos a todos: la familia, los campesinos, los jubilados, amas de casa, en una estructura que funcionara desde el barrio.

Creación de los CDR. Antiguo Palacio Presidencial, 28 de Septiembre de 1960. / Liborio Noval (archivo)

Esto fue tan necesario y vital que, en varias ocasiones el Comandante en Jefe dijo que no se podía concebir la Revolución sin los CDR. Esa estructura de base, esa posibilidad de aglutinar a toda la ciudadanía, desde los 14 años de edad. La originalidad de esa estructura y su composición, es lo que permitió que la organización nacida para la vigilancia revolucionaria, solo tres meses después pudiera expresar sus verdaderas potencialidades, al desarrollar otras tareas.

Y fue arrollador, grande su desempeño, especialmente en momentos decisivos de la Revolución. Prueba de ello han estado en las Marchas del Pueblo Combatiente, cada Primero de Mayo o cuando era preciso el respaldo a las declaraciones de principios del Gobierno Cubano. No quiero decir que esto ha faltado. En los momentos cruciales se desbordan las plazas. ¿Dónde ha fallado el bregar de la organización? En la cotidianidad.

Si un CDR no está bien estructurado y funcionando, es como si no existiera. A partir de ahí: ¿quién asume la dirección y orienta en las reuniones? ¿Quién recoge la cotización? ¿Quién responde por la vigilancia? ¿Quién apoya las campañas de salud? ¿Quién se interesa por el funcionamiento de los centros educacionales y el buen desempeño de los estudiantes de la comunidad? Eso ha estado sucediendo.

En la referida convocatoria al cónclave se expresa: “Llegaremos al X Congreso llegaremos luego de un importante proceso de revitalización y fortalecimiento en nuestras estructuras de base, y desarrollando un amplio movimiento de masas que asumirá, entre las prioridades de nuestro trabajo, la misión social y preventiva, la vigilancia popular revolucionaria y la labor con nuestros niños, adolescentes y jóvenes”.

Sin dudas, le precedió un trabajo que, como termómetro, midió las insuficiencias, lo cual se reafirma con la siguiente idea: “Las miradas que hemos dirigido hacia los desafíos, retos y fortalezas de la organización nos convocan a pensar los modos, maneras y alcance que podrá tener nuestro próximo congreso, sobre todo, para continuar enfocando la actividad cederista en el barrio, como la principal fortaleza y bastión de la sociedad cubana”.

Está claro que se sabe cuáles son los problemas y qué hacer para solucionarlos, en la medida de lo posible, algo que urge, porque todos estamos en una etapa diferente, pero el enemigo es el mismo, con una agresividad mayor.

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