Fundadores de los CDR, generaciones posteriores y los más jóvenes expresan el reconocimiento de las fallas y la sugerencia de soluciones a las dificultades que presentan. Ellos, que dedican buena parte de su tiempo a los comités, saben en esta materia, hasta dónde ‘el jején puso el huevo’

No es fortuito que, por espacio de tres días, estén ahí, explicando vivencias, enunciando compromisos y celebrando los 63 años de los Comités de Defensa de la Revolución. Son los delegados al congreso número 10 de la organización. Distintas salas del Palacio de Convenciones de La Habana acogen los debates, en la búsqueda del cambio que revitalice el trabajo, algo imprescindible para la comunidad.

Fundadores, generaciones posteriores y los jóvenes –muy bien representados en las delegaciones – expresan un lenguaje común en el reconocimiento de las fallas y en la sugerencia de soluciones a las dificultades que presentan. Ellos, que dedican buena parte de su tiempo a los comités saben, en esta materia, hasta dónde ‘el jején puso el huevo’.

Por eso hablan, con conocimiento de causa, en torno a la incidencia de la situación económica mundial, los efectos de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos, como uno de los principales retos a seguir enfrentando.

A la política de cuados y la preparación de la reserva de los dirigentes de los CDR, desde la base, dedicaron la jornada matutina de la comisión 1. La síntesis del informe presentado por el Héroe de la República de Cuba y coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución sirvió de base a los debates, a partir de que, durante el proceso orgánico que precedió al X Congreso se comprobó que más tres mil 200 estructuras de zona no funcionaban adecuadamente, y fue preciso fortalecerlas. Igual que a muchos comités.

Deficiencias de tal índole se vinculan –en reiteradas oportunidades- con la falta de dirigentes adecuadamente preparados para realizar esa labor de persuasión y de educación a los cederistas, en virtud de movilizarlos a las diversas tareas establecidas. Al respecto, Nordelo preguntó: ¿Qué tares debemos hacer, que no estamos haciendo, y qué debemos cambiar, porque  no lo estamos realizando bien?

Múltiples intervenciones dieron respuesta, sin olvidar la compleja situación en la que se encuentra el país. Lo primero es que el cuadro cederista tenga su origen, mayormente, en la base, lo que le permite conocer las características del potencial con el cual va a trabajar. De igual forma, debe estar dotado de una gran sensibilidad y un lenguaje ‘potable’, por lo diverso de la comunidad en la cual desempeña su labor.

De estas y otras intervenciones se asume que también es muy importante la estabilidad de quienes están al frente del trabajo cederista; si no se logra es difícil desarrollar una labor eficaz.

En los tiempos actuales, son importantes el compromiso y la capacidad, porque es indispensable –con lenguaje sencillo- esclarecer, orientar, transmitir ideas, persuadir, educar…, en fin: movilizar. Como expresara el holguinero Raúl Almaguer Tamayo, “si no se resuelven los problemas de política de cuadros, será difícil solucionar las dificultades de funcionamiento, de cobertura de las plantillas y del trabajo en general”.

La vinculación con las universidades, por su universo juvenil; la atención a las tareas de la economía, la producción de alimentos, a través del movimiento “Patios y parcelas de nuevo tipo”; el trabajo ideológico y la atención a los niños, adolescentes y jóvenes, además de la vigilancia revolucionaria y el trabajo preventivo, ocuparon buena parte de la agenda de este primer día del cónclave.

En torno al enfrentamiento a las conductas delictivas, Hernández Nordelo destacó que los discursos y compromisos suenan bien, pero hay que pasar del discurso a la acción. “Ver en cuántas bodegas se han robado los alimentos de la canasta básica. Esta parte de la vigilancia revolucionaria debe resultar decisiva para la emulación. Una zona en la que han robado en la bodega; si no somos capaces de proteger el mercado, no podemos asegurar que los CDR están fortalecidos.

Resultó muy conmovedora la intervención del granmense Eduardo Infante Domínguez, quien desde los 14 años –lleva en ello nueve-, ha sido dirigente de base, y su mayor inspiración fue su abuela, quien lo vinculaba a las tareas. “Fue ella la que me inculcó el amor a la organización”.

“Este es un ejemplo que se debe multiplicar, por el bien de la organización, y no reproducir el de poner el ‘plug a tierra’, el de no hacer nada”, afirmó Hernández Nordelo.

Y del respeto y admiración de los jóvenes a sus mayores, habla el homenaje que la Fiscal General de la República, Yamila Peña Ojeda, ofreció a Lourdes Milián Durán,  a su llegada a la Villa X Congreso. Lourdes es coordinadora de la Zona 107 de Baracoa, en Guantánamo,  y delegada al congreso.

La jornada concluyó con la entrega de las condecoraciones y otros estímulos a los más destacados de la organización en el país.

Condecoran a destacados en la labor de los CDR

La Bandera 28 de Septiembre, la Distinción 28 de Septiembre y la Medalla por la Defensa y la Unidad del Barrio fueron entregadas hoy, en ceremonia efectuada en el Salón de Protocolo El Laguito, con la presencia de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC) y Presidente de la República.

Con esas condecoraciones, la Coordinación Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) premia la destacada labor de cederistas, zonas y dirigentes de la organización de masas en el país  -en esta ocasión-, a propósito de celebrarse el X congreso de la organización y su 63 aniversario

Asistieron también los integrantes del Buró Político del CCPCC, Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización, Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, y Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, así como los miembros del Consejo de Estado Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional de los CDR, y Aylin Álvarez García, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Especialmente invitado estuvo Jorge Arreaza Monserrat, ministro de Comunas y Movimientos Sociales de la República Bolivariana de Venezuela.

Con información de Granma y la ACN