Foto./ msnbc.com
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Resistencia en los campus de Nueva York

La lucha por la libertad de expresión en las universidades estadounidenses se ve amenazada por presiones financieras y despidos


Hay una cámara que muestra esta imagen: el centro educacional Hunter College, en Estados Unidos, sus edificios altos y anodinos, y en la calle jóvenes protestan contra el genocidio perpetrado por Israel en la Franja de Gaza. Con voz desafiante una mujer grita: “¡Palestina libre, libre, libre!”. La multitud vitorea y se une, haciendo eco de sus palabras.

Hunter es parte del sistema neoyoquino de la City University, que incluye 25 campus. La matrícula en esta área es considerablemente mayor que la de otras escuelas de la nación.

Recientemente, el académico adjunto del John Jay College, el profesor Danny Shaw, fue despedido por expresar públicamente su oposición a los asesinatos provocados por Tel Aviv. El catedrático impartió clases de Estudios Latinoamericanos y Caribeños, así como de Raza, Etnicidad, Clase y Género, y recibió excelentes evaluaciones de sus alumnos. Incluso en diciembre fue nominado para un prestigioso premio.

La maestra Lisa Hofman-Kuroda también enfrentó persecución tras ser expulsada de Hunter College por sus publicaciones a favor de Palestina.

En otro caso, el investigador Jairo Fúnez-Flores, de la Texas Tech University, perdió su empleo cuando adoptó una perspectiva antihegemónica. El dominio sionista en la vida en Estados Unidos ha generado temor entre educadores y escritores, quienes evitan expresar libremente sus opiniones sobre lo que podría considerarse una de las mayores injusticias desde el Holocausto de 1941-1945.

Los legisladores con influencia sobre el presupuesto podrían detener la masacre. / nationalpost.com

Los detractores niegan esta realidad y acusan a los intelectuales de utilizar tropos antisemitas; es decir, de fomentar el odio, la discriminación y los prejuicios contra el pueblo judío. Pero en realidad las protestas no tienen nada que ver con la religión y sí con las huellas de las ocupaciones y las autoridades coloniales en los pueblos.

Los activistas pro Palestina enfrentan la presión proveniente de los miembros adinerados de los consejos de administración de las instituciones y de los donantes que amenazan con retirar sus contribuciones. En la Universidad de Pensilvania, uno de estos proveedores es el magnate Ronald Lauder, heredero de la empresa de cosméticos Estee Lauder, conocido por sus vínculos con Israel.

Los legisladores en el Congreso, con influencia sobre el presupuesto gubernamental, podrían detener la masacre de inmediato. Sin embargo, en lugar de ello, aprueban leyes para generar más tensión.

Mientras tanto, continúan las mayores movilizaciones en diversos centros de Estados Unidos desde las protestas contra la guerra de Vietnam hasta finales de la década de 1960. Sus demandas incluyen la protección de la libertad de expresión, el cese de la peligrosidad y la asociación errónea del antisemitismo con el antisionismo.

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