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Elecciones en tiempos de odio

Los sesgos y prejuicios parecen protagonizar la contienda por la presidencia en el país norteamericano


Joe Biden y Donald Trump vencieron durante el Supermartes, la megajornada de elecciones primarias en Estados Unidos. El rápido y contundente triunfo de los dos favoritos aboca a una inevitable repetición del duelo electoral de 2020 con los papeles cambiados: el demócrata en la Casa Blanca y el republicano en la oposición.

La segunda etapa de la carrera empieza ahora, con el camino despejado para el magnate, tras la retirada de la única rival que le quedaba en su partido, Nikki Haley. Hasta el momento, la exembajadora ante la Organización de Naciones Unidas había logrado imponerse solo en Washington, la capital, y Vermont: los dos territorios donde Biden ganó por mayor diferencia en 2020.

Del lado azul, el competidor simbólico, el congresista Dean Phillips, anunció el fin de su candidatura. Sin embargo, el 73 por ciento de los votantes considera que el actual mandatario es demasiado mayor para regresar a la Oficina Oval. Esta opinión es compartida por muchos rivales y también por aquellos que lo respaldaron en 2020.

En este contexto, su discurso sobre el Estado de la Unión se presentaba como un hito importante de cara al futuro. Era su gran oportunidad para mostrar capacidad ante una amplia audiencia, probablemente la mayor que tendrá hasta las elecciones del 5 de noviembre. Especialmente porque casi no ha concedido entrevistas durante estos años de administración (solo 86, significativamente menos que las 422 ofrecidas por Barack Obama hasta la misma fecha).

Por eso, muchos criticaron que Biden utilizara ese momento para arremeter contra Trump en lugar de mostrar nuevos proyectos. De hecho, durante el acto, dijo las palabras “mi predecesor” 13 veces.

Su nuevo enfoque consistió en contratacar al contrincante deliberadamente, buscando generar una respuesta que lo pusiera nervioso y desviara de su propia agenda. El objetivo era mantenerlo ocupado defendiéndose o lanzando ataques cada vez más radicales.

El nuevo enfoque de Biden consistió en contratacar al contrincante deliberadamente. / actualidad.rt.com

Al parecer, el equipo del actual gobernante comprendió que los “resultados” y la economía no serían suficientes para recuperar terreno perdido, al igual que la política exterior, con el respaldo a dos guerras en diferentes regiones. También determinaron que necesitarían polarizar más con Trump, decir que es un peligro para el futuro de Estados Unidos, provocarle y confrontarse de manera directa.

Su estrategia es cuestionable, pero tiene mucho que ver con el mundo de hoy. Nos hemos convertido en una sociedad adicta y, por otro lado, muy dependiente de las emociones. Esto explica que haya cada vez más personas, sobre todo jóvenes, que no encuentran estímulos suficientes en su vida ordinaria y busquen soluciones muy extremas. Los sesgos y los prejuicios parecen haber prevalecido sobre el pensamiento lógico.

Hoy día, solo importan las sensaciones. Una sociedad individualista como la que existe en los cuatro puntos cardinales, centrada en satisfacer las necesidades más imperiosas del individuo, que busca saciar todos sus deseos, ha relegado el corazón y al respeto hacia los demás. Biden lo sabe y siguió el mismo camino que Trump: atacar.

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Un comentario

  1. El actual presidente de EU, Joe Biden, ha engañado a los Pueblos de la Tierra. Aparentemente se muestra como una persona tranquila, quien quisiera hacer el bien, sin embargo, en dos temas humanitarios y de gran calado político, Biden está aliado a las mafias guerreristas y opresoras. Continuá con el bloqueo criminal hacia Cuba y además entrega todos los días armas y ayuda económica al Estado Sionista de Israel para que siga asesinando a nuestros hermanos de Palestina. Afortunadamente y gracias a Dios, El Creador, la solidaridad mundial con Cuba y Palestina, crecen día a día. En medio de grandes dificultades en ambas partes, desde la Patria Grande, que José Martí, llamó Nuestra América, decimos: «¡Hasta la Victoria Siempre!», Fernando Acosta Riveros, Colombiano-Mexicano, lector de la revista cubana Bohemia, a partir del año 1974.

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