Foto. / ijf.org
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¿Cuándo llegará mi día?

Andy Granda se convirtió en campeón mundial, Iván Silva estuvo cerca de medallas, Idalys Ortiz no pudo esta vez, los otros no avanzaron


¿Cuándo llegará mi día? No es difícil imaginar que esa pregunta se la hizo muchas veces con lógica preocupación el judoca cubano Andy Granda. O que lo llevó a vivir sueños apasionados en almohadas de diferentes puntos del planeta. Tenía ya 32 años de edad… Pero no se rindió. Y cambió la historia. Al fin es… ¡campeón mundial!

Esa hazaña ocurrió el pasado 12 de octubre, el mismo día en que Cristóbal Colón lideró el cuestionable y mal llamado Descubrimiento de América (1492). En este caso el matancero descubrió a Tashkent, capital de Uzbekistán, república asiática que perteneció a la antigua Unión Soviética que fue sede del Campeonato Mundial del 6 al 13 de este ya mencionado octubre. También lo que es subir por primera vez al punto más alto del podio en una competencia de primerísimo nivel: estamos hablando solo de mundiales o de Juegos Olímpicos.

Andy Granda, de la división de mayor peso (+100 kilogramos), ofreció declaraciones minutos después…

“Gracias a todos los que están escribiéndome y felicitándome. Es el día más grande de mi vida. Pienso en primer lugar en mi niña Adys Inés; en mi abuelo que falleció estando entrenando estos últimos meses por Europa; en los entrenadores que me formaron y en los que están en la actualidad en el equipo nacional; en mis compañeros que no pararon de apoyarme hoy durante toda la competencia”, le dijo vía WhatsApp al colega Joel García.

Un paradigma

Quisimos dejar sedimentar las emociones, por lo que solo horas antes de que esta revista saliera hacia la imprenta, logramos para los lectores de BOHEMIA las opiniones del experto Andrés Taño, quien lleva siete años como metodólogo de la comisión nacional de uno de nuestros deportes más exitosos.

–¿Cómo se valora la actuación cubana?

–Fue relevante. Desde hace tiempo Andy venía en pos de un gran resultado. Llegó su maduración. Es nuestro segundo campeón de esta última generación y no cuento aquí a la muy laureada Idalys Ortiz, de más de 78, así como lo realizado por Asley González, junto a ella misma, en el mundial de Río 2013. Es algo merecido. Se trata de un atleta muy dedicado y educado, un paradigma. Es el deportista que necesitamos entregado de cuerpo y alma.

–Convertirse en campeón mundial a dos años de los Juegos Olímpicos de París le da confianza.

–Sí, claro. Uno de los principios del deporte es buscar otro resultado todavía más grande.

–Nos dijo que la actuación fue relevante.

–Un resultado favorable, especialmente en el femenino, que se encuentra en sentido general en un proceso de renovación, con excepciones como Kaliema Antomarchi, bronce en la división de los 78 en Budapest 2017, quien arrastra una lesión, e Idalys Ortiz, habitual medallista que esta vez quedó séptima.

“Entre los hombres Iván Silva, quien hace cuatro años terminó con plata en los 90 en el de Bakú 2018, tuvo casi en el bolsillo una de bronce (quinto lugar). El masculino, en el cual alineamos a algún que otro judoca con experiencia, posee un nivel muy elevado no solo en Europa y Asia. Lo tiene también con algunas figuras de nuestro continente.

“Un buen ejemplo es que Brasil terminó en segundo lugar, con dos de oro, una de plata y una de bronce, por detrás de Japón, el país de mejores resultados a través de la historia, que logró cinco, cuatro, tres”.

Silva discutiendo un bronce que tuvo cerca. / ijf.org

–¿Podrá llegar bien Idalys a París?

–Un gran reto para ella. Se podría convertir en la cubana con más medallas, sería su quinta, tras la de bronce en los de Beijing 2008, oro en Londres 2012 y platas en Río 2016 y Tokio 2020. Está planteando que va por ella.

Entretelones

Granda, campeón de los Juegos Panamericanos Lima 2019, se las tuvo que ver en la final contra Tatsuru Saito, de 20 años de edad, quien a pesar de que tiene carretera por recorrer… ¡es un japonés! “Decidimos que tenía que moverme mucho, no permitirle el agarre y a su vez llevar siempre la iniciativa. Eso parece que lo desconcertó y le saqué las tres penalizaciones”. Un dato del rival: es hijo del dos veces medallista de oro olímpico (Los Ángeles 1984-Seúl 1988) y campeón mundial Saito Hitoshi.

Antes doblegó a Roy Meyer (de Países Bajos), al campeón mundial de 2018 Guram Tushishvili (Georgia), a Daniel Allerstorfer (Austria) y a Richárd Sipocz (Hungría).

“El combate más difícil fue ante el húngaro porque era el pre-arranque, un momento que siempre me ha costado trabajo”.

Alegría y…

Nos parece, como sucede tantas veces, y no solo a los cubanos, que Tashkent dejó una mezcla de alegría y de cierta preocupación a dos años de París 2024, pensando en los que no pudieron avanzar.

   Cuba no ganaba una de oro en mundiales desde que la grandísima Idalys Ortiz lo hizo en Cheliabisk 2014. Quiere decir que no se pudo en los cinco previos: Astana 2015, Budapest 2017, Bakú 2018, Tokio 2019 y Budapest 2021 (en este último sin que ningún compatriota subiera al podio).

Ortiz, algo raro, no pudo llegar esta vez a medallas. / ijf.org

La espectacular corona de Granda es la número 19 del judo cubano en Campeonatos Mundiales y apenas la tercera en el masculino, después de las de Manolo Poulot (Birmingham 1999) y la citada de Asley González (Río 2013). Ojalá puedan llegar pronto otras.

Vamos a decir más: cuando escribimos (26 de octubre) es el único campeón mundial del deporte cubano en lo que va de un año ya con poquitas hojas en su almanaque.

Y dejamos para el final algo más que dijo Andy Granda:

“Ahora nadie me detiene los sueños de una medalla olímpica en París, para eso me vengo preparando”.

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