
Me “muero” con los de mi pueblo
A veces, las personas más nobles, sanas, desprendidas, serviciales…, son las económica y socialmente más humildes y necesitadas.
A veces, las personas más nobles, sanas, desprendidas, serviciales…, son las económica y socialmente más humildes y necesitadas.
El sionismo llora lágrimas de cocodrilos cuando dice que los palestinos tienen una actitud antisemita, escudo falaz para abusos de todo tipo.
La explosión del Saratoga vuelve a generar una verdadera onda expansiva de valores que el cubano lleva muy dentro
Se confirma un cambio de época para la que Cuba necesita cada vez más de su juventud, involucrada en la nueva construcción nacional. En La Habana hay un espacio público que la proyecta.
El Sahara Occidental sigue siendo zona en conflicto. Cuba, sin embargo, reconoce la autodeterminación del pueblo saharaui y como tal lo trata
Por quinta ocasión, entre el 28 de enero y casi la mitad de febrero Willem de Witte nos visitó. Desde 2007 no experimentaba tal placer. Si pudiera, vendría todos los años. Dos grandes razones lo animan.
A los 12 años descubrí a la periodista argentina, tiempo antes de decidirme por su misma profesión. Por eso, este enero, cuando supe la noticia de su fallecimiento en California recordé su relato del ave que acompañó a Gerardo.
A veces, las personas más nobles, sanas, desprendidas, serviciales…, son las económica y socialmente más humildes y necesitadas.
El sionismo llora lágrimas de cocodrilos cuando dice que los palestinos tienen una actitud antisemita, escudo falaz para abusos de todo tipo.
La explosión del Saratoga vuelve a generar una verdadera onda expansiva de valores que el cubano lleva muy dentro
Se confirma un cambio de época para la que Cuba necesita cada vez más de su juventud, involucrada en la nueva construcción nacional. En La Habana hay un espacio público que la proyecta.
El Sahara Occidental sigue siendo zona en conflicto. Cuba, sin embargo, reconoce la autodeterminación del pueblo saharaui y como tal lo trata
Por quinta ocasión, entre el 28 de enero y casi la mitad de febrero Willem de Witte nos visitó. Desde 2007 no experimentaba tal placer. Si pudiera, vendría todos los años. Dos grandes razones lo animan.
A los 12 años descubrí a la periodista argentina, tiempo antes de decidirme por su misma profesión. Por eso, este enero, cuando supe la noticia de su fallecimiento en California recordé su relato del ave que acompañó a Gerardo.
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