G77 y China: Capacidades científicas que no se deben subestimar

Las naciones del Sur reunidas en La Habana reclaman un orden internacional justo y equitativo. Para ello nuestros pueblos también tienen considerable potencial científico. Cuba lo confirmó con sus cinco candidatos vacunales contra la Covid-19


La humanidad se encuentra en una encrucijada: o bien intenta cambiar las reglas del juego y movilizarse para una acción conjunta beneficiosa de todos, o perece. Esa es la clave fundamental en la que se mueve la habanera Cumbre del Grupo de los 77 y China, que este 16 de septiembre deberá aprobar su Declaración final.

António Guterres, Secretario General de la ONU, ponderó el logro de Cuba con cinco candidatos y vacunas para contrarrestar la Covid-19. / www.bing.com

Un mayor bienestar y las garantías al desarrollo humano puede estar dado por un adecuado manejo de la ciencia, la tecnología y la innovación. Tal y como dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, esa triada desempeña un papel trascendental en la promoción de la productividad, la eficiencia, la creación de valor agregado y en la humanización de las condiciones de trabajo. Sin embargo, actualmente eso no sucede porque priman más los intereses de las ganancias y el capital, y casi nunca la realización de una vida armoniosa y justa de nuestros pueblos.

Está por ejemplo el caso de la inversión extranjera la cual suele convertirse en herramientas de chantaje para los gobiernos receptores, protegiendo a las grandes transnacionales con normas extraterritoriales. Se supone que en un orden mundial justo eso no debe suceder, y que las economías locales involucradas puedan salir fortalecidas, lo contrario de lo que ocurre hoy en día.

Sobre esos trasfondos ha versado esta Cumbre de los 77 y China, y para que no quede como otra más, se hace urgente asimilar acciones concretas y un plan de acción expedito para que de una vez los países en desarrollo puedan ir superando los más bajos escalones de la cadena de valor global, haciendo que sus investigaciones científicas puedan ser utilizadas, sin chantajes ni devaluaciones, allí donde se gestan.

Por un adecuado seguimiento político

La habanera Cumbre de los 77 y China pretende proponer un plan expedito para impulsar el conocimiento y sus aplicaciones en las naciones del Sur. / Jorge Luis Sánchez Rivera

También duele el llamado “robo de cerebro” al emigrar mucho talento hacia naciones ricas en detrimento de esas sociedades que los formaron. Este es un punto que no ha pasado inadvertido a los participantes de esta nueva cita del G77 y China. Sobre ese particular el presidente pro tempore del Grupo ahora reunido expresó: “Es un drenaje masivo y un aporte financiero notable que hacen los países en desarrollo a los ricos, mucho mayor, por cierto, que la ayuda oficial al desarrollo, sobre la base de un flujo migratorio que es devastador (…).”

Así las cosas, este tema de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación debe tener un seguimiento político porque no solo con resortes monetarios se logra atraer a los creadores jóvenes, es importante ir sedimentando un orgullo nacional. Igual sucede con la valía del conocimiento, el cual ya está demostrado es más útil cuando es público y no privado como sucede actualmente en casi el mundo entero. La privatización del conocimiento se levanta cual barrera para el empuje de la ciencia, la tecnología y la innovación, reforzando los males en las condiciones socioeconómicas de los pueblos en vías de desarrollo.

Sobre este particular, Díaz-Canel recordó la experiencia de la producción de vacunas contra la Covid-19, donde solo diez fabricantes concentraron el 70 por ciento de las vacunas, evidenciando con “crudo realismo el costo de la exclusión científica y digital, que cobró y amplió las distancias entre el Norte y el Sur.

Una excepción fue la Cuba Socialista, puesto el conocimiento en función de las necesidades del pueblo, cuyos científicos presentaron con éxito cinco candidatos vacunales. En su saludo a Cuba, António Guterres, Secretario General de la ONU, ponderó ese trabajo, del que asimismo se han beneficiado otros pueblos al ofrecerlos solidariamente el gobierno cubano.

Estos son algunos de los aspectos analizados en la Cumbre del G77 y China, celebrada los días 15 y 16 de septiembre en La Habana. En la sesión de este sábado debe quedar aprobada una declaración que se perfila ya como un llamado urgente a que los paradigmas de investigación, y su uso, no se limiten a un Norte que por regla general solo piensa en sí mismo. Como ya lo han expresado varios oradores es importante mayor voluntad política. En las naciones en desarrollo hay una comunidad científica cuyo capital intelectual deberá primero atender los acuciantes problemas de sus pueblos. De eso trata esta Cumbre del Grupo de los 77 y China.

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