Cesa el fuego y Colombia ya mira hacia la paz

El acuerdo de Cuba entre el gobierno colombiano y el ELN para detener las hostilidades por seis meses es el primer gran logro de la paz total, la política bandera del presidente Gustavo Petro


Cuba volvió a regocijarse de propiciar un escenario de paz. En su capital se firmó la tercera ronda de diálogos entre el gobierno de Colombia y el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Con la firma de los ya históricos Acuerdos de Cuba, continuará el proceso de paz en medio de un cese del fuego bilateral y nacional entre las partes.

La Habana también acogió la mesa de diálogo durante cuatro años entre el gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), que culminaron con un acuerdo refrendado en un plebiscito en octubre de 2016.

En el pasado, también amparó varios intentos negociadores del ELN que no fructificaron. El más reciente comenzó en 2017, en Ecuador, pero pocos meses después Quito renunció a su papel de garante.

El proceso fue entonces trasladado a La Habana; sin embargo, fue suspendido todo poco después por el gobierno de Iván Duque, tras un atentado suicida perpetrado en Bogotá por un miembro del ELN.

El 9 de junio último, el actual presidente Gustavo Petro se trasladó a La Habana y fue acá justamente donde recibió la noticia de la aparición, sanos y salvos, de cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare. “Hoy hemos tenido un día mágico, lleno de alegrías. Nos acercamos a tocar la paz, en el acuerdo que avanza con el ELN”, dijo en un mensaje por Twitter el mandatario, en alusión a la noticia de los pequeños –40 días perdidos en la selva– sobrevivientes de un accidente aéreo, lo cual estuvo en las primeras planas con los acontecimientos en La Habana.

Sin embargo, conociendo la historia mundial y, específicamente, la de su país, Petro sabe que entre hacer la guerra o la paz es más difícil lo segundo. No obstante, confía en su agenda de Paz Total y antes de viajar a Cuba insistió en mantener el camino necesario para Colombia “con el pueblo movilizado”.

El primer apretón de manos entre Petro y Antonio García, máximo comandante del ELN, recordó el que se dieron en su día el expresidente colombiano Juan Manuel Santos y Timochenko, principal jefe de las FARC, en la recta de la negociación de paz en el mismo escenario habanero. En ambas ocasiones, lo hicieron delante del presidente cubano que ejercía como anfitrión, ayer Raúl Castro, hoy Miguel Díaz-Canel.

La afinidad política entre la extinta guerrilla de las FARC-EP y del ELN los trajo a encontrar en Cuba todas las garantías que necesitan para la firma de los Acuerdos de Paz.

Armas en silencio por 180 días

Es la primera vez en la historia de negociaciones entre administraciones colombianas y fuerzas activas del ELN que habrá un seguimiento en los ciclos con un entorno de respeto mutuo y, sobre todo, sin armas.

Las delegaciones anunciaron un cese del fuego por seis meses a partir de agosto próximo además de un acuerdo sobre la participación de la sociedad civil en el proceso.

El inédito silencio de los fusiles tendrá un carácter bilateral, nacional y temporal, a la espera de una tregua definitiva que alivie a las comunidades más golpeadas por el conflicto armado.

El alto acordado tiene fases progresivas. La etapa de alistamiento es inmediata, después comienza el fin de operaciones ofensivas el 6 de julio, hasta alcanzar una plena vigencia, de 180 días, a partir del 3 de agosto. Los mecanismos de monitoreo y verificación se instalarán en las próximas semanas e incluyen la participación de la ONU y la Iglesia Católica.

De esta manera, la tregua con la última guerrilla en armas deberá imperar en todo el territorio colombiano por lo que resta del 2023.

No obstante, Petro avizoró la fecha de mayo de 2025 para el cese definitivo de una guerra de décadas y reiteró a la paz como una esperanza.

En un discurso de más de 20 minutos después de las rúbricas y con una marcada solemnidad, el mandatario reivindicó el legado de construcción de paz del M-19, guerrilla a la que perteneció en su juventud y la cual tuvo un papel protagónico en la redacción de la Carta Magna actual en su país, la de 1991: “Yo soy presidente hoy gracias a esa Constitución”.

Este trascendental paso cambiará la historia del país y comenzará a construir la paz como una esperanza y con el compromiso del cambio como una bandera para estar del lado de la vida, vislumbró el mandatario.

Igualmente, agradeció a Cuba por su hospitalidad y acompañamiento durante décadas en las acciones a favor de la armonía de Colombia.

Cuba garantiza la paz

En la ceremonia, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ponderó el especial aporte de Gustavo Petro a la paz y su rápida revitalización del camino hacia las negociaciones con el ELN, a pocos días de asumir la dirección del país en agosto de 2022.

Díaz-Canel agradeció a su homólogo el constante y público rechazo a la inclusión de Cuba en la espuria lista del gobierno de Estados Unidos sobre supuestos países patrocinadores del terrorismo.

Petro –remarcó el jefe de Estado cubano– defendió el enfoque de principios de esta nación de respetar los acuerdos que asumió como garante del proceso de diálogo.

Con esa posición, el jefe de la Casa de Nariño dejó sin argumentos al expresidente estadounidense Donald Trump, quién usó esa justificación para vincular a Cuba con el terrorismo pocos días antes de dejar su cargo.

Colombia cambia

El ELN tiene presencia en 22 de los 32 departamentos de Colombia, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, especialmente en regiones fronterizas con Venezuela, como Norte de Santander y Arauca, así como Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, en la franja del Pacífico.

En Arauca mantiene una guerra con disidencias de las extintas FARC y en el Chocó con el Clan del Golfo.

Ante esa realidad, no son pocos los escépticos que temen la negativa de algunos de esos frentes independientes de la guerrilla a acatar las decisiones de la cúpula negociadora.

No obstante, el primer comandante del ELN, Antonio García, durante la firma del acuerdo hizo alusión a la unidad interna y aseguró que son una sola voz y representan la rebeldía armada del pueblo colombiano.

Nunca antes se logró un avance más significativo entre el gobierno y la única guerrilla actual en Latinoamérica. El primer ciclo se cumplió en Caracas, el segundo en Ciudad de México y el tercero en La Habana. La mesa regresa a Venezuela para el cuarto ciclo, el 14 de agosto venidero y, si se cumple lo pactado por ambas partes, Colombia enrumbará realmente su camino hacia la paz total.


CRÉDITO PORTADA

El primer apretón de manos entre Petro y Antonio García. / elespectador.com

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