En las recientes primarias presidenciales de Argentina se produjo un cambio inesperado en la política de cara a los comicios de octubre y trajo al ruedo preelectoral a Javier Milei, diputado y representante del partido Libertad para Avanzar, con ideas muy radicales y peligrosas en su cabeza

Puede que el resultado de las PASO, las elecciones primarias y obligatorias que indican de manera precisa el estado de ánimo de los votantes, haya sido el más neurálgico de todos los tiempos en Argentina.

El 13 de agosto pasado, sorpresivamente, el 30.1 por ciento de las boletas fue a parar a la casilla del diputado y representante del partido Libertad para Avanzar, Javier Milei, un economista ultraliberal, que se declara “anarco-capitalista”, está en contra del aborto, considera al cambio climático “una farsa” de la izquierda, propone el fin del Estado y se identifica con la ultraderecha de Vox en España. Este fue el postulante a presidente más votado. Y para que no quepan dudas, las encuestas lo ponen al inicio de la fila como posible ganador del próximo 22 de octubre.

La conmoción política de la elección primaria abrió las puertas del poder a la extrema derecha de manera inevitable. De acuerdo con las más recientes pesquisas, el candidato de Libertad para Avanzar lidera, con 33 por ciento de intención de voto. Si los comicios se efectuaran esta misma semana, el aspirante del oficialismo, Sergio Massa, quedaría en segundo lugar, con 26 por ciento, y Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, en tercero, con 23 por ciento.

El cuarto y el quinto lugar estarían reservados y sin ninguna posibilidad para Juan Schiaretti (cinco por ciento) y Myriam Bregman (tres).

Aunque un posible balotaje no sería nada positivo para Massa, un dato alentador para el actual ministro de Economía es que subió tres puntos su imagen positiva respecto de agosto, ubicándose en 30 por ciento, reveló la consultora.

Un dato no menor es que hay siete por ciento de indecisos, que podrían ser clave para definir la elección, conforme al sondeo, con un margen de error de +/- 2.2 por ciento y un nivel de confianza ascendente a 95 por ciento.

Una fuerza política casi inexistente, sin estructura partidaria, candidatos provinciales, senadores o gobernadores, logró una posición sorprendente en un sistema político diseñado para evitar la entrada de fuerzas exteriores. El resultado plantea, además, un escenario de incertidumbre acerca de quiénes serán los dos actores que pelearán en una hipotética segunda vuelta, el 19 de noviembre, como parecen indicar los números.

Teniendo en cuenta los resultados de las PASO, si realmente Sergio Massa se queda en tercer lugar, esta sería la primera vez desde 1994 que el peronismo no llegue a competir al balotaje.

Voto de protesta y propuestas alejadas de la cordura

Muchos analistas leen este resultado como una ruptura del histórico balance entre peronismo y antiperonismo. Milei presenta una propuesta que va en contra de todos. Y ese “todos” está encabezado por el kirchnerismo y el macrismo, evidentemente castigados del modo más doloroso: con el voto protesta. La sociedad argentina busca una opción diferente, pero no se percató de que el terremoto tiene una magnitud mayor de la imaginada. Este es solo el primer síntoma de impactantes cambios, no detectables inmediatamente.

De acuerdo con expertos, Milei es un candidato que sintonizó con el deseo de reseteo profundo, sobre todo en medio de la crisis económica, pero con consecuencias nefastas para un futuro muy próximo. Economista de profesión, con un discurso extremadamente técnico para la política, el nuevo candidato alcanzó el primer lugar con las promesas de dolarización y de «dinamitar el Banco Central», en un país con una inflación interanual por encima del 115 por ciento.

Durante su corta campaña se presenta como un candidato «antisistema» contra la actual clase política, a la que tilda de «casta». Con una imagen totalmente irreverente para sus 52 años, poderes histriónicos y una bien fabricada demencia, está logrando persuadir. En dos recientes eventos de campaña apareció con una motosierra encendida, que blandió para ilustrar simbólicamente sus intenciones de recortar significativamente el papel de las instituciones del Estado.

El candidato a la presidencia argentina por Libertad para Avanzar levantó la peligrosa herramienta al grito de «tiembla la casta» y recibió en respuesta la aclamación de centenares de manifestantes. A lo largo de la caravana del candidato libertario se escucharon también cánticos con frases como «la casta tiene miedo» y «que se vayan todos».

Por suerte, existe un gran porcentaje para lograr un cambio a toda costa, que ve más allá de Milei. Sus intentos de dolarización, reformas a la salud y la educación, los cientos de medidas extremas y hasta su irrespeto al papa Francisco, a quien tildó de «representante del maligno en la Tierra», tienen el contundente rechazo entre expertos internacionales y del patio, presidentes vecinos e intelectuales nacionales de diferentes tendencias políticas.

Estos últimos emitieron una inesperada declaración conjunta, en la que convocan a hacer lo posible para evitar que el ultraderechista acceda a la Casa Rosada. «Compromiso electoral: ante las amenazas a la democracia» es el título del documento, avalado por reconocidos escritores, periodistas y activistas con militancias que abarcan del progresismo al conservadurismo.

Los promotores de la carta consideran que la victoria de Milei conmocionó los fundamentos del pacto democrático instituido en 1983, cuando el país recuperó la democracia, luego de siete años de dictadura. Al mismo tiempo, advierten, tanto el kirchnerismo como el macrismo tienen en su interior sectores democráticos, recursos sociales y memoria de los derechos que les impedirían caer en esa amenazadora barbarie.

La situación es tan preocupante que piden a los partidarios de Unión por la Patria, Juntos por el Cambio, Frente de Izquierda y Hacemos por Nuestro País votar por cualquier opción contra Milei en la segunda vuelta.

Su discurso para un supuesto cambio radical aúpa la tenencia de armas, drogas, venta de órganos, homofobia; niega la dictadura; aplaude el antiabortismo, la misoginia. Todo ello forma parte de una larga lista de salvajismos que promueve, pero también le proporcionan una notable visibilidad y reconocimiento en el ámbito público.

Con esas cartas negras en la mano, Javier Milei parece irá con todo en octubre. La incógnita sobre si el destino de Argentina estará o no en la cabeza de este extravagante y extremista personaje se despejará en apenas cuatro semanas.