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La canción en español más versionada de la historia

Bésame mucho es un bolero con tal encanto que conmueve más allá de las barreras temporales o lingüísticas. Su letra, dotada de erotismo, nos habla de la incontrolable necesidad de retener al otro en el efímero período antes de una  separación desgarradora. El tiempo físico, lineal e inexorable, llega a su fin; no obstante, existe el tiempo subjetivo y ese sí puede distenderse.

La partida ocurrirá pronto, resulta inevitable; pero mientras ella llega a través del poder absolutorio de la pasión, esos últimos instantes pueden ser infinitos, porque más allá del placer físico, se busca el fijar en la memoria placeres que luego se convertirán en nostalgia. 

En un sentido poético, el tópico no es extraño en la literatura. Lo que hace Consuelo Velázquez, la autora, es darle voz musical a uno de los temas más frecuentes del hacer poético: carpe diem, que significa “aprovecha el día”.

Consuelo Velázquez, —o Consuelito— nació el 21 de agosto de 1916 en Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Tomada de: www.culturagenial.com

Detrás de su bolero más famoso hay una rica historia. La música no puede desligarse de quien la escribe y/o ejecuta. Consuelito, como la llamaban sus padres, la había comenzado a componer cuando apenas tenía 16 años, inspirada en la incertidumbre de las parejas que se separaron por la Segunda Guerra Mundial.

Luego de haber estudiado varios años en la Academia Serratos de Guadalajara, Consuelo Velázquez se mudó a la capital de México donde obtuvo el grado de licenciatura en piano. Gracias a su magistral talento fue invitada a realizar un programa de música clásica a la radiodifusora XEQ, una de las primeras del país. La colaboración con dicho medio continuaría por largo tiempo.

Durante años, ella asistía a las cabinas de la radio a tocar el piano, y cuando alguien le preguntaba quién era el autor de las sentidas canciones que interpretaba, simplemente respondía: “una amiga”. Sin embargo, en 1940  debió aceptar finalmente que todas aquellas románticas composiciones eran de su creación, por cuestiones relativas al derecho de autor.

Bésame mucho, por Consuelo Velázquez en Colección para enamorarse

En el 41, revelaría el avasallador poema a la seducción: Bésame mucho. “Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial (que comenzó en 1939), la idea de la canción ya tomó toda la forma y sobre todo la letra”, expresó Mariano Rivera, hijo mayor de la pianista.

Mientras tanto, esta es la manera en que la historia tocó a Consuelo Velázquez quien vivió en una época donde las relaciones padecían un vínculo que, en cualquier momento súbito, podía desaparecer, pues las condiciones políticas y sociales del mundo obligaban a las parejas a separarse largas temporadas.

Gracias a su versátil adaptación melódica, y quizás por la universalidad del asunto que trata este bolero, cuenta actualmente con más de mil versiones distintas y ha sido traducida a más de 26 idiomas.

Lo cual me hace pensar en si es realmente un “one-hit wonder”[1] o no de la artista a quien pertenece los derechos de autor. Ello no es así. Además de Bésame mucho, entre sus composiciones destacan Amar y vivir, Verdad amarga, Enamorada y Que seas feliz

Tras obtener un pequeño éxito local en 1941, Bésame mucho fue escuchada por primera vez en la voz de Emilio Tuero, un cantante muy popular por aquellos años que era conocido como “El barítono de Argel”. A esta, le siguió la versión de Chela Campos hasta que la melodía llegó a oídos de Andy Russell, el primer cantante en tomar el bolero y adaptarlo a la lengua inglesa.

Primeros músicos en versionar «Bésame mucho». Parte superior izquierda: Emilio Tuero; parte inferior izquierda: Chela Campos; a la derecha Andy Russel.

Con la interpretación de Russell, la canción se expandió por todo el mundo, tanto que al llegar a la radio española a principios de los cincuenta, fue censurada por el régimen franquista tras considerarla inapropiada.

Dos décadas después, Bésame mucho ya había sido grabada en más de 700 versiones. Nat “King” Cole habría de ejecutar una magistral versión. A él le siguió Elvis Presley, quién logró convertirla en un éxito al ritmo del rock and roll, sin que perdiera su esencia melódica.

De todas las versiones que he escuchado, una de las que más me impacta es la de Los Beatles con letra en inglés de Sunny Skylar, que figura entre su repertorio inédito. Influenciados por la versión que hace de este número el grupo norteamericano The Coasters, el cuarteto de Liverpool decide incorporarla en su repertorio y llega a gozar de gran popularidad entre el público que acudía a sus presentaciones.

La grabación de Bésame mucho fue realizada el 6 de junio de 1962, fecha histórica que marca la primera visita de Los Beatles a los estudios de Abbey Road. Retomarían esta canción siete años después durante la cinta del que sería su último disco, Let it be, pero no satisfechos con el resultado, la excluyeron del proyecto.

Bésame mucho, por The Beatles en Antología 1.

Muchas versiones del single se transformaron en brillantes escenas[2] de jazz, ya que este género suele montar sobre la base rítmica y melódica de la canción, interesantes variaciones.

En Cuba muchos músicos de bar, cantina o paseos turísticos han tenido que sopear[3] alguna vez las notas y letra de este bolero. Resulta atractivo ver cómo Bésame mucho tiene igual demanda por los extranjeros en la Isla, que por ejemplo, La Guantanamera o Hasta siempre, Comandante, fehacientes muestras de arraigo nacional.

Lo cual, también, nos incursiona en una hipótesis profunda y divina: ¿Será Bésame mucho una canción que se adapta a la identidad de los pueblos y por ende a su idiosincrasia musical?

¿Será?


[1] Término utilizado para designar a un artista o grupo musical cuya popularidad o éxito se debe únicamente a una sola canción.

[2] Un tipo específico de contexto cultural urbano y práctico de un código espacial. Al respecto se sugiere consultar Stahl (2004) en Borges Triana (2015).

[3] Los músicos cubanos suelen emplear en su jerga coloquial el término sopa, para referirse a sus interpretaciones en público de las canciones propias del repertorio tradicional e identitario cubano, y otras muy conocidas a nivel mundial, que por lo general piden los extranjeros en sitios donde concurre la música de acompañamiento o de fondo musical.

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