Fotos./ Jorge Luis Sánchez Rivera.

Texto. / María Victoria Valdés Rodda.

Cuesta arriba, banderas en manos van a comerse el mundo y no puede ser de otra forma, porque los jóvenes tienen ese ímpetu de vida y esa comprensión de justicia que muchas veces es coartada por marcos estrechos y mezquinos de asumir a los otros. Muchos en el planeta han decidido mantenerse firmes en sus sentimientos primarios de amor y de solidaridad.

Una nueva causa los vuelven a convocar y ahí están, muy ellos en su forma de manifestarse, muy hermosos en su forma de expresarse: “¡Todos con Palestina!”, gritan a voz de cuello; cantan, bailan y exigen el cese de tanto crimen sionista. Y mientras en otras partes se les persigue simplemente por venerar a ese niño aplastado por los escombros, a esa madre desgarrada de dolor, a ese periodista calcinado por las bombas, en Cuba son acompañados por un pueblo entero que siente como suyo el sufrimiento de Gaza.

Otra vez la escalinata de la Universidad de La Habana se brindó para retratar la hermandad: La Federación Estudiantil Universitaria no podía quedarse impasible cuando se pretende aniquilar a tantos seres humanos allá en Palestina; o cuando se pretende parar a “palos” la firmeza estudiantil allá en los Estados Unidos.

Tarde grande para la amistad, la valentía; para ser justos. El eco trae a un Fidel que no debemos olvidar:“¡La humanidad progresa por los que tienen fe, por los que tienen confianza en el futuro y, sobre todo, por los que tienen confianza en la juventud, por los que comprenden que en la juventud está la materia prima del gran futuro de la patria!.” ¡Guevariana arcilla de Palestina Libre!