En un conversatorio sobre estudios chicanos, Cuba y la Casa, se presentó el cuaderno electrónico “Deconstruyendo latinidades y movidas de descolonización”
Por. / Dayana Mesa Giralt
Con el interés de dialogar, crecer y construir colectivamente aprendizajes acerca de las identidades de la región, la Casa de las Américas presentó “Deconstruyendo latinidades y movidas de descolonización”, un nuevo cuaderno electrónico auspiciado por su Fondo Editorial.
En conmemoración del aniversario 65 de la prestigiosa institución, que se celebra este 28 de abril, en la sala Manuel Galich se llevó a cabo un conversatorio enfocado en los estudios chicanos, Cuba y la Casa, con la participación de reconocidos académicos y expertos en la materia.
Durante el evento se resaltó la importancia de fomentar diálogos que resalten la diversidad cultural de nuestra región, así como la necesidad de replantear las latinidades; de ahí que este nuevo libro se erija invaluable fuente de conocimiento con un enfoque crítico y descolonizador.
La compilación, realizada por las investigadoras Martha D. Escobar y Alicia Ivonne Estrada, de la Universidad Estatal de California en Northridge (CSUN), se centra en un diálogo con expertos de diversas áreas, quienes apuntan la mirada hacia la perspectiva transnacional de los estudios sobre los ciudadanos de origen latino en los Estados Unidos.
La antología presenta ensayos y reflexiones académicas sobre temas como el racismo, leyes y políticas migratorias, educación, desarrollo de la identidad, agroecología y soberanía alimentaria en tiempos de crisis económica.
Uno de los capítulos, de la profesora de estudios chicanos en la CSUN, Alicia Ivonne Estrada, aborda la emigración maya en el país norteño y los testimonios de sus activistas.
La especialista explicó cómo estas comunidades han sido marginadas y silenciadas por mucho tiempo, tanto por el gobierno como por los medios de comunicación, “inscribiéndose dentro de un imaginario homogéneo latino que se caracteriza como mestizo e hispanohablante, a pesar de que han vivido en territorio estadounidense durante décadas”, dijo.
“Esta invisibilidad colectiva de la diáspora maya suprime, tal como hace el estado, la violencia histórica y sistemática que sigue marcando sus vidas”, señaló Estrada, quien agregó que “la campaña política agresivamente antiinmigrante de Donald Trump, justo cuando comenzamos a trabajar en este libro, ha generado más odio, incertidumbre y miedo en todo el país”.
“Bajo estas amenazas me acerqué a colaboradores y activistas para que me ofrecieran los testimonios de vida que aparecen en este capítulo del libro”, agregó la investigadora.
De acuerdo con Estrada, el propósito de estas narraciones es destacar las vivencias, necesidades y circunstancias particulares de dichas comunidades, visibilizar sus métodos de organización, tradiciones ancestrales y lazos transnacionales para crear conciencia sobre el genocidio, la lucha por la tierra y los derechos de las mujeres indígenas.
Asimismo, se aborda cómo estas mujeres residentes en la ciudad de Los Ángeles han comenzado a unirse a través de emprendimientos. Por ejemplo, la venta de comida guatemalteca a base de maíz y otros productos considerados ancestrales y de una base espiritual para todos los que viven dentro y fuera de la comunidad.
Por otra parte, Axel Montepeque, profesor asociado de la Universidad Estatal de California, aportó su análisis sobre “Encancaranublado y otros cuentos de naufragio”, de la escritora puertorriqueña Ana Lydia Vega.
Montepeque, interesado en el tema de la migración de puertorriqueños y otras poblaciones caribeñas y antillanas hacia Estados Unidos, examinó una vez más el texto de Vega ganador del Premio Casa de las Américas en 1982.
“La obra se preocupa por poner al descubierto los discursos dominantes de la continuidad del poder en la región y permite ver, además, cómo es que las poblaciones afrodescendientes y tropicalias son excluidas en ambos lados del Mar Caribe”, consideró el estudioso.
Al cuaderno digital también se le incluyó el texto del profesor Patrick Velásquez, quien fuera director de la Office of Academic Support and Instructional Services (OASIS) de la Universidad de California, ubicada en la ciudad de San Diego.
Su trabajo examina los logros educativos y culturales en Cuba desde el triunfo de la Revolución en 1959 y la posible aplicación de esas directrices para aumentar los resultados académicos y fomentar una identidad étnica entre los universitarios chicanos.
“Los estudiantes cubanos creen que su educación no es solo para ellos, sino para servir a la sociedad y a su país. Hay un sentido de conciencia nacional y de solidaridad muy fuerte aquí que nosotros no recibimos en las escuelas estadounidenses y ese concepto de identidad colectiva de lucha es lo que necesitamos para mejorar las condiciones en nuestras comunidades”, consideró Velásquez.
Saúl Isaac Maldonado, profesor asociado de la SDSU, a pesar de no contarse entre los autores del libro, también participó en el encuentro y expuso sus experiencias en la pedagogía crítica y la creación de un movimiento de educación multilingüe, intercultural, respetuosa e incluyente.