Si bien la gestión de gobierno ha insistido en ubicar a la ciencia y la innovación al centro del proceso de desarrollo, lo cierto es que aún no encuentran vía expedita para su aplicación
Que en la vida no todo encuentra un camino diligente, ya sé; que de las vicisitudes e inconvenientes se aprende, también. Mas, las dilaciones y los retrasos con los que tropieza la ejecución de relevantes investigaciones a veces suena más a acomodamiento que a otra cosa.
Recién concluyó el evento internacional Pedagogía 2023 con la participación de unos 1 700 delegados de 51 países, y durante las cinco jornadas que duró el evento un sinnúmero de estudios sobre educación, tendencias demográficas, patrones socioculturales, desarrollo local… fueron presentados.
En sentido general, la mayoría de los trabajos ofrecía soluciones aplicables y extensibles al ámbito local, regional o nacional. Sin embargo, pocas veces fueron acompañados de ejemplos notorios de implementación a dichas escalas.
Salvo el Foro de Empresas asociadas al sector y algún que otro panel con entidades productivas, donde los ponentes sí dieron muestras de cambios concretos –para bien– en productos, rutinas y alianza, la cita transcurrió más bien desde el punto de vista teórico y academicista.
Lo alertaba el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, desde el mismo inicio del encuentro, al exponer los resultados de una encuesta nacional sobre el sistema de ciencia e innovación. Dicha pesquisa revelaba que aún existe una limitada interconexión entre las entidades investigativas, las universidades y empresas que pudieran llevar adelante los resultados.
Pero, siendo la ciencia una prioridad de gobierno, ¿por qué cuesta tanto su implementación? A la interrogante respondieron varios asistentes a la cita.
Keyla Rosa Estévez García, directora del Centro de Estudio sobre la Juventud, explicó que, desde el momento de concebir las investigaciones, determinan a quién se le va a ofrecer los resultados y para qué. Además, participan y tienen voz en comisiones y estructuras centrales que evalúan las diferentes problemáticas.
“Ahora bien, no siempre el camino es expedito, y las investigaciones tienen diferentes fases. En muchas ocasiones son necesarios procesos de sensibilización en los decisores para que entiendan la necesidad de abordar desde otra perspectiva un problema. Otras veces se depende de un grupo de recursos que quizás no está disponible. En resumen, creo que hace falta más agilidad para colocar la ciencia en los resultados directos”, añadió la doctora en Ciencias.
Iván Barreto Gelles, coincidió con Keyla al decir que “es difícil cambiar mentalidades, aunque se tenga claro el discurso”, un hecho que afecta más que la ausencia de capitales materiales específicos.
Por su parte, Olga Lidia Llamazares Ramos, directora general de la Editorial Pueblo y Educación, opinó que aún la divulgación y socialización de los principales resultados es poca, y que ocasionalmente se ven entidades trabajando cada una en su área, aislada de otras con intereses similares que pudiera aportar al enriquecimiento de un producto o propuesta.
Pedagogía regresará en 2025 con su edición 19, antes y después tendrán lugar otros eventos científicos. El reto para todos será concretar a escala país la fórmula: más investigación y superación, menos burocracia, la única que permitirá dar, en tiempo, el salto para el desarrollo sostenible, económico y social.
CRÉDITOS
Fotos: Anaray Lorenzo Collazo
6 comentarios
La investigación científica en Cuba debe aplicarse primero en la enseñanza de los futuros profesionales de Cuba para vincularlos rápidamente a la industria del conocimiento.
La innovación científica tecnológica en Cuba debe potenciar el desarrollo económico de la sociedad cubana.
El conocimiento científico debe formar parte en la toma de decisiones del gobierno de Cuba. La economía cubana se debe gestionar de la mano de la ciencia.
Crear modelos económicos altamente productivos y competitivos en Cuba para cada sector de la economía cubana.
La participación popular en Cuba debe ser protagonista en las soluciones científicas que se aplican en los centros de trabajo, en la vida social del pueblo de Cuba. Todo nace de una idea renovadora que es capaz de transformar la realidad cubana.
Cuba debe dotar de herramientas tecnológicas, información especializada, sistemas de trabajo, método científico a los profesores, ingenieros, máster, doctores de Cuba para que puedan realizar innovaciones científicas tecnológicas en la economía cubana.