“Era un boxeador muy técnico, muy habilidoso, salió a hacer una pelea muy difícil”, dijo el gran campeón cubano años después
Hoy venimos con una de las peleas más inolvidables en toda la historia del boxeo en Juegos Olímpicos. La protagonizaron el cubano Teófilo Stevenson, fallecido en 2012, y el estadounidense, ya retirado, Duane Bobick, conocido como “La Esperanza Blanca”.
El combate tuvo lugar en Múnich 1972, en la división súper completa, entonces la de más de 81 kilogramos, a la cual los norteños le conceden una gran importancia, pues ha sido una de las más populares y emocionantes para los aficionados del deporte.
No se olvida que, antes y después, grandes nombres del boxeo como Muhammad Ali, Mike Tyson, George Foreman y Evander Holyfield han competido en este peso, contribuyendo a su relevancia y atractivo.
En el ámbito de la televisión y las transmisiones de boxeo, los combates en la división súper pesada suelen atraer a una audiencia masiva y generar altos niveles de interés. Es por ello que a que los campeones de esta división se les consideran entre las figuras más reconocidas y respetadas en el mundo de las competiciones.
La medalla de oro que Stevenson ganó en Múnich 1972 es la primera de las tres obtenidas que obtuvo en Juegos Olímpicos; luego fueron las de Montreal 1976 y Moscú 1980. Una hazaña que en el pugilismo solo había logrado, en dos categorías diferentes, el húngaro Lazslo Papp (Londres 1948, Helsinki 1952, Melbourne 1956). Y después, también en otro peso, el cubano Félix Savón (Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sídney 2000).
Stevenson, dada la superioridad que estaba mostrando, le ganó esa pelea a Bobick en el tercer asalto por RSC (Referee suspende el combate).
Recordando
Uno de los entretelones más interesantes tuvo lugar un año antes cuando Stevenson perdió con Bobick en los Juegos Panamericanos de 1971, lo cual se desembocaron los pronósticos y las expectativas de lo que podría ocurrir a la hora de la verdad.
“Yo perdí 3-2 contra él en Cali 1971. Me quitaron dos puntos y sabía que, aunque él era dado como favorito, tenía grandes posibilidades de ganarle”, expresó años después al colega Oscar Sánchez Serra y a mí cuando fue uno de los entrevistados para nuestro libro Fama sin dólares, del cual hoy queremos compartir unos fragmentos.
–¿Te preocupó mucho esa derrota con Bobick un año antes de los Juegos Olímpicos de Múnich 1972?
–No, en lo más mínimo: con esa derrota en Cali 1971 gané los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. En realidad, yo nunca perdí, porque de las derrotas se sacan experiencias y cuando se sacan experiencias se gana.
–¿Cómo recuerdas aquel peleón famoso contra Bobick?
–Era un boxeador muy técnico, muy habilidoso, salió a hacer una pelea muy difícil. Era una pelea de cuartos de final. Y allí fue cuando gané los Juegos Olímpicos y prácticamente se decidieron a darme la Copa Val Barker, como el mejor boxeador de ellos. Después le gané al alemán, que era bueno, y al rumano, por no presentación. Pero ese fue un momento decisivo.
–¿Estaba Bobick tan destruido como muestran estas fotografías que tienes ampliadas y colgadas en la pared de tu sala (fotos conocidas en todo el mundo) o dan una imagen distorsionada?
–No, era realmente así.
–¿No podía ni abrir los ojos?
–Así era: no podía abrir el ojo izquierdo.
–Fue increíble cómo logró levantarse dos veces de la lona.
–Sí, realmente increíble.
***
Aquella memorable pelea entre Teófilo Stevenson y Duane Bobick ha conllevado, como se decía antes, a que corran ríos de tinta aunque pasen los años.
Uno de los que escribió de ella fue el también ya fallecido ingenioso periodista y narrador cubano Bobby Salamanca, en su testimonio titulado La salida del astro rey; los dejamos con dos fragmentos:
“A Bobick le parece que Stevenson ha crecido algunos centímetros, que su brazo es ahora más largo, cuando el jab del cubano le roza el rostro […] Bobick al contraataque. Stevenson lo contiene con el jab y enseguida emerge, como reservada para el momento cumbre, centelleante y brutal, la derecha recta que golpea con furia contra el mentón descubierto de Duane Bobick. La caída estrepitosa es acompañada por los chillidos de la multitud […]”.
Un comentario
Yo recuerdo esa pelea como si fuera hoy, fue descomunal la derrota del pugil estadounidence, a partir de ahí comenzó la leyenda de nuestro campeón,